martes, 19 de mayo de 2020

Sigue asombrándonos la indignidad de algunos

Hoy, con mucha tristeza e incluso vergüenza, hemos leído esta noticia que incluye en sus páginas el digital "El confidencial.com", que no queremos pasar por alto y, por ello, transcribimos íntegramente.


"El Ministerio del Interior ya investiga las movilizaciones contra el Gobierno de los últimos días para identificar a los supuestos promotores y llevarlos ante la Justicia. El departamento que dirige Fernando Grande-Marlaska cree que no se están produciendo de forma espontánea. Las diligencias policiales comenzaron este lunes sin que conste ninguna querella de la Fiscalía relacionada con las protestas ni tampoco la denuncia de ningún particular. La decisión ha provocado un profundo malestar en el cuerpo, que interpreta que está siendo utilizado por Mocloa para tratar de acallar las manifestaciones en su contra.


Hasta el fin de semana, Interior veía el llamado movimiento de Núñez de Balboa —comenzó en esa calle de Madrid el domingo 10 de mayo— como un conato de revuelta casi exótico, focalizado en uno de los barrios más exclusivos de España. La investigación supone ahora el reconocimiento de que las caceroladas han escalado a otra dimensión. El domingo llegaron a la puerta de la vivienda que comparten Pablo Iglesias e Irene Montero en el municipio de Galapagar y ya se han extendido casi por todo el territorio nacional, también por distritos y localidades humildes.

La investigación en manos de la Policía Nacional tiene un origen controvertido. Según han confirmado fuentes próximas a las pesquisas, la iniciativa ha partido del Gabinete de Coordinación y Estudios, un órgano dependiente de la Secretaría de Estado de Seguridad del Ministerio del Interior, que tiene como principal misión supervisar la actuación de las Fuerzas de Seguridad del Estado. Desde julio de 2018, lo dirige el comisario José Antonio Rodríguez, más conocido por el apodo de 'Lenin' por su fuerte vinculación con el PSOE. Ya ocupó puestos de responsabilidad en Interior en la etapa de Alfredo Pérez Rubalcaba y, cuando Grande-Marlaska aterrizó en Castellana 5, Ferraz lo colocó en ese puesto clave del ministerio. Fuentes del departamento niegan, sin embargo, la vinculación de este gabinete con las pesquisas y se desmarcan de la orden.

Denuncia a los juzgados

La Jefatura Superior de Policía de Madrid puso en marcha la investigación este mismo lunes. El objetivo es rastrear las diferentes protestas que se están registrando para tratar de encontrar posibles patrones de actuación que permitan llegar hasta unos supuestos organizadores. También deben analizar las posibles vinculaciones políticas de los participantes y el modo en que se coordinan los llamamientos, precisan las fuentes consultadas. Las teóricas conclusiones se transformarán en un informe que será enviado a los juzgados de plaza de Castilla para tratar de abrir una causa penal contra los manifestantes.

La medida ha provocado inquietud en la Policía por sus intensas connotaciones ideológicas. Por un lado, ha sorprendido la apertura de la investigación por iniciativa exclusiva del ministerio. En el cuerpo no consta ninguna querella de la Fiscalía contra las personas que están saliendo a la calle ni contra sus hipotéticos líderes. Asimismo, tampoco se tiene conocimiento de que se hayan iniciado acciones judiciales por parte de algún particular o asociación.

El propio objeto de las diligencias genera las mismas dudas. Pese a las sospechas del ministerio, los especialistas coinciden en que todos los indicios apuntan a que se trata de una movilización espontánea de carácter netamente vecinal que ha prendido de forma fortuita. No se ha localizado en las redes ningún anuncio de la primera gran cacerolada de Núñez de Balboa. Además, los expertos sostienen que, aunque hubiera un grupo de organizadores dirigiendo las protestas, es cuestionable que los hechos sean susceptibles de ser investigados por la vía penal. Ni siquiera con el estado de alarma sería delito convocar una marcha. Conllevaría únicamente sanciones de tipo administrativo por no respetar las restricciones sanitarias o no comunicar previamente las movilizaciones a la Delegación del Gobierno. En la Policía, ha cundido la idea de que la investigación es una maniobra del Ejecutivo para intentar desactivar este vector de descontento".

