Nuestro gran amigo, compañero y colaborador José Luis Calvo Pérez, nos remite este interesante artículo.
Ante el cariz que alcanzaba el movimiento revolucionario iniciado en Portugal en septiembre de 1846, la reina María II, sobresaltada por los acontecimientos, el 6 de octubre de este mismo año destituye el gabinete presidido por el duque de Palmela y nombra como presidente del consejo de ministros al mariscal Joâo Carlos de Saldanha. La resistencia de una parte importante de la nación dio origen a una guerra civil denominada “Patuleia”.
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Guardia de Caballería en uniforme de diario (1847) |
Como consecuencia de esta situación, en virtud del Tratado de la Cuádruple Alianza, Portugal solicita ayuda a España para tomar parte en las negociaciones para restaurar la paz y si estas llegan a fracasar, se consideraba la posibilidad de una intervención militar.
La negociación fue admitida por el gobierno portugués, pero la junta rebelde de Oporto se negó, lo que motivó que el 21 de mayo de 1847 se firmara en Londres un protocolo, mediante el cual se resuelve intervenir militarmente para restablecer la legalidad constitucional. Días más tarde, el 31 de mayo, se firma en Madrid el tratado que autoriza la entrada en Portugal de las fuerzas españolas de intervención compuestas de todas las Armas y Cuerpos.
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Guardia de Caballería en uniforme de gala (1847) |
Con anterioridad a la firma del protocolo anterior, ante el temor de que el peligro pudiera trasladarse a España, el 7 de marzo el gobierno nombra a D. Manuel Gutiérrez de la Concha general en jefe del cuerpo de observación de Portugal, cuyo cuartel general se establece en Salamanca.
El 31 de mayo de 1847 el duque de Ahumada traslada a los jefes de Terco la Real Orden del día anterior, mediante la cual se previene la designación de 3 oficiales y 40 guardias de caballería para ser destinados al jército de Portugal. La fuerza que debe integrar este contingente deberá extraerse de los escuadrones de caballería de los Tercios 1º, 8º, 9º y 11º, según la distribución siguiente:
1º Tercio: 1 sargento 2º, 1 cabo 2º, 1 trompeta y 8 guardias.
8º Tercio: 2 cabos 2ºs y 9 guardias.
9º Tercio: 1 cabo 1º y 10 guardias.
11º Tercio: 1 sargento 1º y 7 guardias.
Todos los efectivos deberán ponerse en marcha hacía Salamanca haciendo jornadas de cinco leguas, en donde se pondrán a las órdenes del 2º capitán, graduado de comandante, D. Francisco Aguirre, del 1er escuadrón del 1er. Tercio, quien también marchará a dicho punto, acompañado del alférez D. José Romero, del mismo Tercio y escuadrón, en donde tomará el mando de la expresada fuerza. El teniente D. Bernardo Llinás, del 5º Tercio, se presentará inmediatamente en Salamanca a las órdenes del capitán D. Francisco Aguirre.
Como vestuario sólo llevarán las prendas imprescindibles: un uniforme de diario y otro de gala, ambos establecidos el 28 de marzo de 1844.
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Cruz sencilla de Mª Isabel Luisa (dibujo del autor) |
Para reglar el servicio que en campaña o en los ejércitos reunidos, hayan de prestar las fuerzas del Instituto de la Guardia Civil el duque de Ahumada, a la sazón inspector general del Cuerpo, el mismo día 31 de mayo eleva al Ministerio de la Guerra las “Instrucciones para el servicio de las Secciones del Cuerpo de la Guardia Civil, que se destinen a los Ejércitos de operaciones”, cuyas instrucciones son aprobadas por Real Orden de 7 de junio siguiente. En su artículo 1º se establece que la Sección de la Guardia Civil dependerá directamente del jefe del Estado Mayor General, dándose a reconocer en la orden general del Ejército.
Por Real Orden de 8 de junio de 1847 se dispone que los tres oficiales designados y los cuarenta guardias civiles del arma de caballería, que en virtud de lo prevenido el 31 de mayo anterior deben formar parte del Ejército de operaciones de Portugal, se pongan en marcha con destino al cuartel general instalado en Salamanca.
En los primeros días del mes de junio, desde varios puntos de la frontera española (Galicia, Zamora y Salamanca) se verifica la entrada en Portugal del ejército de operaciones, dirigiéndose todas las fuerzas hacía Oporto.
Tras la caída de Oporto ocurrida el 30 de junio de 1847, a la Guardia Civil le fue encomendado el servicio de patrullas para garantizar la seguridad de la población hasta la total evacuación de las tropas españolas en julio del mismo año.
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Real Orden Militar de Nuestra
Señora de la Concepción de Villaviciosa |
El 16 de agosto de 1846 el ministro de la Guerra traslada al general en jefe del Ejército de Portugal, la Real Orden por la que S. M. la Reina enterada de la propuesta de gracias formada a favor de los jefes, oficiales y demás individuos de este ejército, se ha dignado aprobar, con algunas variaciones, las que en el citada ofrecimiento se comprenden, como recompensa del mérito contraído en el transcurso de las operaciones realizadas en Portugal. La relación de las gracias concedidas a los individuos de la Guardia Civil de caballería por la resolución anterior, son las siguientes:
Al capitán, graduado de 1er Comandante graduado, D. Francisco Aguirre, empleo de 2º comandante de caballería; al sargento 2º, Luis Sabando, grado de sargento 1º; al cabo 1º Domingo Fuminaya, a los guardias de 1ª clase, José María Pérez, Francisco Álvarez, Manuel Llorente y guardias 2ºs, Plácido Hidalgo, Valentín Suárez y Pedro Bustos, Cruz sencilla de María Isabel Luisa (MYL).
El 30 de octubre de 1847 el ministerio de la Guerra traslada al inspector general de la Guardia Civil la relación de gracias concedidas por la reina de Portugal al jefe y oficiales del cuerpo de su mando, como recompensa de los servicios prestados, coadyuvando a la pacificación del citado Reino.
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Orden Militar de Cristo |
Caballero de la Real Orden Militar de Nuestra Señora de la Concepción de Villaviciosa:
Comandante de Escuadrón, D. Francisco Aguirre.
Caballeros de la Orden de Cristo:
Teniente, D. Bernardo LLinás y alférez, D. José Romero.
José Luis Calvo Pérez.
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