jueves, 10 de septiembre de 2020

Hoy, sigue presente

Hoy recordamos al inspector del Cuerpo Nacional de Policía, Martín Martínez de Velasco y el Policía Pedro Antonio Fonte Salido, asesinados por ETA, el día 10 de septiembre de 1988 en izurza (Vizcaya). 

El Inspector del Cuerpo Nacional de Policía, Martín Martínez de Velasco y el Policía Pedro Antonio Fonte Salido, eran asesinados el sábado día 10 de septiembre en la pequeña localidad vizcaína de Izurza, muy próxima a Durango, por tres individuos que les dispararon a bocajarro. Los dos policías estaban adscritos a la Unidad de información Antiterrorista de la Jefatura Superior de Bilbao y sus cuerpos quedaban acribillados al menos por siete impactos de bala cada uno de ellos. 

Inspector Martín Martínez de Velasco

Los hechos sucedieron hacia las 5, 15 de la tarde cuando el inspector se encontraba en el interior del bar Ozaeta, en el barrio de Elizalde, llamando por teléfono y el otro compañero le aguardaba en el interior de un automóvil Opel Corsa de color azul, camuflado, que estaba estacionado cerca del establecimiento. 

Policía Pedro Antonio Fonte Salido

Los asesinatos fueron cometidos por tres individuos que seguían a los dos policías y que aprovecharon la parada de éstos en el bar para realizar el atentado. Uno de los terroristas entró en el local y disparó por la espalda sobre el inspector Martínez de Velasco que se encontraba telefoneando, produciéndole la muerte instantánea. Por su parte, los otros dos terroristas se dirigieron directamente al Opel Corsa y dispararon al Policía Pedro Antonio Fonte que esperaba en su interior por la ventanilla del vehículo, provocándole también la muerte en el acto. Una vez cometido el atentado, los terroristas, que actuaron a cara descubierta, exigieron a punta de pistola las llaves de un Peugeot 505 de color gris a su propietario, un vecino de Izurza que se dirigía al bar, y huyeron en este automóvil en dirección a Durango. 

Los dos policías asesinados llevaban a cabo una labor de investigación en diferentes bares de la pequeña localidad, que podían estar siendo utilizados por miembros o simpatizantes de ETA para contactar telefónicamente entre ellos. La Brigada de Información Antiterrorista de Bilbao seguía, en las semanas previas al doble asesinato, una serie de indicios sobre la presencia de un grupo de ETA en el área de Durango, dentro de la cual se encontraba la localidad de Izurza. Martín Martínez de Velasco y Pedro Antonio Fonte Salido habían estado ya en varias ocasiones en el Bar Ozaeta, donde fueron asesinados, por lo que es probable que fueran detectados por alguien cercano a la banda, en alguna ocasión anterior, e informase de sus visitas. 

El hecho de que los terroristas no acudiesen con un coche propio sino que huyesen en un vehículo robado a uno de los clientes del bar, indicó a las claras que controlaban perfectamente el área del atentado y que habían descubierto la labor investigadora iniciada por los agentes. Izurza, era una pequeña localidad de unos cuatrocientos habitantes, lo que habría facilitado la detección de unos forasteros, según señalaron medios de la lucha antiterrorista. 

A mayor abundamiento tres meses antes del atentado que le costó la vida, el inspector Martín Martínez había formado parte de una rueda de reconocimiento en un Juzgado de Bilbao. Debido a que la legislación procesal de la época no garantizaba el anonimato de los agentes de la lucha antiterrorista, era probable que Martín hubiese sido identificado en dicha rueda por miembros de la organización terrorista y sus cómplices. 

De la instrucción de las diligencias se hizo cargo la policía autónoma vasca, que llevó a cabo un amplio despliegue en la zona. Los miembros de la Ertzantza recogieron en el lugar de los hechos varios casquillos del tipo nueve milímetros parabellum, munición empleada por la organización terrorista ETA. Muchos vecinos de Izurza que oyeron los disparos efectuados por los desconocidos creyeron, en principio, que las detonaciones provenían de los cohetes lanzados con motivo de celebrarse las fiestas patronales. 

Los restos mortales del Policía Pedro Antonio Fonte Salido fueron trasladados desde Bilbao, donde se ofició el funeral por el eterno descanso de los dos servidores del orden, al aeropuerto de Vitoria y desde allí, en un avión “CASA-C212” de la Fuerza Aérea, hasta La Coruña. 

Durante el viaje a La Coruña el féretro de Fonte Salido estuvo acompañado por el padre y la novia del policía vilmente asesinado. En el aeropuerto coruñés de Alvedro, donde esperaba el gobernador civil de la provincia, Andrés Moreno Aguilar, el ataúd, cubierto con la bandera española, fue retirado del avión por miembros de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y trasladado a un furgón en el que siguió viaje hasta Ferrol, ciudad en la que residía su familia y donde se instaló la capilla ardiente, en el Hospital General de Carranza. El entierro, se llevó a cabo en el panteón familiar del cementerio de la localidad coruñesa de Vilachá, en el municipio de Monfero. Pedro Antonio Fonte había nacido hacía 27 años en la localidad ferrolana de Neda. 

Martín Martínez Velasco tenía 33 años de edad. Era natural de San Andrés de Montejos, en el Bierzo leonés, y se había casado menos de un año antes de ser asesinado. Sus restos mortales se enterraron en el cementerio de Derio (Vizcaya) por expreso deseo de su familia. Una semana después, unos dos mil ciudadanos se manifestaron en Ponferrada (León), convocados por los familiares y amigos de la víctima, dando vivas a España y gritos contra el gobierno y los asesinos de ETA. 

¡¡Dulce et decorum est pro patria mori!! 

1 comentario:

  1. Los autores de este atentado fueron Juan Carlos Arruti Azpitarte, alias Paterra, (condenado a 30 años), Juan Ignacio Oyarbide Aramburu, alias Txiribita, y Manuel Urionabarrenechea Betanzos, alias Manu, fallecidos en un tiroteo con la Guardia Civil. También fue condenada a 12 años como encubridora María Begoña Arroyo Pérez Nanclares.

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