domingo, 27 de noviembre de 2016

La muerte del Guardia Sabino Fouces Martínez

La situación general de alarma provocada por la insurrección anarquista que pretendía instalar en España el comunismo libertario y que golpeo a una buena parte del territorio nacional entre los días 8 y 15 de diciembre de 1933, también se dejó sentir en La Coruña donde resultó de una violencia extrema hasta al punto de cobrarse un muerto y siete heridos de diferente consideración. Fueron jornadas en las que se sucedieron los atentados, los incendios, las explosiones y los tiroteos protagonizados por grupos extremistas de filiación anarquista y de extrema izquierda.



La huelga violenta y sediciosa en nuestra ciudad se inició en la noche del sábado día 9 cuando el personal de talleres de los diarios locales dejaron de presentarse a sus puestos de trabajo; a ellos se unieron los camareros de restaurantes, bares y cafés y pronto se extendió a otros sectores de la vida laboral coruñesa.

Crucero de la Armada "Almirante Cervera" que participó en la sofocación de la revuelta

A las once de la noche del aquel día se escucharon cinco fuertes detonaciones que alarmaron a toda la ciudad; cinco explosiones de cargas de dinamita colocadas en los transformadores de la Palloza, Plaza de Pontevedra, Plaza de Orense, proximidades del Gobierno Civil y cerca del Kiosco Alfonso que los dejaron totalmente destrozados, provocando apagones en amplios sectores de la ciudad.

En la madrugada del sábado al domingo, al tener conocimiento de que unos individuos armados con pistolas pretendían asaltar una gasolinera sita en la zona de San Pedro de Nos, se dispuso la salida del Teniente Pérez Remedo, un Sargento y 15 Guardias de Seguridad que al llegar al lugar comprobaron que los asaltantes habían huido, haciéndose fuertes cerca de una casa desde donde dispararon contra la fuerza sin causarle bajas.

Tras reconocer los alrededores localizaron a un individuo que resultó ser un tal Fernando González, de 27 años, trabajador de la Fábrica de Tabacos, que había sido alcanzado en una pierna. Se procedió a su detención.

También esa madrugada se produjeron disparos en la zona del Cuartel de Artillería donde la guardia repelió a un grupo sospechoso reunido en los alrededores.

Por su parte, Agentes del Cuerpo de Vigilancia lograron localizar hasta un total de veinte bombas en diferentes puntos de la ciudad.

El domingo día 10 abrieron muchos bares y cafés y se registró animación en las calles. Los tranvías funcionaron con intermitencia hasta el mediodía en que sus conductores fueron sustituidos por personal del Cuerpo de Seguridad. Los teatros y salas de espectáculos cerraron sus puertas.

El lunes día 11, se dispuso que Soldados y efectivos de la Guardia Civil custodiasen los Bancos; por otra parte arribó al puerto el Crucero Almirante Cervera con el fin de dar cobertura a la zona portuaria; incluso en esa jornada se hicieron cargo de los hornos de las panaderías Soldados de la guarnición al escasear este alimento básico.

Lugar del enfrentamiento donde resulto muerto el Guardia Fouces (ABC)

Sin embargo lo más grave estaba por llegar en la noche de este día. En las obras del FF.CC. de Santiago fue sustraída una importante cantidad de dinamita; de inmediato salieron para el lugar un Agente de Vigilancia y cuatro Guardias de Seguridad con el fin de esclarecer lo sucedido y proceder a la localización y detención de los autores, así como a la recuperación de lo sustraído. 

Al llegar al polvorín objeto del asalto confirmaron la sustracción de los explosivos y se desplegaron para tratar de localizar la camioneta en la que al parecer se encontraba la dinamita.

Siguiendo las huellas de la rodadura del vehículo llegaron al lugar de Elviña. Al llegar a este punto se vieron sorprendidos con el fuego cruzado de varios individuos emboscados en sendas cunetas, situadas a ambos lados del camino, quienes arrojaron bombas de mano contra los actuantes además de hacer fuego contra ellos con armas cortas. Los Guardias repelieron la agresión resultando herido mortalmente el Guardia Sabino Fouce Martínez de la 16ª Compañía de Asalto con guarnición en La Coruña, así como su pareja en el servicio, el también Guardia Manuel Osorio, que igualmente fue alcanzado por el fuego sedicioso, causándole heridas.

