jueves, 2 de julio de 2020

El Comisario Pedro Herráiz Carrero

Publicamos hoy, un interesantísimo trabajo realizado por nuestro buen amigo, colaborador y compañero Antonio Alonso Rodríguez, sobre el Comisario Pedro Herráiz, una figura incuestionable dentro de la Policía Española. 

Nace en Madrid el 28 de marzo de 1876, aunque desconocemos con precisión cuando ingresa en el Cuerpo de Policía. Tras la reforma legislativa de la Policía Gubernativa de Madrid de septiembre de 1907 convalida su puesto por oposición, con el número 54 de 355, el 11 de enero de 1908, y consolida la categoría de Agente. 

Comisario Pedro Herráiz

Ya en agosto 1908 su iniciativa y vocación de policía “de calle” hace que una de sus intervenciones quede reflejada en los medios de comunicación. Un escurridizo delincuente, buscado por varios robos y varias reclamaciones judiciales, apodado “el Aguililla”, para evitar ser detenido por el entonces Agente Herráiz intenta dar un navajazo al policía que en su defensa hace uso de su arma, alcanzando al delincuente con un disparo. Esta intervención causó varios quebraderos de cabeza al joven Pedro Herráiz ya que la primera medida que tomó el Juez Instructor fue procesar al policía, dando mayor veracidad al delincuente sobre lo declarado por el agente. Finalmente pudo demostrar su inocencia gracias a la declaración de testigos civiles que presenciaron los hechos y respaldaron su versión. Como vemos, la justicia en España desde 1908 hasta ahora no ha cambiado mucho. 

No obstante, este pequeño tropiezo no desanimó a Pedro Herráiz, continuó trabajando y con la categoría de Inspector pasa a dirigir un grupo especial encuadrado en la Brigada Móvil que tenía como misión la lucha contra la delincuencia común en toda España y la investigación de los delitos más graves y que tenían mayor entidad. Posteriormente es destinado a la Brigada Móvil de Ferrocarriles y finalmente a la Primera Brigada de la División de Investigación Criminal, ya con la categoría profesional de Comisario desde 1929. 

Desarticulación de una banda de atracadores en 1935 (Ahora)

Su memoria y retentiva era legendaria. Era llamado el “archivo mental de la Policía”. Conocía, a todos los delincuentes contra la propiedad que actuaban en España y su sola presencia pasaba, según relata Eugenio Benito Poveda en su libro “Memorias del Comisario Poveda, “…de boca en boca como fugaz exhalación corrían “la triste nueva” para los maleantes y delincuentes […] que apresurabanse a huir en desbandada en el primer tren, por carretera o atravesando campos, setos y vallados para quitarse del alcance de su presa. La voz populi entre la gente del mal volaba como el viento. “¡Qué está aquí don Pedro! ¡Me “aligero” porque ha venido don Pedro! ¡Don Pedro nos “musega” (conoce), salgamos por pies ”. En un reportaje de la Revista Blanco y Negro sobre la delincuencia de Madrid se decía de él: “el comisario Herráiz es un policía de vocación, que conoce a todos los ladrones de España, sin excepción de uno solo”. Y finalmente, otro gran policía, Antonio Viqueira Hinojosa dice sobre Pedro Herráiz en la “Historia de la Policía Española 1931-1936”: “Herráiz poseía sorprendentes cualidades para su trabajo, merced a su portentosa memoria y retentiva visual sobre los malhechores, cuyas personalidades delictivas guarda en aquella como un auténtico archivo humano, lo cual le otorgó especial facilidad para sus investigaciones”. 

Su historial profesional está plagado de éxitos. Centenares de timadores, carteristas, falsificadores, topistas o atracadores fueron “sacados de la circulación” gracias a su trabajo. Se da la curiosa anécdota, recogida en la prensa de la época, que su presencia, y la de su grupo de funcionarios, en la Feria de Ganado de Talavera de la Reina en mayo de 1932 sirvió para que ese año no se cometiera ni un solo delito contra la propiedad, y además se detuviera mientras duro la feria a más de 30 amigos de lo ajeno, entre carteristas, timadores, descuideros, y topistas. 

Por todos ellos era temido, aunque muy respetado, por su buen carácter y profesionalidad. Se paseaba por todos los calabozos de las comisarias para hablar con los delincuentes detenidos, les preguntaba por su salud y la de los suyos, por sus “consortes” (cómplices) o por sus rivales, hablaba con ellos de sus andanzas, “caídas” (detenciones) o condenas, de esta manera actualizaba “su censo” de delincuentes y se ponía al día de sus andanzas. 

Gracias a eso, y a su portentosa memoria, era consultado por otros compañeros sobre los posibles autores de determinados delitos en función del “modus operandi” con que se habían realizado, de la posible ubicación de delincuentes buscados o de sus cómplices. 

Fue además, durante muchos años Profesor en la Escuela de Policía en la asignatura de “Prácticas de Policía”, auxiliado como profesor ayudante, por otro gran policía, Eugenio Benito Poveda. 

Su última intervención importante fue la desarticulación de una peligrosa banda de atracadores que entre sus “hazañas” se encontraba el robo de las nóminas de los empleados del Ayuntamiento de Madrid y el asesinato de uno de sus empleados a finales de 1935. En una fotografía publicada en el diario “Ahora” de 18 de diciembre de 1935 se le ve participando en el registro, usando una vela para iluminarse, donde se localizó el arsenal utilizado por esos delincuentes. 

Se jubiló por edad, el 28 marzo de 1936, pocos meses antes de que se declarara la Guerra Civil Española. Sabemos por lo relatado en internet por un bisnieto suyo (Emilio Guerra) que durante el conflicto se tuvo que esconder en una buhardilla para evitar ser detenido. En 1937 fue avisado por un militar republicano apellidado Mariscal, que al parecer le debía algún favor a Pedro Herráiz, que se estaba preparando su detención y éste, en unión de su mujer y cuatro hijos, pudo huir disfrazado a Valencia y embarcarse en el buque argentino “Torpedero Tucuman” y posteriormente llegar a zona Nacional hasta el final de conflicto. 

Murió, en Madrid, el 13 de enero de 1943, víctima de una rápida enfermedad. 

Fue el Comisario Pedro Herráiz Carrero un policía extraordinario, dotado de grandes virtudes y dedicado al trabajo con enorme vocación y honradez durante muchos años de servicio. Fue maestro de policías y continúa siendo un ejemplo para todos.

Antonio Alonso Rodríguez

3 comentarios:

  1. Muchas gracias por escribir esto sobre mi bisabuelo. Soy el bisnieto en cuestión.

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  2. Hola! Soy Margarita Guerra, hija de Emilio Guerra Herraiz, nieto de Don Pedro Herraiz. Me he sentido muy orgullosa leyendo vuestra publicació n sobre mi busabuelo, la compartiré con mi familia. ¡Muchas gracias!

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  3. Estamos encantados de rescatar nuestra historia. Gracias.

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