sábado, 9 de febrero de 2019

1995. ETA asesina en Bilbao al Policía Nacional Rafael Leiva Loro y hiere gravísimamente a su compañero el Policíal Domingo Duran Diez

Sobre la una de la tarde del día trece de enero, el Policía Nacional Rafael Leiva Loro resultaba muerto y su compañero Domingo Duran Diez, gravemente herido al ser tiroteados por un comando de ETA, cuando se encontraban custodiando el vestíbulo de las oficinas de expedición del DNI y pasaportes en Bilbao, situadas en pleno centro de la capital vasca. 

Alrededor de la una de la tarde, el agente Rafael Leiva estaba atendiendo en el hall a un ciudadano cuando un joven entró en el local, alargó el brazo y le disparó con una pistola por la espalda a la altura de la oreja. En ese momento, otro terrorista estaba dentro de la oficina contigua. Sonó otro disparo de pistola y el policía Domingo Durán Díez se convertía en el segundo objetivo del atentado, quedando tirado en el suelo, en medio de un gran charco de sangre, después de haber recibido un disparo en las cervicales. 

Policía Rafael Leiva Loro

Los etarras, ambos muy jóvenes, intentaron neutralizar la posible reacción de los policías al realizar a la vez el atentado en ambas oficinas. No contaron con la inmediata respuesta policial. Los dos terroristas penetraron en el vestíbulo de las oficinas donde se encontraban prestando servicio los dos policías, uniformados y con chaleco antibalas, y les dispararon a bocajarro en la cabeza. Abandonaron el lugar saliendo uno por cada una de las puertas que daban a las calles Heros y Juan de Ajuriaguerra. Una vez en la calle, se dieron a la fuga corriendo en dirección a la calle Ercilla. Varios agentes de policía que se encontraban en el interior de las oficinas salieron a la calle, rifle en mano, para capturar a los miembros de ETA. Durante la persecución, los agentes del orden efectuaron varios disparos. 

Los acontecimientos se precipitaron y, en pocos minutos, uno de los terroristas fue detenido. Una patrulla policial camuflada, que realizaba un servicio de contra vigilancia, logró arrestar a uno de los autores del atentado, al que le fue incautada una pistola Star con dos cargadores. El etarra detenido fue identificado como Jorge González Endemaño, de 22 años, natural de la localidad vizcaína de Portugalete y vinculado a Jarrai, rama juvenil de la organización KAS. Un testigo de la persecución aseguró que oyó un ruido seco y pensó que eran los repartidores de butano que se encontraban en las inmediaciones. Al salir a la ventana, la persecución había finalizado y uno de los terroristas estaba tumbado y encañonado por un policía al final de la calle de Ajuriaguerra. 

Policía Domingo Durán Diez

Una ambulancia de la DYA trasladó a Rafael Leiva al hospital de Basurto, donde ingresó cadáver a la 13.20. El segundo policía Domingo Duran Diez fue ingresado en el hospital de Basurto con pronóstico muy grave. La bala le había atravesado el cuello afectándole la médula. Según el parte médico, presentaba dos orificios de bala, uno de entrada y otro de salida, en el cuello. Al llegar al hospital sufrió una parada cardio-respiratoria que requirió reanimación, con respuesta positiva. 

El gobernador de Vizcaya, Daniel Arranz, se trasladó al lugar del atentado. Calificó a los terroristas de "auténticos kamikazes". 

Al día siguiente centenares de personas recibieron y despidieron al féretro con los restos mortales de Rafael Leiva con vivas a la Policía Nacional, a la Guardia Civil y al Ejército, y gritos a favor de la pena de muerte para los terroristas de ETA. El féretro de Rafael Leiva, envuelto en la Bandera Nacional, llegó a la iglesia de San José situada a escasos metros del Gobierno Civil, donde se había instalado la capilla ardiente, a hombros de compañeros. 

Homenaje en Atarfe al Policía asesinado

Durante la ceremonia religiosa, el sacerdote oficiante Javier Mendizábal señaló que las bandas terroristas como ETA son consideradas "por el pueblo español como baldón que envilece su imagen, particularmente la de aquellas comunidades que les han visto nacer, de cuyos comportamientos se han marginado y a los que pretenden imponer sus proyectos de muerte". 

A la salida del funeral y tras ser interpretada la marcha “La Muerte no es el final” por la Unidad de música del Regimiento de Infantería de Garellano y entonada por todos los presentes, en honor al Policía asesinado, el féretro de Rafael Leiva fue introducido en un furgón funerario que lo trasladaría hasta el aeropuerto de Sondica, desde donde, en un Aviocar del Ejército de Aire, volaría en dirección al aeropuerto de Granada y posteriormente por carretera sería trasladado a su pueblo natal Atarfe donde recibiría cristiana sepultura. 

