sábado, 25 de noviembre de 2017

¡Arriba la liga! (1914)

No siempre en Zarzuelas o Revistas la Autoridad gubernativa vio con buenos ojos que se retratasen, entre sus personajes, a miembros del Cuerpo de Seguridad a los que no solo se les denominaba por los apelativos populares usados en cada época - guindas, por ejemplo -, sino que también, en ocasiones, los autores o directores, trataban de ridiculizarlos enfatizando en acentos o dejes de determinadas partes de España, gestos o actitudes que resultaban molestas e incluso iban en menoscabo del prestigio que correspondía al Cuerpo.

Estereotipos estos que fueron retratados en algunas de nuestra Zarzuelas más famosas - La Gran Vía o Agua, azucarillos y aguardiente, por citar tan solo dos de ellas - y que hicieron aflorar la sonrisa, cuando no la carcajada, del público asistente complaciente al ver como se exageraban ciertas actitudes que ponían en entredicho la solvencia y seriedad de la Corporación.

Todo ello provocó que, en alguna ocasión, la Autoridad competente censurase, en todo o en parte, la indumentaria de esos personajes haciendo desaparecer toda sombra de similitud con el uniforme reglamentario del Cuerpo o los diálogos que resultasen ofensivos para la Institución.

Dentro de estas prohibiciones figura la que el 6 de septiembre de 1914 hizo la Autoridad gubernativa con relación a dos personajes - Chamorro y Negrete - de la obra "¡Arriba la liga!" - en algunos periódicos de la época aparece con el título de "¡Viva la liga!" - que se estaba representando, en sesión de noche, en el Teatro Novedades de Madrid.

La obra, un Pasatiempo en un acto, dividido en cuatro cuadros, en prosa y en verso, cuya letra es original de Enrique Paradas, Joaquín Jiménez y Adolfo Sánchez Carrere, con música de los maestros Cayo Vela y Enrique Bru, se estrenó en el Teatro Novedades de Madrid la noche del 30 de agosto de 1914. 

En el contexto de la obra, ambos personajes, Chamorro y Negrete, aparecían en la escenificación vestidos con uniformes del Cuerpo de Seguridad lo que provocó, dado su papel que se consideró ofensivo para el Cuerpo, que se les exigiese un inmediato cambio de indumentaria para hacer desaparecer cualquier parecido. De este hecho se hizo eco la cartelera del Teatro que, en la función del día referido, hizo público el cambio de indumentaria de ambos personajes siguiendo las órdenes recibidas de la Autoridad competente. 

De hecho, en la página del libreto en el que aparece el reparto al referirse a estos dos personajes les coloca una llamada que lleva al pie de página donde se lee el siguiente comentario: "el vestuario de estos personajes, que son dos Guardias de Seguridad, deberán parecerse lo menos posible a los que usan los Agentes del citado Cuerpo, a fin de evitar molestias en determinados elementos".

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