domingo, 8 de enero de 2023

Las Unidades de Orden Público en la Policía Española (IV)

Del boletín "Emblema" de enero, tomamos la continuación del trabajo original del Comisario Pral. José D. Piris Perpén, sobre las Unidades de Orden Público.

Las Compañías de Asalto III.

El panorama de la Sociedad Española en el primer lustro de los años 1930, no podía ser más desolador. Una fuerte marea de violentos y duros desordenes públicos se adueñaron de la convivencia social. El posicionamiento en el seno del movimiento libertario y anarcosindicalista fue de una postura hostil, de enfrentamiento y de choque frontal a la República. El nuevo sistema político fue visto como una continuación del sistema capitalista anterior. Veían al mismo perro pero con diferente collar.

En enero de 1932 salta una fuerte insurrección promovida por sectores anarquistas en el Alto Llobregat. Tuvo lugar entre el 17 y el 27 de enero de 1932 en los pueblos de la cuenca alta del río Llobregat y de su afluente el río Cardener (Cataluña), donde intervinieron Compañías de los Grupos de Asalto n 14, 15 y 16.



La segunda revuelta revolucionaria tuvo lugar en enero de 1933. La insurrección se inicia el 1 de enero, cuando desde la siete de la tarde a las nueve de la noche, hacen explosión en La Felguera (Asturias), varias bombas de gran potencia. Simultáneamente, en Sevilla, se producen algaradas callejeras y son asaltadas tiendas y bares. En el pueblo de Real de la Jara los agitadores incendian la iglesia local. Se producen también saqueos en Lérida, y enfrentamientos en Pedro Muñoz (Ciudad Real), donde los sindicalistas toman el Ayuntamiento, proclamando el comunismo libertario. El día 3 se descubren varios arsenales de explosivos en Barcelona; el 5 estallan más artefactos en La Felguera, y en Gijón, y se agravan las huelgas de los tipógrafos en Valencia, los metalúrgicos y los empleados de la empresa Electra. Actuando como fuerza de intervención inmediata las Compañías de los Grupos de Asalto nº 5, 6, 7, 10, 15, 15 y 16.

En esta segunda insurrección, las Compañías de Asalto intervinieron, con mala fortuna operativa y desgaste de imagen corporativa de eficacia, en la represión de la revuelta anarquista de Casas Viejas.




Siendo el otro de los puntos negros del Cuerpo la participación de varios de sus miembros en el asesinato del líder del Bloque Nacional y diputado José Calvo Sotelo, el 13 de julio de 1936. Recuperando su fama de eficacia y bravura, constituyendo un bastión importante para el gobierno, su actuación en los enfrentamientos en mayo de 1937 en las calles de Barcelona.

La tercera de las revueltas revolucionarias se produce en Diciembre de 1933. El levantamiento tiene diversos focos localizados en Aragón, La Rioja y otras regiones, ( Extremadura, Andalucía, Cataluña y la Cuenca Minera de León ), destacando sobre todos ellos Zaragoza. Nuevamente las Compañías de Asalto de los grupos nº 5, 7, 9,10, 11, 14, 15 y 16 , más las Compañías de Especialidades de Madrid, tienen un papel destacado en la reducción y control de los disturbios armados y la detención de cabecillas de la insurrección, ( muchos de los cuales estaban en prisión hasta Julio de 1936 ).

Entre medias de estas revueltas insurreccionales, hemos de añadir, la intentona de Golpe de Estado en 1932. Se conoce como la Sanjurjada al fallido golpe de Estado que se produjo el 10 de agosto de 1932 contra la Segunda República Española. Liderado desde Sevilla por el General José Sanjurjo. Donde las Compañías de Asalto de los Grupos de Madrid y Sevilla, actuaron con decisiva profesionalidad, coadyuvando al fracaso de la intentona y recibiendo una efusiva felicitación público-social del Presidente del Gobierno Manuel Azaña.


No haremos mención a los sucesos de la revolución del año 1934, por haberlo tratado con anterioridad.

