El 11 de diciembre de 1980, caía, vilmente asesinado en Eibar por los hijos de puta de los etarras, con el traicionero y cobarde tiro en la nuca, el Inspector Javier Moreno Castro.
Javier Moreno era mi compañero de mesa en la Escuela General de Policía. Un magnífico policía y una persona entrañable cuya vida segaron esos que hoy son socios del miserable gobierno que tenemos.
Javier, que Dios nuestro Señor, por la intercesión del Santo Ángel de la Guarda, te dé el descanso eterno y se lo niegue a tus asesinos y a todos los que los protegen y blanquean.
Javier Moreno Castro, ¡presente!
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