Hasta aquí la noticia pura y dura, sin embargo, creo que merece una reflexión dedicada a ese Comisario José Antonio Rodríguez, alias "Lenin".

Mire Vd., Comisario -permitame que, por razones más que obvias, le retire el tratamiento de señor-. Desconozco de que promoción es usted, yo soy de la de 1979, a la que le cupo el triple honor de cerrar la vieja Escuela de Miguel Angel, recibir en el Cuerpo a las primeras Inspectoras y convertirnos en la primea promoción del Cuerpo Superior de Policía. Así que, en unos días hará cuarenta y un años que me despacharon como Inspector del entonces C.S.P.

Pues bien, hasta antes de recibir la noticia de mi aprobado en aquella oposición que me dio entrada a la gloriosa Policía Española, yo militaba en un partido político -Falange Española-, que jamás tuvo representación parlamentaria, pero del que me sentía tan orgulloso como si tuviese la mayoría absoluta.

Aquel mismo día, cuando recibí la nota del último ejercicio y me vi en las listas de aprobados, me dirigí al partido en el que militaba y pedí la baja inmediata, aduciendo los motivos derivados de mi nueva situación, ya que sabía que, por honor, por dignidad personal y por integridad profesional no podía vincularme, de manera alguna, a ningún movimiento político estuviese o no en el poder.

Durante estos años, muchos ya, de vida profesional, hasta el último día mantuve mi total y absoluta imparcialidad y eso lo podrá usted corroborar por medio de mis compañeros, mis superiores y los Policías a los que tuve el altísimo honor y el orgullo de mandar.

Pero no solo ellos, sino también buenos amigos, militantes del PSOE, del PP o incluso de otros partidos como Ciudadanos o VOX, que conocen mi trayectoria personal y profesional y saben que jamás, insisto, jamás faltaría a mi juramento que implica, sobre todo, además de defender a España y a la Constitución, ser ecuánime, justo e imparcial.

Sin embargo, mientras muchos como yo tomamos la decisión de guardar en nuestros baúles de recuerdos ideologías o adscripciones políticas para mejor servir a nuestra profesión; otros, como Vd, se han convertido en el peor cáncer o chinovirus, como prefiera llamarle, que infecta nuestro querido Cuerpo. 

Desconozco si usted profesa la ideología comunista, de ser así tan solo puedo sentir pena por usted ya que no entiendo que alguien, con una elemental formación, puede caer en la trampa tendida por un ideario totalitario, que elimina sistemáticamente la libertad del individuo, denostado en la mayor parte del mundo. Sin embargo, más bien creo que usted no es nada, tan solo un tipo que busca prebendas y privilegios amparándose en el poder como el más fiel de sus cipayos para lograr puestos y cargos para los que, por su trayectoria, no se ha hecho acreedor. Eso, todavía me produce más pena e incluso asco.

Mire usted Comisario, gente de su calaña la ha habido siempre en nuestro Cuerpo. Esos que señalaban con el dedo o en baja voz a los que no pensaban como ellos; los que, con una falsa sonrisilla en los corrillos, llamaban "facha" a quien no era fácilmente manejable; los que confeccionaban los informes reservados, dirigidos al mando, para que sus decisiones se ajustasen a la conveniencia del momento político, indicando quien era más o menos afín a su causa y quien no lo era. 

Yo los he conocido y sufrido; es más, en mi caso concreto, por otros "Lenin" como usted, me vi privado de destinos, comisiones y puestos de trabajo que, por méritos me habrían correspondido, pero que por no ser manejable por elementos como usted o por no parecerme, afortunadamente, a usted, me los negaron.

En fin, Comisario, creo que no vale la pena que gaste un renglón más con Vd. Simplemente decirle que, un día, tendrá que dejar el Cuerpo como lo hice yo y perderá prebendas y privilegios y lo que es peor, infinitamente peor, perderá el respeto de sus compañeros y de sus subordinados.

Lamento no poder despedirme con el protocolario "afectuosamente, ya que no siento el mínimo afecto por usted, ni por ninguno de los que son como usted, así como tampoco quedo a sus órdenes. Por tanto, adiós.

Eugenio Fernández Barallobre,
Inspector (R) del C.N.P. de la promoción de 1979.

PD. Por cierto, no se olvide de citar mi nombre a la hora de llevar a los españoles de bien ante los Tribunales, sería un honor estar en esa lista.






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