Tenemos que hacer, aquí, una referencia especial a la depuración de personal, ( Oficiales y Suboficiales considerados no afectos a la república ), que se produjo en el Cuerpo de Seguridad y asalto en Febrero de 1936. La mayor parte de ellos fueron destinados, en calidad de forzosos, a Unidades o Guarniciones Militares, bien alejadas del habitual lugar de residencia, con la finalidad de que no tuviesen contacto con el personal que hasta la fecha referida, habían mandado.

Con el estallido de la contienda civil, el Cuerpo de Seguridad y Asalto, en ambos bandos tiene una destacada y activa participación. Tanto en el bando sublevado, como en el bando republicano, cumplieron y combatieron mejor que los mejores. Como botón de muestra, referiremos varias de sus hazañas en ambos bandos.

Guerra Civil. Bando Republicano.

Con el estallido de la Guerra Civil, el Cuerpo se alineó fundamentalmente con el Gobierno de la República, siendo uno de los cuerpos armados donde menos apoyos tuvo la  sublevación militar del 18 de julio: un 70% se mantuvo leal al Gobierno.​ Sin embargo, los acuartelamientos de Zaragoza, Valladolid, Oviedo, Sevilla y La Coruña.se sumaron a la sublevación. De todos los cuerpos policiales que habían quedado en la zona gubernamental, el de Asalto era el mejor visto por la mayor parte de la población. Esto hizo que gran número de militares decidieran ingresar en este cuerpo, para evitar los recelos y suspicacias que la filiación militar creaba entre las milicias obreras. Este hecho llegó hasta el punto de que el presidente de Gobierno, Largo Caballero, tuvo que prohibir a los oficiales del Ejército integrarse en la Guardia de Asalto sin autorización expresa del Ministro de la Guerra.​ Los guardias de Asalto se distinguieron como una infantería fiable y de choque, Fueron algunos de los soldados más heroicos en la guerra civil española a la que la República siempre confiaba sus operaciones más delicadas, ​ como la defensa inicial de Madrid, el control de los sucesos de Barcelona de mayo de 1937 o la toma de Belchite. ​


En Madrid los miembros de los grupos de asalto y compañías de especialidades, eran una fuerza de combate muy motivada y eficazmente operativa, Su capital humano lo formaron jóvenes socialistas, paramilitares y guardias. Su importancia en la defensa de Madrid fue decisiva para que no se adujera al Movimiento Nacional de los sublevados. Estos bravos Guardias de Asalto fueron los que, en los primeros meses de la contienda, salvaguardaron a la capital. El número de bajas, entre los componentes de las compañías fue tan elevado, que casi ningún Guardia de Asalto madrileño seguía vivo después de seis meses.

Guardia de Asalto en un descanso durante los inicios de la defensa de Madrid

Ya avanzada la guerra, la Guardia de Asalto se convirtió en la élite del Ejército Popular.

Guardias de Asalto con su Ametralladora dirigiéndose la zona de combate de la línea XYZ del Frente de Levante

Barcelona, mayo 1937.

El hecho clave que hizo estallar el conflicto en Barcelona fue la toma de la central telefónica de Barcelona por unos 200 efectivos de la Guardia de Asalto. Las razones por las que se decidió tomar la sede de telefónica, se debían al control y sabotaje de las llamadas gubernamentales, por parte de la CNT. La central estaba controlada desde el comienzo de la guerra por la CNT-FAI, sindicato obrero que colectiviza por la fuerza la empresa telefónica en las zonas bajo su dominio. Y, por tanto, controlaba las comunicaciones telefónicas de Cataluña.

El 4 de mayo Barcelona estaba sumida en el silencio, solo interrumpido por el fuego de fusiles y ametralladoras. Los comercios y edificios estaban cubiertos por barricadas. Grupos armados de anarquistas atacaron los cuarteles de la Guardia de Asalto y edificios gubernamentales. Estos y los militantes comunistas contraatacaron.​ La mayor parte del proletariado barcelonés apoyaba a los anarcosindicalistas y se teme iniciar una Guerra Civil dentro de la Guerra Civil.


