viernes, 17 de agosto de 2018

Detenidos tras los desórdenes (1914)

El domingo 8 de febrero de 1914, se celebró en el Teatro Sala Imperio de Barcelona un mitin político organizado por la Juventud Conservadora, existiendo la seguridad de que iban a producirse incidentes provocados, como señala la prensa de la época, por "los perturbadores de oficio y logreros de toda especie", alentados por "las excitaciones de la prensa demagógica".

Pese a disponer un amplio dispositivo de seguridad con efectivos de los Cuerpos de Vigilancia y Seguridad, tanto en los alrededores como en el interior del teatro, antes de iniciarse el acto, ya en los accesos a la sala se produjeron algunos incidentes que provocaron la práctica de varias detenciones entre ellas las de Domingo Gaspar (a) Pierre; Camilo Boix (a) León Boch; Mariano Murció Costa, tintorero; José Pubill Bonifacio, cerrajero; Raimundo Santiago Gómez, a quien en el momento de la detención se le ocupó un cuchillo-puñal, y Enrique Verdú, todos los cuales fueron trasladados a la Delegación del distrito de la Audiencia.

Guardias de Seguridad conduciendo a detenidos tras los sucesos de Barcelona (La Actualidad)

Restablecido el orden, el acto se inició y concluyó sin incidentes, siendo al finalizar el mismo cuando se reprodujeron los altercados de cariz mucho más grave y violento que antes de iniciarse.


La prensa señala que "las pruebas de intolerancia y barbarie las dieron los titulados elementos avanzados" que, con su intransigencia habitual, pusieron en grave riesgo la integridad física de los pacíficos ciudadanos que libremente concurrieron al acto.

Al parecer, por informaciones recogidas por la prensa barcelonesa de la época, el dispositivo de seguridad, amplio y coordinado al menos en las proximidades del teatro, dejó al descubierto el itinerario por donde deberían discurrir los carruajes en los que los oradores participantes en el mitin tenían que desplazarse hasta el Hotel Palace, el tramo de la calle Diputación comprendido entre la Rambla de Cataluña y el Paseo de Gracia.

Fue, precisamente, en ese tramo de calle donde un grupo de individuos, que la prensa cuantifica en veinte o treinta, aguardaron el paso de los vehículos, abriendo fuego cruzado, en más de cuarenta ocasiones, contra ellos que milagrosamente resultaron ilesos.

Pronto personal de la Brigada del Comisario Bravo Portillo y del Cuerpo de Seguridad acudieron al lugar de los hechos, logrando la detención de algunos de los agresores a quienes se les ocuparon las armas de fuego usadas en la agresión.

De resultas de la agresión, Claudio Rialp, que viajaba en el primero de los vehículos, fue alcanzado por un proyectil que le causó una herida en la región subescapular izquierda, con agujero de salida en la región pectoral del mismo lado, de pronóstico reservado.

En el lugar de los hechos fueron detenidos Joaquín Guasch Soler, dependiente; Francisco Gil Porcar, tipógrafo, a quien se le ocupó una bayoneta con la que amenazó a los Agentes intervinientes; Juan Alvarez Serra, mecánico, a quien se le ocupó una pistola Browing, con dos cargadores y treinta cápsulas; Sebastián Lázaro, electricista, en suyo poder se halló un revolver con cinco proyectiles, dos de ellos disparados; José Riñasco de la Puente, electricista; Ramón Archs Cruces, mozo de almacén; Vicente Goldón Crespo, a quien se le ocupó un revolver con cinco proyectiles, dos de ellos disparados; Constantino Bolado Rovira, tintorero; José Castelar Nogueras, descargador; Jaime Ribera Nadal, electricista; Mariano Portolés García, jornalero; Abdón Puig Ferrer, quienes fueron acusados de la autoría de los disparos. 

Los detenidos fueron trasladados a las Delegaciones de La Lonja, Hospital y Universidad. Además de los efectos consignados, se ocuparon otras tres armas de fuego y una blanca que fueron recogidas en el lugar de los hechos. 

Esta acción, perfectamente planificada y coordinada, causó gran indignación en Barcelona, llegando la Policía a tener que proteger a los detenidos ante la posibilidad de que estos fuesen agredidos por el numeroso público concentrado en el lugar de los hechos.

En cuanto a los Guardias que aparecen en la fotografía, visten el uniforme declarado reglamentario a partir de septiembre de 1911.

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