Estamos asistiendo, estos días, con indignación y tristeza, al lamentable espectáculo de ver como se trata de herir el alma de España, representada en los vestigios de su glorioso pasado. Vemos como turbas incontroladas, dirigidas por el social-comunismo internacional, derriban impunemente monumentos de españoles -la Reina Católica, Colón, Fray Junipero Serra-, con la burda excusa de que fomentaron el esclavismo en América.