6 de mayo. Durante la madrugada la CNT llama una vez más a los trabajadores a regresar al trabajo que se observó durante la mañana, aunque los llamamientos para volver al trabajo fueron desatendidos, más por miedo que por obstinación. Por la tarde, no obstante, se reanudaron los combates. En un cine resultaron muertos varios guardias de la GNR por disparos de una pieza de artillería de 75 mm que habían traído de la costa varios miembros de las juventudes libertarias.

Una fuerza de aproximadamente 5000 miembros, la mayoría de ellos guardias de asalto, parten de Madrid y Valencia hacia la capital catalana. Por la noche dos destructores republicanos, acompañados por el Acorazado Jaime I llegaron al puerto de Barcelona procedentes de Valencia y cargados de hombres armados; Prieto había logrado vencer la aversión de Largo Caballero al tomar cartas en el asunto. ​ Al difundirse la noticia por la ciudad, la mayor parte de los trabajadores en huelga abandonan la resistencia. En Tarragona, milicianos de Estat Catalá, ERC y PSUC atacan la sede local de la FIJL, consiguiendo tomarla al asalto tras un duro enfrentamiento armado.

7 de mayo. A las ocho y veinte de la mañana llega la expedición de los guardias de asalto a Barcelona, ocupando distintos puntos neurálgicos de la ciudad. Algunos vienen por carretera desde Valencia, después de dominar sendas revueltas en Tarragona y Reús.​ Los anarquistas locales habían volado los puentes, carreteras y ferrocarriles para impedir el paso a la columna. Ese día la CNT volvió a hacer un llamamiento a la vuelta al trabajo, proclamando por la radio: «¡Abajo las barricadas! ¡Que cada ciudadano se lleve su adoquín! ¡Volvamos a la normalidad!». ​ Las fuerzas expedicionarias que entraron en Barcelona iban bajo el mando del teniente coronel Emilio Torres, que gozaba de cierta simpatía entre los anarquistas y precisamente por ello la CNT había propuesto que se le asignara a él dicha tarea para facilitar la vuelta a la normalidad.​ Los guardias de asalto en las ciudades de Barcelona y Tarragona y muchas otras localidades, proceden a desarmar y detener a numerosos miembros de la CNT, FAI, FIJL y POUM que habían participado en ellas.

8 de mayo. Las calles vuelven a la normalidad con algunos incidentes aislados y se empiezan a desmontar las barricadas. Los disturbios de Barcelona habían acabado finalmente. La prensa de la época calculó el número de bajas en 500 muertos y 1000 heridos.​ Las Jornadas de Mayo tuvieron también un campo de actuación secundario en muchos pueblos, principalmente de las provincias de Barcelona y Tarragona. Aquí la lucha también fue fortísima, aunque al final también fueron derrotados los anarquistas y trotskistas.

Guerra Civil. Bando Sublevado o Nacional.

Oviedo julio/ octubre 1936.

Inicialmente el 10º Grupo de Asalto permaneció, por ese fuerte espíritu de disciplina, leal al Gobierno de la República, pero los desmanes cometidos por turbas anarcosindicalistas en Oviedo y su Provincia y la presencia en el Grupo de Jefe, destituido en febrero de 1936, el comandante Caballero, cambió, el signo de la decisión inicial, en de permanecer adictos a la República. En este cambió de lealtades, tuvo un peso específico, los sucesos de Asturias del año 1934; los Guardias de Asalto consideraban que se no podían ser aliados de aquellos que habían asesinado a mansalva a tantos y tantos de sus buenos compañeros.

Se inician los enfrentamientos entre Guardias de Asalto y Anarcosindicalistas en San Esteban de las Cruces, Caño del Águila, San Lázaro, Catalanes, Postigo, El Mercadín, Cadellada, El Pando, Loma del Canto, Vallobin, El Camón, Los Solises, Cristo de las Cadenas, Plaza de América, San Pedro de los Arcos, Fábrica de Armas, La Puerta Nueva, Argañosa, Jaboneros, Hospital, El Fresno, Adoratrices, Cementerio Viejo, Casas Fuertes, Santo Domingo... En todos ellos, las Fuerzas del 10º Grupo de Asalto, lucharon como leones, defendiendo la ciudad de Oviedo. Pero particularmente, en los Solises, el comportamiento de la 18ª Compañía de Asalto, fue excepcional, hasta el punto de que su Jefe el Teniente D Luis Mayoral Massot, supo ganarse, al caro precio de su vida, la Cruz Laureada de San Fernando.

