sábado, 24 de noviembre de 2018

1990. ETA asesina en San Sebastián al Policía Nacional Luis Alfredo Achurra Cianca

En la mañana del día 14 de diciembre, la banda terrorista ETA asesinaba en Amorebieta (Vizcaya) al Policía Nacional Luis Alfredo Achurra Cianca mediante una bomba-lapa colocada en su vehículo. 

Los hechos sucedieron a las 12.50 horas de la mañana, en la calle San Pedro, de Amorebieta. El Policía Nacional Luis Achurra Cianca había acudido con su vehículo, un Peugeot Talbot modelo Samba, matrícula BI-4556-AC, de color verde, a un taller de automóviles. Luis Alfredo Achurra dejó su coche aparcado en la calle y penetró en el interior del taller para abonar una factura. Cumplido este trámite, que duró muy pocos minutos, salió de nuevo al exterior y se dirigió a su automóvil. Cuando, a solicitud de los empleados del taller, se disponía a mover el vehículo, que impedía la entrada y salida de coches, el artefacto, compuesto por dos kilos de amonal, estalló y le seccionó el cuerpo en dos. 

Policía Luis Alfredo Achurra Clanca

El Gobierno Civil de Vizcaya informó que la policía barajaba como hipótesis más probable la de que la bomba hubiese sido colocada bajo el coche de Luis Alfredo Achurra en la localidad de Basauri, donde tenía su residencia. El artefacto no habría hecho explosión al poner en marcha el vehículo en Basauri por algún fallo técnico y, sin embargo, se habría activado al arrancarlo por segunda vez, ya en Amorebieta. Posteriormente y tras investigaciones, la Policía informaría que la bomba que mató a Luis Achurra fue colocada en el interior de su vehículo —no en los bajos como se informó en los primeros momentos. 

Ese mismo día, ETA intentó asesinar a otro miembro del Cuerpo Nacional de Policía en San Sebastián mediante el mismo sistema de la bomba-lapa. El inspector Juan Manuel Sánchez Polo, de 30 años, aunque resultó gravemente herido, salvó la vida gracias a que la onda expansiva del artefacto explosivo, colocado bajo el asiento del conductor, se dirigió hacia la parte posterior del vehículo, y no de abajo a arriba, según informó al día siguiente el gobernador civil de Guipúzcoa, José María Gurruchaga. El inspector Sánchez Polo se disponía, poco después del mediodía, a arrancar su automóvil, un Renault 25 matriculado en Madrid, que se encontraba a quince metros de una gasolinera con 40.000 litros de combustible. En ese momento se accionó el artefacto explosivo. La víctima fue trasladada por otro policía que estaba repostando gasolina en la estación de servicio a la residencia sanitaria Nuestra Señora de Aránzazu. Juan Manuel sufrió lesiones en la espalda, columna vertebral, piernas, glúteos y una parálisis intestinal a causa de la onda expansiva. Era el segundo atentado que sufría a manos de la banda terrorista ETA: en el primero, el 3 de noviembre del mismo año, se salvó por no estar en su domicilio en el barrio donostiarra de Trincherpe en esos momentos. 

Por deseo expreso de la familia, el funeral por el alma de Luis Achurra se celebró en la iglesia Nuestra Señora de la Paz, del barrio baracaldés de Cruces, en Vizcaya, al negarse a que se celebrarse, como estaba previsto, en la Iglesia de los Agustinos de Bilbao, próxima al Gobierno Civil. Al acto religioso, al que no se permitió la entrada a periodistas y fotógrafos, asistió el ministro del Interior, José Luis Corcuera; el director general de la Policía, José María Rodríguez Colorado; el delegado del Gobierno en el País Vasco, Juan Manuel Eguigaray; los gobernadores civiles de Vizcaya y Guipúzcoa, además de otras autoridades civiles y militares y numeroso público. 

