lunes, 2 de julio de 2018

Disturbios en Madrid en noviembre de 1922

Teniendo como telón de fondo el todavía reciente Desastre de Annual, que supuso la pérdida de cientos de vidas y el desmoronamiento de toda la Comandancia Militar de Melilla, Madrid fue escenario, en noviembre de 1922, de graves disturbios y algaradas callejeras, protagonizadas mayoritariamente por estudiantes universitarios, que dieron como resultado varios heridos y la práctica de gran cantidad de detenciones. 

El detonante fue, por una parte, el manifiesto enfrentamiento entre las posturas del sector africanista del Ejército y las Juntas de Defensa, y de otra, el debate en el Congreso del llamado Expediente Picasso que tenía que comenzar por aquellas fechas. 

Caballería del Cuerpo de Seguridad en la plaza de Canalejas de Madrid (Nuevo Mundo)

Para los africanistas, los ascensos por méritos de guerra, especialmente el personal destinado en La Legión y en las Fuerzas Regulares, constituían un premio imprescindible que alentaba el espíritu audaz e intrépido de estas fuerzas de élite, en tanto que las Juntas de Defensa se decantaban por eliminar este sistema. 

En este ambiente de crispación, alentado también por los oscuros intereses y confrontaciones entre los partidos de la izquierda y la derecha, el Teniente Coronel Millán Astray, fundador de La Legión Española, se presenta en Madrid para solicitar, como medida de protesta, la baja en el Ejército. 

Disturbios en Madrid en 1922 (Nuevo Mundo)

Este hecho, sumado a la reputación de héroe de que gozaba entre el pueblo el Teniente Coronel, motivó que tanto en Madrid como en otras partes de España, la gente, especialmente la juventud, saliese a la calle a protestar airadamente contra las Juntas de Defensa, culpándolas de en gran medida del Desastre y sus funestas consecuencias y en defensa de Millán Astray. 

Llama la atención que los partidos de izquierda protestasen por estas movilizaciones al no estar ellos, como era habitual, detrás de las mismas, tratando de desacreditar a sus promotores como si la capacidad de movilización de masas fuese, en exclusiva, arma de la izquierda. 

Pero dejando este asunto a un lado pues no es competencia nuestra, volvamos al asunto central de estos renglones que no es otro que las movilizaciones habidas en Madrid y en otras ciudades españolas durante los días centrales del mes de noviembre de 1922, que obligaron a la intervención de los Cuerpos de Seguridad y Vigilancia. 

En la jornada del 10, un grupo de estudiantes se dirige al domicilio madrileño de Millán Astray, que ya se encontraba en la capital, obligándolo con sus aclamaciones a salir al balcón a saludarlos. Esa misma tarde, unos 400 se concentran en la Puerta del Sol, teniendo que intervenir fuerzas de infantería y de caballería del Cuerpo de Seguridad para disolverlos. 

Intervención del Cuerpo de Seguridad en 1922 (Nuevo Mundo)

En la jornada del 12, se convoca una manifestación en la plaza de Colón donde se concentran, pese a estar prohibida, varios cientos de personas que son disueltos por la Policía, practicándose al menos una veintena de detenciones y resultando varios estudiantes heridos. 

Tras estos sucesos, los estudiantes universitarios convocan una huelga entre los días 13 y 15 siguientes. En la jornada del 13, 3.000 estudiantes realizan una protesta por la actuación policial del día anterior y ante la presión de las fuerzas del orden, los estudiantes se refugian en la Facultad de Medicina San Carlos, desde donde arrojan piedras contra la fuerza pública, viéndose esta en la necesidad de practicar veintiocho detenciones. 

Este estado revolucionario se contagia a otras ciudades españolas. Valencia, Cádiz, Salamanca y Oviedo, son algunas donde se registran alteraciones del orden que obligan a la intervención policial. 

Uno de los episodios más graves se registra en Madrid el día 15, cuando un Guardia de Seguridad, que se ve acorralado por varios estudiantes, hace fuego contra ellos, causando seis heridos. 

Esta situación provoca que el Gobierno presente un proyecto de Ley disolviendo las Juntas de Defensa y prohibiendo la participación de los militares en asuntos políticos, logrando un gran respaldo de la Cámara y paulatinamente la situación vuelve a la normalidad. 

Hay una anécdota durante estas jornadas, de la que ya hemos hablado en otra entrada del blog, que constituye una innovación en los medios utilizados por la Policía para la disolución de altercados callejeros. 

El hecho fue como sigue, en la noche del 13 de noviembre, se registra una concentración de estudiantes en la plaza del Dos de Mayo iniciando un recorrido por diferentes calles de la zona hasta llegar a la de Fuencarral donde fueron disueltos por efectivos del Cuerpo de Seguridad. Sin embargo, otro grupo de la misma procedencia se concentró en la Puerta del Sol iniciando su recorrido por la calle Montera hasta la Gran Vía, deteniéndose delante del Casino Militar donde se encontraban varios números del Cuerpo de Seguridad con el fin de proteger este centro recreativo contra un eventual ataque de los manifestantes. Como quiera que los ánimos se caldeasen y temiendo que pudiese producirse un intento de asalto al mencionado Casino Militar, se dispuso el concurso de un empleado municipal que, protegido por los Guardias de Seguridad presentes en el lugar, enchufó una manguera a un hidrante público para dirigir el chorro de agua contra los manifestantes que fueron rápidamente disueltos, siendo esta la primera vez que se empleó este medio de disuasión en España. 

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