lunes, 6 de agosto de 2018

Algo más sobre el atentado frustrado de 1910

En otra entrada de este blog ya hablamos este suceso que conmovió Madrid en mayo de 1910, tan solo cuatro años después del salvaje atentado, que tantas vidas costó, el día del enlace matrimonial del Rey D. Alfonso XIII con Dña. Victoria Eugenia. 

Aquella entrada la titulamos “un atentado frustrado”, al existir convencimiento absoluto de aquel suceso no fue casual ya que su autor, otro anarquista asesino, José Corengia Taborelli, pretendía, en primera instancia, atentar contra S.M. el Rey, aun cuando los artefactos encontrados en su poder hicieron presumir que tras el regicidio podrían producirse más atentados, teniendo como objetivo la Capital de España. 

Lugar donde hizo explosión el artefacto (Actualidades)

En aquella ocasión, el Guardia de Seguridad, Nicanor Blanco Segovia, que se encontraba esperando el paso de un tranvía en la calle Mayor, a la altura del hermoso monumento erigido en recuerdo de las victimas del salvaje atentado del día de la boda Real, escuchó una fuerte detonación proveniente, precisamente, de la parte posterior del monumento. 

Plano de la zona de la explosión (Actualidades)

Al escuchar la detonación que produjo una columna de humo y ver salir de lugar corriendo a un individuo que le infundió sospechas, lo persiguió, dándole alcance y abalanzándose sobre él para proceder a su detención. 

Plano de la habitación ocupada por el terrorista en la calle Jacometrezo (Actualidades)

El individuo opuso fortísima resistencia a la intervención del Guardia, obligándolo a hacer uso de su machete reglamentario para reducirlo, golpeándolo con él, no pudiendo evitar que extrajese un pequeño revolver de un bolsillo y, ante la posibilidad de ser detenido, se disparase un tiro en la sien. 

Monumento a las víctimas del atentado de 1906, demolido por el Frente Popular (Actualidades)

En un registro realizado en el inmueble nº 25 de la calle Jacometrezo, donde se alojaba el terrorista, fueron ocupados, dentro de un baúl, varios artefactos explosivos similares al que había hecho explosión, con el fin de utilizarlos en una cadena de atentados que planeaba realizar en Madrid. 

Guardia de Seguridad Nicanor Blanco Segovia (Actualidades)

El terrorista, amigo del otro asesino, Mateo Morral, autor del atentado contra la comitiva real el día del enlace regio, de origen italiano había llegado a Madrid a mediados de enero anterior, motivo por el cual, el Cuerpo de Vigilancia, puso sobre él un discreto control de seguimiento que se desactivó, tras varios días, al ver que este individuo no contactaba con persona alguna en la Capital de España. 

Portal del inmueble nº 25 de la calle Jacometrezo (Actualidades)

La revista madrileña “Actualidades”, en su número correspondiente al 25 de mayo de 1910, ofrece un amplio reportaje fotográfico en el que aparecen además de las imágenes con que ilustramos estos comentarios, otras en las que aparecen Ana Bertina, una mujer que llevando una niña en brazos, de la que también aparece la fotografía, transitaba por el lugar de la explosión en el instante en que se produjo la deflagración.

Fragmento del artefacto recogido en el lugar de la explosión (Actualidades)

También se muestra una fotografía del doctor Julio Hurdisán que transitaba por el lugar de la explosión y a punto estuvo de ser alcanzado y que recogió alguno de los restos del artefacto explosivo que quedaron esparcidos tras la deflagración.

El cuerpo del anarquista muerto en la Casa de Socorro (Actualidades)

Como curiosidad, en una de las fotografías se observa el hermoso monumento erigido en memoria de las víctimas del atentado de 1906 que fue demolido por el Frente Popular, en su afán revanchista, cuando cambiaron el nombre de la Calle Mayor, rebautizándola, para indignidad de quien tomó tal decisión, con el nombre del asesino Mateo Morral, autor del asesinato de muchos inocentes en aquella festiva jornada de mayo.

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