sábado, 11 de enero de 2020

La muerte de los Guardias Juan Antonio Esteras Cortés y Mariano Ibáñez Ródenas

La muerte de estos dos Guardias del Cuerpo de Seguridad se produjo en Toledo, la noche del 3 al 4 de marzo de 1932, cuando ambos se encontraban, en unión del resto de la Sección de Asalto a la que pertenecían, desplazados en la ciudad Imperial en previsión de alteraciones de orden público consecuencia de la huelga promovida por los grupos de extrema izquierda. 


Esa noche, la Sección, al mando del Teniente Máximo Moreno, se encontraba cenando en el Colegio de Huérfanos de Infantería, cuando fueron advertidos que los revoltosos estaban atacando el cuartelillo de la Guardia Municipal, sita en la plaza de Zocodover, utilizando para ello armas de fuego y piedras. 

Los Guardias asesinados en Toledo

Advertido el Teniente de esta situación, ordenó a los Guardias que ocupasen los vehículos de dotación para trasladarse al referido cuartelillo para evitar que fuese tomado por los sediciosos. 

Una vez toda la Sección sobre sus vehículos, el Oficial dio orden de partida y al salir del patio de talleres del Colegio fueron tiroteados, de forma sorpresiva, desde varios puntos, produciéndose un intercambio de disparos entre los Guardias y los que los habían emboscado. Según se pudo determinar la fuerza pública recibió más de cien disparos de escopeta y pistola. 

Sin detener los camiones, se dirigieron al paseo de la Vega, frente al edificio en construcción de la sede de la Escuela Normal, donde los vehículos resultaron alcanzados, viéndose en la necesidad las dotaciones a abandonarlos para defenderse de la salvaje agresión que contra ellos se estaba perpetrando. 

La Sección de la que formaban parte los Guardias asesinados (Ahora)

De resultas de este tiroteo, falleció el Guardia Conductor Juan Antonio Esteras Cortés -en algunos medios aparece como Estera-, quien pese a ser atendido en el Hospital provincial nada pudo hacerse por su vida. Igualmente sufrieron heridas muy graves el Cabo Agapito García y el Guardia Mariano Ibáñez Ródenas, quien fallecería al día siguiente. Dentro del balance de heridos también figura el Teniente jefe de la Sección que fue alcanzado por un proyectil, así como el Guardia Avelino González, ambos con lesiones de poca consideración. 

Algunos medios de comunicación de la época refieren de forma distinta este atentado, señalando que se produjo cuando la fuerza se dirigía a cenar y antes de acceder al Colegio de Huérfanos de Infantería, no difiriendo en el resto de la narración.

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