El ministro de Justicia e Interior, Juan Alberto Belloch, que presidió el funeral por Rafael Leiva, declaraba que "las víctimas del terrorismo no deben ser instrumentalizadas nunca por nadie para nada. Así debe ser, y rogaría a los medios de comunicación que transmitieran eso. Víctimas del terrorismo son víctimas del terrorismo, ¡ojalá nadie instrumentalice nada!, es siempre lamentable esa posibilidad". Belloch señaló igualmente que "lo más importante es siempre el dolor de la gente, más importante que nada; he estado aquí para expresar y compartir el dolor de los familiares y compañeros de este policía que han asesinado". "Eso es lo fundamental”, -continuó el ministro de Justicia e Interior- “y los ciudadanos deben comprender que es una inmoralidad cuestionarse por qué llega el asesinato. Cada vez que los terroristas matan a un ciudadano, en este caso a un ciudadano policía, deben pensar además que detrás hay personas que sufren y que se han quedado sin su marido, sin su padre”.

El comando que asesinó al Policía Nacional Rafael Leiva y dejó muy mal herido a su compañero Domingo Durán, estaba integrado, por Asier Ormazábal, José Ignacio Alonso Rubio, Agustín Almaraz Larrañaga, Aitor Fresnedo y el detenido por la Policía, Jorge González Endemaño. Ese comando fue desarticulado a finales de diciembre de 1995. Agustín Almaraz y Asier Ormazábal huyeron a Hernani, mientras José Ignacio Rubio se ocultaba en Pasajes. El 26 de noviembre de 1997 Ormazábal fue detenido por la Policía francesa en una granja de Bretaña, junto con Francisco Javier Gallaga Ruiz, Iratxe Sorzábal y el matrimonio francés, Annie Alexandre y Bernard Michon, propietarios de la casa donde se produjo la detención. 

En 1998, la Audiencia Nacional condenó a 53 años de prisión a los autores de ese atentado: Jorge González Endemaño, Agustín Almaraz, Aitor Fresnedo y José Ignacio Alonso. 

En 2004 la Audiencia Nacional condenaba al etarra Asier Ormazábal por el atentado contra Rafael Leiva y Domingo Durán a 30 y 20 años respectivamente. Asier Ormazábal contaba con una extensa trayectoria criminal en las filas de la banda. Ese terrorista llegó a España el 11 de marzo de 2002 extraditado por Francia, donde cumplido una condena de cinco años por asociación de malhechores. La Justicia española le reclamaba por el asesinato del Policía Nacional Rafael Leiva Loro en 1995 y otra por un delito de tenencia de explosivos. 

En enero de 2010 Ormazábal era traslado a la cárcel asturiana de Villabona, procedente de la cárcel de A Lama, en Pontevedra, donde permanecía desde junio de 2006. En la actualidad cumple condena. 

El policía asesinado Rafael Leiva Loro, había nacido el 10 de abril de 1951 en la localidad granadina de Atarfe. Tenía su domicilio en Basauri, estaba separado de su esposa y tenía seis hijos. Ingresó en la policía el 1 de enero de 1977 y se encontraba destinado en Bilbao desde el 8 de octubre de 1985. Su compañero, Domingo Durán Díez nacido en la localidad pacense de Villar del Río, tenía 40 años, estaba casado y tenía un hijo. Ingresó en el Cuerpo Nacional de Policía el 1 de septiembre de 1978 y residía actualmente en Baracaldo. 

En enero de 2012 la localidad granadina de Atarfe era testigo del homenaje al Policía Nacional Rafael Leiva, inaugurándose una placa que daría el nombre del servidor del orden asesinado por el terrorismo malvado de ETA, a un parque de la localidad. Al homenaje asistieron familiares del policía asesinado, numerosos miembros de los Cuerpos de la Policía Nacional y Guardia Civil, autoridades civiles y militares, así como diversas asociaciones de víctimas del terrorismo. 

De acuerdo con el Real Decreto 1404/2000, con fecha 19 de julio de 2000, se concedió a Rafael Leiva Loro la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo. Además, en resolución fechada el 18 de marzo de 2005 (Real Decreto 308/2005), el Ministerio del Interior le concedió también el ascenso de empleo, con carácter honorífico y a título póstumo. 

Carlos Fernández Barallobre. 

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