En la Loma del Cantó, resultó herido de gravedad el Comandante Caballero, perdiendo un ojo, y negándose a abandonar a sus Guardias; siendo condecorado con la Medalla Militar Individual.

El 10ª Grupo de Asalto, desde el 19 de julio hasta el 17 de octubre de 1936, hizo honor con su heroico comportamiento, a su gloriosa actuación en 1934. Así lo reconocieron los ciudadanos ovetenses, cuando frente al Cuartel de la Policía Armada, erigieron un monolito con la siguiente leyenda:

“ Al 10º Grupo de Asalto unido para siempre a Oviedo en el dolor y en la victoria”

“ Al 10º Grupo de asalto ejemplo y escuela de patriotismo”.

En otra acción en la defensa de Oviedo, el 21 de febrero de 1937, el Postigo, muere en acción el Capitán del Cuerpo de Asalto D. José Caballero Olabezar, hermano del comandante Caballero Jefe del 10º Grupo; la 18 ª Compañía , sufre en esta acción operativa, más de un 70% de bajas.

Como colofón a este hito histórico hemos de reseñar dos cosas, las bajas habidas y las condecoraciones obtenidas por el personal del 10º Grupo.

Bajas: 137 muertos y 517 heridos:

Recompensas:

- 1 Cruz Laureada de San Fernando.
- 3 Medallas Militares Individuales.
- 627 efectivos con la Cruz Laureada Colectiva.
- 627 efectivos con Medalla Militar Colectiva.
- 529 Medallas de sufrimientos por la Patria ( Herido en Zona de Combate ).
- 253 Ascensos por Méritos de Guerra.
- 627 Medallas de la Ciudad de Oviedo.

El 10º Grupo de Asalto, se integró, en 1941 en el Cuerpo de Policía Armada y de Tráfico.



José Piris Perpén.

1 comentario:

  1. En este articulo pueden contemplarse un muy amplio surtido de las armas largas que estuvieron en servicio en los convulsos años de la primera mitad del siglo XX en España-
    Si comenzamos por la primera foto vemos que el guardia de la izquierda porta una Carabina Mauser de caballería modelo 1895, conocida como Tercerola por tener; originalmente un tercio menos de la longitud de fusil Mauser. Calibre reglamentario 7 mm Mauser español
    En la tercera foto los guardias de asalto de la primera fila llevan el posterior Mosquetón Oviedo M1916 que debía sustituir tanto a las carabinas como a los fusiles modelo 1895.
    En la cuarta foto vemos que el Guardia Civil de la derecha porta un Fusil Mauser 1895, calibre reglamentario 7 mm y junto a él dos guardias de asalto portan un Oviedo 1916 permitiendo apreciar las diferencias de tamaño de una y otra arma. La ametralladora es un Hotchkiss M1922 de 7mm reglamentaria en la época. A la izquierda de la foto el guardia de asalto porta la ya menciona carabina 1895.
    En la foto del metro las dos armas son mosquetones Oviedo.
    Después tenemos la foto de la camioneta. El agente porta, nuevamente, la carabina 1895.
    Y pasamos a las fotos de la guerra civil.
    En la primera una ametralladora Lewis británica, modelo 1916, calibre 303 British.
    En la segunda se ve un Oviedo 1916 y, probablemente otro, sujetando la reglamentaria manta del ejercito a modo de panel corta viento.
    Sobre el camión vemos de nuevo la reglamentaria Hotchkiss.
    Veamos ahora la foto de Barcelona. Un paisano porta un revolver no identificable, por su tamaño aparente podría ser un Revolver Tanque Calibre 32 pero es imposible identificarlo con seguridad. Pero veamos los fusiles.
    El agente más próximo al objetivo empuña un Oviedo 1916, con bayoneta calada. El situado mas al fondo empuña sin duda una Tercerola. ¿y el segundo? Pues probablemente también una tercerola ya que de ser un fusil habría sobresalido por detrás de la cabeza del primer agente.

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