martes, 23 de junio de 2020

Hoy, sigue presente

Hoy recordamos al Policía Nacional Emilio Juan Casanova López, que el 23 de junio de 1983, moría en San Sebastián, por la acción de unos terroristas pertenecientes a los Comandos Autónomos Anticapitalistas. 

Ese día 23 de junio, el Policía Nacional Emilio Juan Casanova López, caía asesinado y seis agentes más resultaban heridos, en el segundo atentado terrorista, que tenía lugar en Guipúzcoa, en el plazo de 24 horas. El atentado tuvo lugar a las 14.20 horas, dos horas más tarde de que finalizara en el Gobierno Civil de la provincia, el funeral por el Guardia Civil Juan Maldonado Moreno, asesinado el miércoles día 22 en Pasajes. 

Policía Emilio J. Casanova López

El atentado, obra de los Comandos Autónomos Anticapitalistas, se produjo mediante la explosión de un coche-bomba al paso de una patrulla policial formada por un furgón y una furgoneta, con siete agentes de la Policía Nacional en su interior, cuando pasaba frente a la estación Norte del ferrocarril. La patrulla se dirigía al Parque Móvil de San Sebastián y circulaba por el paseo de Mundaiz, en la margen derecha de la ría del Urumea. 

La furgoneta policial, en la que viajaban los agentes, fue alcanzada de lleno por la metralla y la onda expansiva de una bomba colocada en el interior de un coche, estacionado en una de las márgenes del río Urumea, a pocos cientos de metros del parque móvil de la Policía Nacional en San Sebastián. El artefacto fue accionado a distancia, al paso del vehículo policial, por una persona situada en la otra margen del río o en una carretera que discurría por encima del lugar, escenario en los últimos años de varios atentados terroristas, llevados a cabo de forma idéntica. La fortísima explosión quemó las ramas de los árboles del paseo y levantó en el aire los restos del coche Seat 127, matrícula SA-8675-B, en el que se encontraba el artefacto explosivo, que contenía gruesos tornillos y tuercas a modo de metralla. El coche-bomba había sido comprado el día 22 de ese mismo mes de junio por los terroristas, según una nota facilitada por el Gobierno Civil de Guipúzcoa. 

El lateral izquierdo del vehículo policial quedó acribillado, con orificios que en algunos casos alcanzaban varios centímetros de diámetro. Técnicos de desactivación de explosivos comentaron que la explosión habría elevado hasta los 3.000 grados centígrados la temperatura del vehículo en el que se encontraba la bomba 

Emilio Juan Casanova López fue trasladado urgentemente al hospital de la Cruz Roja, donde falleció poco después, mientras que otros compañeros heridos eran trasladados a la residencia sanitaria de San Sebastián, y otros dos, al hospital Provincial. Un portavoz de la residencia sanitaria hizo un llamamiento público a primeras horas de la tarde solicitando donación de sangre para las transfusiones. Uno de los policías heridos, José Antonio Quintana Cañuelo, de 27 años, tenía seccionada parcialmente la arteria yugular y su estado era gravísimo. Sufrió múltiples heridas de metralla en cabeza, tronco y extremidades, shock hemorrágico y paro cardiaco. Era natural de Valencia y estaba casado. Antonio Gutiérrez Pizarro, natural de Algeciras, 29 años, casado y con dos hijos, sufrió heridas graves en región lumbar derecha y múltiples heridas inciso contusas. El resto de agentes, Jesús María Díaz Barcia, Heliodoro Borrás Jesús, Juan Plaza Navarro y Engracio Calabuig Noguera, resultaron heridos de menor gravedad. Se daba la trágica circunstancia que los siete policías Nacionales habían acudido, horas antes, al funeral, que en el patio de armas del Gobierno Civil de Guipúzcoa, se había celebrado por el alma del Guardia Civil Juan Maldonado Moreno, asesinado el día anterior, en la localidad guipuzcoana de Pasajes de San Juan, al explotar un artefacto colocado debajo de su vehículo. 

Emilio Casanova López, de 29 años, era natural de Ayora (Valencia), localidad donde residía y donde fue cristianamente sepultado. 

¡¡Dulce et decorum est pro patria mori!! 

1 comentario:

  1. A día de hoy este crimen vil, y los que estuvieron a punto de serlo, no han sido esclarecidos.

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