El féretro, con los restos mortales del policía, envuelto en la Bandera Nacional, llegó al templo a las dos menos cuarto de la tarde y fue introducido a hombros por seis compañeros del Cuerpo. El funeral duró algo más de cuarenta y cinco minutos. Posteriormente el féretro fue trasladado al cementerio de Baracaldo, donde recibió cristiana sepultura. El ministro del Interior se negó a hacer declaraciones tras el acto y abandonó el lugar al término del mismo. 

En 1994 la Audiencia Nacional condenó a Francisco Javier Martínez Izaguirre alias “Javi de Usánsolo” a la pena de 27 años de reclusión mayor por el asesinato de Luis Alfredo Achurra. Posteriormente, en el año 2006 fue condenado Juan Carlos Iglesias Chouzas, alias “Gadafi”, a 35 años por ese mismo asesinato. Fue Gadafi quien colocó la bomba-lapa en el coche de Achurra. También participó en la preparación del atentado Juan María Ormazabal Ibarguren, alias “Turko”, asesino de la banda que no pudo ser juzgado ya que había resultado muerto en un enfrentamiento armado con la Ertzaintza en agosto de 1991. En el tiroteo resultó gravemente herido el ertzaina Alfonso Menchaca Lejona, que fallecería tres días después, el 1 de septiembre de 1991. 

El etarra Martínez Izaguirre había sido detenido en mayo de 1992, cuando formaba parte del comando Bizkaia. Asesinó del Policía Nacional Luis Achurra, asesinaría también al niño Fabio Moreno en noviembre de1991 tras colocar un artefacto explosivo bajo uno de los asientos del coche del guardia civil Antonio Moreno Chica, en Guecho, que causó la muerte del pequeño Fabio, así como heridas a su hermano Alexander y al propio agente de la benemérita. Sus penas sumaban casi 400 años de prisión. Llevaba 21 años en la cárcel. 

Gadafi, acusado de al menos 15 asesinatos, uno de los terroristas más sanguinarios de la historia de ETA y el que más veces había conseguido escapar de los tiroteos y cercos policiales a los que fue sometido, era detenido poco después del mediodía del 2 de febrero de 2000 por agentes de los Reinseignements Généraux (servicios de información franceses) en las inmediaciones del centro Carrefour, en Tarnos, cerca de Bayona. En 2005 Francia lo entregó a las autoridades españolas. 

En noviembre 2013 Francisco Javier Martínez Izaguirre, alias “Javi de Usánsolo”, abandonaba la cárcel Jaén II a raíz de la anulación de la doctrina Parot. Francisco Javier Martínez “Javi de Usansolo”, era recibido a su llegada a Galdacano (Vizcaya) con el lanzamiento de cohetes y vítores a favor de los presos de ETA. Un centenar de personas aguardaban su llegada y le dieron la bienvenida con el lanzamiento de cohetes e hicieron un pasillo en su honor portando antorchas, ikurriñas y banderas a favor del acercamiento de los presos de ETA. Al bajarse del vehículo para dar las gracias por la acogida, Javi de Usánsolo fue abrazado, aplaudido y jaleado por sus allegados. 

Luis Alfredo Achurra Cianca tenía 37 años y dejaba huérfanos a tres hijos. Era natural de Bilbao y residía en Basauri. Se había incorporado al Cuerpo Nacional de Policía en 1981. Formaba parte de la Unidad Polivalente de Policía de Basauri que se dedicaba a tareas de vigilancia, entre ellas las de los presos ingresados en el Hospital de Basurto. Fue la última de las veinticinco víctimas mortales del año 1990. 

De acuerdo con el Real Decreto 1404/2000, con fecha 19 de julio de 2000, se le concedió a Luis Alfredo Achurra Cianca la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo. Además, en resolución fechada el 18 de marzo de 2005 (Real Decreto 308/2005), el Ministerio del Interior le concedía también el ascenso de empleo, con carácter honorífico y a título póstumo. 

Carlos Fernández Barallobre. 

2 comentarios:

  1. Héroe. Siempre en nuestro corazón y en nuestra memoria. Siempre

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  2. Sin duda alguna, de ahí que a esta sección del blog le hayamos renombrado como "nuestros héroes".

    Muchas gracias.

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