De resultas de esta agresión también resultaron heridos el Agente de Vigilancia Félix Ortega; el Cabo de Asalto Ramón Rodríguez Martínez y el Guardia Manuel Quiroga López, ambos de la Compañía de Asalto nº 31 de Pontevedra que había llegado a La Coruña a reforzar su guarnición, así como un civil que los acompañaba.

Rápidamente llegó al lugar de los hechos un segundo vehículo con refuerzos que tardó en localizar a los Guardias Fouce y Osorio; el primero yacía muerto y el segundo, sin munición, pues la había empleado para repeler la agresión, manteniendo un vivo fuego contra los sediciosos, protegiendo el cuerpo de su compañero.

Tras activar un dispositivo de batida por las inmediaciones, se logró la detención de José Fernández Sánchez, vecino de Elviña, que fue localizado en el fielato de Monelos montado sobre una burra y con heridas de arma de fuego.

El cadáver del infortunado Guardia fue trasladado al Hospital y de allí al Cuartel de la 16ª Compañía de Asalto sito en la calle de Juana de Vega donde fue instalada la capilla ardiente y desde donde, a las once y cuarto de la mañana del día 13, se verificó el sepelio en el Cementerio de San Amaro.

Sepelio del Guardia Fouces en el cementerio de San Amaro de La Coruña (ABC)

El sepelio constituyó una multitudinaria manifestación de duelo de toda la ciudad, cerrando sus puertas todo el comercio y sumándose al acto la totalidad de las Sociedades coruñesas. El ataúd con los restos mortales de Sabino Fouce fue llevado a hombros por personal de Vigilancia, Guardias de Seguridad y Guardias Civiles. En la comitiva fúnebre marchaban coronas del Cuerpo de Seguridad y Asalto; del de Investigación y Vigilancia; de la Guardia Civil; del Regimiento de Infantería y de la 31ª Compañía de Asalto (Pontevedra), entre otras.

El féretro iba acompañado por personal de los Cuerpos de Seguridad, Vigilancia, Guardia Civil y Carabineros. Tras él, un Cabo del Cuerpo de Seguridad y seis Soldados pertenecientes a los Regimientos de Infantería, Artillería y Grupo de Intendencia de la guarnición coruñesa. 

Todavía siguieron los desmanes durante días en los que la maldad de los sediciosos llegó a extremos difícilmente comprensibles tratando de hacer descarrilar trenes, atentando contra los depósitos de agua que abastecían la ciudad, etc. Todo ello obligó a reforzar la guarnición militar de la ciudad con efectivos llegados de Lugo pertenecientes a la 15ª Brigada de Infantería, así como con el Crucero Almirante Cervera de la vecina Base Naval de El Ferrol que prestó una inestimable colaboración no solo desembarcando un trozo de su dotación para apoyar a las fuerzas del orden, sino también iluminando algunas zonas de la ciudad con sus potentes reflectores.

Dentro del capítulo de sucesos, a las once y medía de la mañana del día 12, efectivos de Asalto mantuvieron un tiroteo contra un grupo sedicioso que se había reunido en los Molinos de Santa Margarita y que al percatarse de la llegada de la fuerza hicieron fuego contra ella, respondiendo los Guardias con sus armas reglamentarias, resultando herido uno de los concentrados.

En esa misma jornada, personal del Cuerpo de Seguridad se tuvo que desplazar a la prisión para sofocar un intento de motín. También nuevamente, por la tarde, fuerzas de Asalto desalojaron a un grupo de sediciosos de los altos de Santa Margarita.

La huelga revolucionaria no se dio por concluida hasta el sábado día 16 cuando la vida comenzó a retornar a la normalidad en La Coruña, dejando como triste recuerdo la muerte del Guardia Fouces Martínez.

José Eugenio Fernández Barallobre.

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