lunes, 20 de abril de 2020

El casco ligero de parada usado en la Policía Armada

Nuestro buen amigo, colaborador y compañero de la Junta Directiva de la Orden de la Placa y el Mérito, José Ramón Rodríguez Morilla, nos remite este interesante trabajo sobre el "casco ligero de parada usado en la Policía Armada", que por su extraordinario interés, reproducimos.


Una vez finalizada la Guerra Civil, dada la precaria situación en la que se encontraba el país como consecuencia de la misma y hasta la llegada del Reglamento de Uniformidad de 1943, se ven obligados a reutilizan los cascos que habían sido usados en la contienda, distribuyéndose entre las distintas unidades militares, especialmente el M-26, “con ala” y el M-38 o “Trubia”, este último, inspirado en el M-26 y de características balísticas inferiores, puesto que en un principio se piensa que estaba destinado a la Guardia de Asalto para repeler refriegas, y no tanto para enfrentamientos armados en combate, diferenciándose del anterior, además de en un menor peso, en la sujeción de los remaches de la guarnición, siendo en el M-38 un único remache central en la parte de la bóveda, y 7 remaches repartidos por su contorno lateral en el caso del M-26. Además de esto, aunque la silueta de ambos es bastante similar, en el caso del M-38 la encontramos algo más estilizada.

Modelo M-26 (col. Simón Javier Iglesias Andrés)

Model M-38 (col. Simón Javier Iglesias Andrés)

Modelo M-21 (col. Simón Javier Iglesias Andrés)

En 1942 se busca dotar a nuestras tropas de un casco moderno que rompa con la imagen asociada a la Guerra Civil del M-26, y es así como, de clara influencia germánica se diseña y fabrica el casco Z-42, que será distribuido en 1943. Aunque en un primer momento se diseñó con el emblema del Ejército adherido al frontal, finalmente se optó por incorporar una trabilla para que el citado emblema fuese desmontable, diferenciando así su uso para desfiles o ausencia del mismo en combate. Hemos de señalar que el casco Z-42 no sustituyó de inmediato al M-26, si no que ambos coexistieron durante varios años, llegando a utilizarse el M-26 hasta la década de los años 50. 

Casco ligero (col. José R. Rodríguez Morilla)

Molde de casco (col, José R. Rodríguez Morilla)

Aunque he creído necesaria este breve introducción, hasta ahora se ha escrito bastante sobre las características, fabricación y uso de los cascos metálicos M-26, M-38 o Z-42 por parte del Ejército y las fuerzas de Policía Armada, motivo por el que he considerado no profundizar más en esos aspectos y centrarme en los modelos ligeros de Policía Armada para desfile o parada basándome en dos piezas de mi colección, por entender que pudiera ser un tema algo menos conocido. 

El Reglamento de Uniformidad de 1943, en la parte III dedica el capítulo II a describir la uniformidad pertinente para los actos de gala, estableciendo para la modalidad de “gala en formación” el uso del casco de guerra en los actos que se ordene. 

Casco ligero de parada modelo M-26 (col. José Ramón Rodríguez Morilla)

Casco ligero de parada modelo M-26 (col. José Ramón Rodríguez Morilla)

Armazón interior de casco ligero de parada modelo M-26 (col. José Ramón Rodríguez Morilla)

Etiqueta de casco ligero de parada modelo M-26 (José Ramón Iglesias Morilla)

Así mismo, el capítulo IV de la parte primera del citado reglamento está dedicado a la confección de los uniformes, y en el apartado “B”, cuando se refiere a Generales, Jefes, Oficiales, Suboficiales, Asimilados y C.A.S.E., establece que éstos “quedan autorizados para contratar con la industria particular el corte y confección de todos los elementos que constituyan el uniforme…” aunque con arreglo estricto a los modelos que establece el reglamento. 

Todos aquellos que por haber realizado el servicio militar, por pertenecer a las Fuerzas Armadas o por cualquier otro motivo hayan tenido que permanecer largo tiempo portando un casco metálico sabrán lo incómodo que resulta. Es por eso que, probablemente basándose en la autorización mencionada, entre los jefes y oficiales no tardaron en aparecer estos modelos de confección particular bastante más ligeros y cómodos. 

Estos cascos eran confeccionados artesanalmente en diversos talleres, donde valiéndose de unos moldes de madera con la forma de la olla del casco los fabricaban con cartón y estucados, reforzándolos con cola de pez que les confería resistencia e impermeabilidad. La guarnición igualmente estaba construida a base de materiales más ligeros y cómodos y en el interior podemos encontrar la etiqueta o sello del fabricante. Como curiosidad podemos señalar que el proceso y los materiales eran los mismos empleados para fabricar los famosos salacots de los guardias municipales. Respecto al emblema frontal de los modelos Z-42, al tratarse de cascos diseñados únicamente para actos de gala, y puesto que los materiales dificultan la añadidura de una trabilla, se trata de una pieza fija.

