jueves, 8 de abril de 2021

Hoy, sigue presente

Hoy recordamos al Policía Nacional Vicente Sánchez Vicente, asesinado por un comando de ETA en Baracaldo (Vizcaya), el día 8 de abril de 1981.

A primeras horas de la tarde del día 8 de abril de 1981, en la población vizcaína de Baracaldo era asesinado, por tres individuos encapuchados, el Policía Nacional Vicente Sánchez Vicente, cuando, vestido de paisano, llevaba al colegio a una hija suya de cuatro años.


Policía Vicente Sánchez Vicente


Faltaban unos minutos para las tres de la tarde, cuando el agente entraba en su coche, un «Seat 127» de color rojo, después de dejar a su hija Olga de cuatro años en el colegio “Santa Teresa”, ante cuya puerta tenía aparcado el vehículo. Mientras quitaba el freno de mano sin haber cerrado completamente la puerta, se acercó lentamente por su izquierda un vehículo Mercedes color blanco del que salieron dos individuos, uno cubierto con una capucha verde y otro con capucha roja, que dispararon dos ráfagas de metralleta sobre el Policía Nacional. El coche, sin frenos y con la portezuela abierta se deslizo por la pendiente de la calle unos veinte metros hasta chocar con otro vehículo aparcado, ante la mirada atónita de más de un centenar de niños que en ese momento entraban en el colegio. La cabeza y los brazos del servidor del orden quedaron colgando fuera del vehículo, dejando un reguero de sangre en la calzada.

En los primeros momentos de confusión, los individuos encapuchados, a los que esperaba otro en el interior del “Mercedes” con el motor en marcha, huyeron a gran velocidad con dirección a la carretera que conducía a la autopista de Bilbao. Minutos después se presentaron en el lugar del suceso varios vehículos de la Policía Nacional y una ambulancia, en la que fue trasladado Vicente Sánchez a la ciudad sanitaria de Cruces, donde ingresó ya cadáver. El cuerpo presentaba once impactos de bala, en la espalda, el cuello y los brazos. En el lugar del suceso aparecieron gran cantidad de casquillos de bala de 9 milímetros parabellum, marca SF, munición utilizada habitualmente por ETA-M.

La capilla ardiente de Vicente Sánchez quedó instalada en el acuartelamiento de la Policía Nacional de Basauri, donde, al día siguiente, quedaría también situado el cadáver de otro Policía Nacional, Francisco Francés Garzón, asesinado en Bilbao por otro comando de Eta, el dia 9 de abril, siendo velados ambos policías por numerosos compañeros de la Policía Nacional, Cuerpo Superior de Policía y Guardia Civil.

A las doce y cuarto de la mañana de la mañana del viernes día 10 se celebraron en el patio de armas del acuartelamiento de Basauri los funerales por los dos policías asesinados. Ambos féretros envueltos en la Bandera Nacional, fueron colocados en el patio de armas del cuartel, donde se celebró el funeral de cuerpo presente.

Una compañía de la Policía Nacional y una sección de la Guardia Civil formaron durante toda la ceremonia religiosa a uno y otro lado de los féretros. La banda de música del regimiento de Infantería de Garellano interpretó varias marchas militares, cerrándose el acto con la interpretación del Himno de la Policía Nacional.

Entre las personalidades asistentes figuraban el ministro del Interior, Juan José Rosón; el delegado en la comunidad autónoma, Marcelino Oreja; el general inspector de la Policía Nacional, general Sáenz de Santamaría; el diputado general de Vizcaya, José María Makua, los gobernadores civil y Militar de Vizcaya Vicente Sampedro y General de División Julio Feliú Bordoy y otras autoridades civiles y militares.

Al término de la ceremonia religiosa, el ministro del Interior declaró a los medios informativos: “Estos atentados son una salvajada más de ETA. Estos hechos vienen a demostrar la necesidad de activar la lucha antiterrorista”.

En Salamanca se celebró el funeral y el sepelio de Vicente Sánchez Vicente el policía Nacional asesinado en Baracaldo. Miles de personas llenaron el templo dominicano de San Esteban, así como sus alrededores. La Santa Misa estuvo presidida por la viuda del Policía Nacional asesinado, María del Carmen Chamorro, padres, hermanas y otros familiares y las primeras autoridades civiles y militares de la Comunidad Castellano-Leonesa y de la ciudad salmantina.

El féretro llegó al templo a hombros de compañeros del policía abatido por el terrorismo, pertenecientes al grupo de artificieros de Bilbao y de la guarnición de Salamanca.

Ofició el funeral el prior del convento de San Esteban. Al finalizar la ceremonia religiosa y cuando el ataúd cubierto con la Bandera de España salía por la puerta del convento los miles de personas congregadas prorrumpieron en una cerrada ovación, dando vivas a España, a la Policía Nacional, y gritos de ¡Eta asesina!, ¡Contra Eta metralleta!, ¡Vicente Sánchez muerto por Dios y por España ¡Presente!.

Cuando el furgón fúnebre se puso en marcha en dirección al cementerio de la capital charra se recrudecieron los gritos y aplausos mientras militares, policías y guardias civiles presentes saludaban militarmente a su compañero asesinado, que recibiría posteriormente en la intimidad cristiana sepultura.

Vicente Sánchez Vicente de 30 años de edad, era natural de Salamanca; estaba casado y tenía dos hijas de 7 y 4 años de edad Estaba destinado en la sección de artificieros de la Policía Nacional desde hacía ocho años.

¡¡Dulce et decorum est pro patria mori!!

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