lunes, 21 de agosto de 2017

El crimen del Capitán Sánchez (1913)

Tal vez sea uno de los episodios más famosos de la historia criminal española; uno de los crímenes más famosos, más macabros y más sanguinarios, que causó gran alarma social en el Madrid de 1913 y un enorme eco mediático.


Los hechos comienzan a sucederse a partir del 25 de abril de aquel año. Aquel día se presenta una joven en el Círculo de Bellas Artes con la intención de hacer efectivo el importe de una ficha de juego por valor de 5.000 pts.. El cajero se niega a efectuar el cambio y un botones sigue el coche en que la joven abandona el lugar en dirección a la Costanilla de las Trinitarias.

El Capitán Sánchez en el Consejo de Guerra

Por su parte, los familiares de Rodrigo García Jalón, un viudo de cincuenta y cuatro años en muy buena posición social han denunciado su misteriosa desaparición. Todo parece indicar que García Jalón se lo ha tragado la tierra. Las primeras hipótesis apuntan a un posible secuestro con un móvil económico.

La Policía madrileña, su Cuerpo de Vigilancia, comienza las investigaciones. La primera pista la encuentran en el Círculo de Bellas Artes, donde días antes García Jalón había dejado en depósito la cantidad de 5.000 pts. canjeadas por una ficha de juego, dejando instrucciones claras que solamente él podría canjearla.

María Luisa Sánchez Noguerol

Conocido estos hechos por la Brigada de Investigación Criminal a las órdenes del Comisario Fernández-Luna y teniendo conocimiento de la pretensión de la joven de hacer efectivo el canjeo de la ficha, comienza la investigación logrando identificarla como María Luisa Sánchez Noguerol, de profesión planchadora e hija del Capitán Manuel Sánchez López, destinado en la Escuela Superior de Guerra como Jefe de la Unidad de Servicios.

Inmediatamente se procede a la detención de padre e hija que son puestos a disposición judicial quedando en libertad en la jornada del 10 de mayo tras las explicaciones dadas al Juez por la citada María Luisa. Las pesquisas continúan y fruto de ellas se llega al conocimiento que días antes de los sucesos relatados el Capitán Sánchez había ordenado a unos soldados a sus órdenes desatascar un retrete de su pabellón del que salía un hedor nauseabundo y que Sánchez había justificado alegando que había arrojado por él unos conejos que se encontraban en estado de putrefacción.

Rodrigo García Jalón

El Comisario Fernández-Luna, al frente de la investigación, ordena hacer una inspección ocular en la red de alcantarillado donde se recogen unos restos que una vez analizados resultan ser humanos. Conocidos estos extremos se dispone un registro en la vivienda del Capitán Sánchez bajo la dirección del Inspector Escudero quien observa los vestigios de la manipulación reciente de un lienzo de pared; derribada dicha pared se encuentran con las ropas de García Jalón y tras ordenar picar en la parte exterior del muro se topan con los restos descuartizados de la víctima, así como los útiles empleados para su descuartizamiento. Este hecho provoca nuevamente la inmediata detención de padre e hija.

Tras los pertinentes interrogatorios se pudo establecer que entre María Luisa Sánchez y Rodrigo García Jalón existía una relación sentimental y que llegado un punto García Jalón pidió a María Luisa que abandonase a su padre y se fuese a vivir con él.

Puestos padre e hija en connivencia, citaron a García Jalón en el domicilio familiar del Capitán en la jornada del 24 de abril. La idea era que un momento determinado hiciese acto de presencia, de forma sorpresiva, el Capitán Sánchez y tras recriminar la actitud de García Jalón exigirle dinero para reparar el honor.

Hallazgo de los restos de García Jalón

No se sabe a ciencia cierta si finalmente la escena se desarrolló como estaba previsto, lo que sí se sabe es que aprovechando que García Jalón se encontraba de espaldas, Sánchez golpeó su cabeza con un martillo, arrastrándolo hasta la cocina donde, en una artesa, los degolló y procedió a descuartizarlo.

Igualmente se pudo determinar que existían relaciones incestuosas entre Sánchez y su Hija que se habían iniciado cuando ella contaba tan solo diez años. 

El 15 de septiembre comienza el Consejo de Guerra y el 20 de octubre se hace pública la sentencia condenando a muerte al Capitán Sánchez y a veinte años de prisión a su hija María Luisa que finalmente el Tribunal Supremo eleva a reclusión perpetua.

La ejecución de Sánchez por fusilamiento, pese a haberse solicitado el indulto, se produce el 3 de noviembre en el Campamento Militar de Carabanchel antes dos Compañías del Regimiento de Infantería Asturias. Previamente se le había negado el honor de ser él mismo el encargado de dar las órdenes al Pelotón de ejecución. 

Guardias de Seguridad conducen a los hijos del Capitán Sánchez al Asilo de La Paloma

María Luisa, por su parte morirá en 1925, privada de razón, en la prisión de Alcalá de Henares.

Una vez más la sagacidad del Comisario Fernández-Luna y el trabajo bien hecho del personal del Cuerpo de Vigilancia a sus órdenes, logró no solo esclarecer el hecho sino poner a los autores del crimen ante la Justicia.

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