En estas imágenes extraídas de internet podemos observar el molde de madera junto a la olla obtenida a partir del mismo. 

Casco ligero de parada modelo Z-42 (col. José Ramón Rodríguez Morilla)

Casco ligero de parada modelo Z-42 (col. José Ramón Rodríguez Morilla)

Armazón interior casco ligero de parada modelo Z-42 (col. José Ramón Rodríguez Morilla)

Etiqueta casco ligero de parada modelo Z-42 (col. José Ramón Rodríguez Morilla)

Si bien el uso de estos cascos está sobradamente documentado en el Ejército de Tierra, tanto por el número de piezas existentes como por su aparición en fotografías de la época, es bastante más complicado encontrar sus equivalentes en la Policía Armada. De hecho no he podido encontrar documentación que reglamente o represente el uso de los cascos descritos dentro de este cuerpo, no obstante tras un detenido estudio de las piezas en cuestión, no queda duda alguna de que tanto la pintura gris propia de la Policía Armada, como el emblema frontal en el caso del modelo Z-42 se corresponden con estas piezas desde su origen o al menos se trataría de una adaptación de época. No hemos de olvidar que la mayoría de Jefes y Oficiales de la Policía Armada provenían del Ejército de Tierra y no es de extrañar por tanto que también trajeran consigo la costumbre de utilizar cascos ligeros en las ocasiones permitidas. 

Respecto a la pieza que observamos a continuación, se trata de un casco ligero M-26 “con ala”, con los remaches coincidentes con los de su homólogo metálico. La principal diferencia visual la encontramos en la guarnición, ya que en lugar de las clásicas lengüetas de cuero se trata de un cómodo tejido de color rojo reforzado con una banda de cuero. En su interior además de la estampación del sello del fabricante donde se lee “Fábrica de Botones y Efectos Militares Joaquín Silvestre, sucesor de José Serratosa. Despacho Moratín 5, Valencia”, podemos observar las iniciales del que fue su propietario: “MS”, tanto escritas a tinta (se ven en negativo porque están escritas desde el interior del forro), como en sendas piezas metálicas. La olla está recubierta de una única capa de pintura de color gris propio de la Policía Armada.

Cascos ligeros de parada modelos M-26 y Z-42 (col. José Ramón Rodríguez Morilla)

El segundo casco ligero que trato en este artículo se trata de un Z-42, si bien su silueta según el ángulo del que se mire puede asimilarse a la del M-26 por tener una caída menos recta que la de su homólogo metálico, esta es una característica común a otros cascos Z-42 ligeros que he podido observar, incluidos los del E.T., lo cual puede deberse a que la forma de los moldes de madera que empleaban para su fabricación tengan una caída del ala ligeramente más abierta. Posee una guarnición ligera de 6 lengüetas de plástico reforzadas con una banda de cuero sujeta a la olla con 5 remaches, la cual está pintada con una única capa de pintura gris. En este punto hemos de destacar que se trata de una tonalidad más oscura que la de los cascos metálicos. No obstante, esta circunstancia se observa también en los cascos ligeros Z-42 del E.T. Quizás el elemento más llamativo sea el águila frontal. Anteriormente ya mencionaba que en estos modelos no se emplea el típico emblema con lengüeta que se puede quitar y poner, puesto que se trata de elementos fijos. Es por eso que en esta pieza, en lugar de utilizar el águila propia de los cascos metálicos que mide 6,4 por 3,7 cm, se ha utilizado el mismo emblema de las gorras de plato, algo más estrecho que el anterior, sujetándolo al casco a través de las patillas metálicas de la parte trasera ya que al ser la olla de material ligero es más sencillo practicarle unos orificios para la sujeción a través de las patillas que aplicar una trabilla.

En la foto de la derecha podemos observar una comparativa entre el Z-42 metálico y el Z-42 ligero, donde se aprecia la diferencia de tonalidad y el tamaño del águila frontal.

Desfile en Sevilla (col. José Ramón Rodríguez Morilla)

Concluyo este artículo con una fotografía de mi colección en la que podemos apreciar a los miembros de la Policía Armada y de Tráfico a bordo de los míticos Land Rover Santana luciendo el casco M-26 “con ala”, listos para un desfile en Sevilla.

José Ramón Rodríguez Morilla.

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