jueves, 30 de abril de 2020

Y además se cagó, el hijoputa

Con mucho gusto, publicamos el magnífico artículo que, bajo el título "Y además se cagó, el hijoputa", nos remite nuestro gran amigo y colaborador, Carlos Fernández Barallobre, abundando más con relación al canalla criminal Jesús Zabarte Arregui, el "carnicero de Mondragón", que deja bien a las claras la cobarde calaña de este asesino despreciable que ahora se pasea ufano, presumiendo de sus crímenes.


"Con fecha 29 de abril de este año de 2020, el administrador de este magnífico blog, “Una historia de la Policía Nacional”, en un extraordinario artículo, nos daba cumplidos y reveladores datos de la población guipuzcoana de Mondragón, uno de los mayores nidos de separatistas y etarras de las provincias vascongadas, a propósito de la compra, realizada por el mendaz y malvado gobierno de Pedro Sánchez, de 60.000.000 millones de mascarillas, para hacer frente a la pandemia roja que nos afecta, a unas empresas pertenecientes a la cooperativa Mondragón, unas empresas por cierto que nunca condenaron los crímenes de ETA y nunca ayudaron a sus víctimas. 

El administrador, recordaba además que en dicho pueblo vive uno de los mayores y más sanguinarios asesinos de ETA, Zabarte Arregui, más conocido con el carnicero de Mondragón, autor de diecisiete asesinatos por lo que fue condenado a 615 años de cárcel, de los que solamente cumplió 29. Nos relataba el administrador, las “hazañas” de ese montón de mierda gudari, incluso el momento de su detención por fuerzas de la Guardia Civil, olvidándose de un dato revelador de ese “valiente canalla”. Por ello, rescato una nota personal que escribí en este mismo blog, al hacer referencia del asesinato en la localidad guipuzcoana de Rentería, el día 14 de septiembre de 1982, de los miembros de la Policía Nacional, Jesús Ordóñez Pérez, Juan Seronero Sacristán, Alfonso López Hernández y Antonio Cedillo Toscano, publicada el domingo 31 de diciembre de 2017 y que entre otras cosas decía lo siguiente: 

Nota del autor: Con motivo de la tomadura de pelo de ETA, anunciando en abril de 2017 su pretendido desarme en Bayona (Francia), reapareció en escena el carnicero de Mondragón Jesús Zabarte Arregui, que sigue sin arrepentirse de sus diecisiete asesinatos cometidos. 

Un veterano miembro de los GAR, Grupos Antiterroristas Rurales de la Guardia Civil, que se mantuvo en el anonimato, en un texto del que se hacía eco el diario El País contaba las andanzas “valerosas “ del gudari Zabarte Arregui. "A este hijo de la gran puta” –decía el antiguo Guardia Civil- “lo detuvimos el GAR en Hernani tras un tiroteo de dos horas desde la puerta hasta la última habitación. El conductor del entonces comandante Enrique Rodríguez Galindo, jefe del cuartel guipuzcoano de Inchaurrondo, ascendido más tarde a general y condenado a 71 años de cárcel por el asesinato de los etarras Lasa y Zabala-, quiso ganarse una medalla y entró en el piso recibiendo un tiro en el vientre, y se metió en la primera habitación a la izquierda, desangrándose". 

Según el guardia civil, "en tanto el GAR ya estaba enfrascado a tiros, la munición se acababa y había que ayudar a los compañeros tirando cargadores a rastras por el pasillo –dentro de la vivienda-. Al final se decidió terminar con los dos etarras, que tiraban a la libanesa, uno con un Kalashnikov y el otro con un subfusil MAT-53 de fabricación francesa". 

“Mientras el conductor del comandante Galindo se desangraba en la primera habitación según se entraba por la puerta a la izquierda, el etarra Zabarte que era el tercero de los terroristas que se hallaban en el piso franco, estaba observando todo, porque en esa habitación había un zulo donde él se escondía tras un espejo chino. Tuvo la oportunidad de rematarlo, pero no lo hizo. Y no lo hizo porque sabía que -si lo hacía- después iba él... Y cuando tras el tiroteo se produjo el registro del inmueble, allí le encontramos, tras el espejo y dentro del zulo, cagao de miedo, sí, sí, cagao físicamente, y con la pistola en la mano, que del acojone que tenía no la tenía ni montada. Así era y son estos carniceros...". 

Finalmente, el veterano de los GAR señalaba que "un hombre cuando mata, asume morir, pero este, cuando vio que también podía caer, se cagó vivo. Ahora dice que es un gudari…aquel día fue en realidad un cagari". 

La Guardia Civil detuvo a Jesús María Zabarte Arregui, conocido como “el carnicero de Mondragón”, completamente cagado, la madrugada del 15 de junio de 1984, refugiado en un piso del casco viejo de Hernani (Guipúzcoa). Junto a su cama, había dos fusiles de asalto soviéticos AK-47 y 2.500 cartuchos de munición. A quienes no se pudo detener fueron a sus dos compañeros del grupo etarra, Juan Luis Lecuona y Agustín Arregui, que se hicieron fuertes en el piso y murieron en el tiroteo que provocaron”. 

El valeroso CAGÓN de Mondragón se siente, a día de hoy, muy orgulloso de sus crímenes. Son sin duda escoria, que se beneficiaron de la traición a las víctimas, explícita en la política de generosidad realizada por Zapatero y Rajoy para con esta canalla cobarde, despiadada y sanguinaria de miembros de ETA y sus cómplices. Y para que se enteren, de una vez por todas, estas jóvenes generaciones “tan preparadas”, estultas víctimas de la LOGSE, que nos han tocado en suerte, cuando emiten su voto, que uno de los grupos políticos que sostienen a este infecto gobierno socialista-comunista de Sánchez e Iglesias, es Bildu, los colegas y herederos de la banda asesina, extorsionadora, marxista, anti española y cagona llamada ETA. 

Carlos Fernández Barallobre".

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