martes, 6 de abril de 2021

El asesinato del Guardia Civil Ricardo López Castiñeira en la ciudad de Marineda

También del boletín "Emblema" de la Orden de la Placa y el Mérito, extraemos este interesante artículo de nuestro gran amigo y compañero Jesús Longueira, que aborda el atentado que titula el trabajo.

Poco después de las ocho de la mañana de aquel 20 de noviembre de 1980, (quien sabe si los asesinos escogieron esa fecha por su coincidencia con otra señalada efeméride), como todos los días, el agente de la Benemérita Ricardo López Castiñeira salió de su domicilio en la calle Entrepeñas nº15 de la ciudad de La Coruña para recoger su coche estacionado a unos treinta metros del lugar, y dirigirse como siempre a su puesto de trabajo en la oficina principal de Correos de La Marina.

Guardia Ricardo López Castiñeira


Jamás llegaría, al sacar las llaves para intentar abrir su vehículo, dos jóvenes se le acercaron por la espalda, y tras intercambiar unas palabras le dispararon un tiro en la cabeza huyendo a continuación a pie en dirección a la calle Barcelona hasta perderse de vista.

Aún con un hilo de vida fue rápidamente trasladado por una patrulla del 091 al Hospital Modelo, distante apenas unos trescientos metros del lugar, donde es operado de urgencia por el Doctor García Fariñas, afamado especialista en Neurocirugía, quien no puede hacer nada por salvar su vida, ya que ante la gravedad de sus heridas fallece pasadas las 10:30 horas de la mañana del mismo día.

En el lugar de los hechos fue recogido un único casquillo 9mm. parabellum de la marca “Geco”.

Foto aparecida en la prensa de la época


Aunque en los medios de la época se aseveró que el atentado ocurrió en la calle Entrepeñas, este extremo no es cierto, ya que realmente se perpetró en el número 22 de la vecina calle Cuba donde el agente tenía estacionado su vehículo particular. Para realizar este artículo nos hemos trasladado al lugar y detallaremos con mimo el recorrido efectuado por el desafortunado “Ricardo”. Tal y como se ve en la primera de las fotos superiores, (aparecida en la edición de La Voz de Galicia del día siguiente), se detalla el lugar del disparo y donde cae, todavía con vida, la víctima. En la segunda de las fotos vemos el mismo lugar hoy en día donde aún se aprecia la primitiva forma del escaparate especialmente en la parte inferior izquierda.

Obsérvese la forma del escaparate


LA INVESTIGACIÓN

La investigación policial comienza en el mismo momento del atentado, y al mencionado casquillo se une la recogida “in situ” de varios testimonios, uno de ellos resultaría crucial.

Poco antes del atentado otra persona es vista en las inmediaciones del domicilio de “López Castiñeiras”, al verlo aparecer y reconocerle alza un pañuelo dando la señal a los otros dos asesinos.

Tras arduas y laboriosas investigaciones, Inspectores de la Brigadas de Información y Homicidios logran identificar a esa persona como “Alfonso González Cambeiro”, militante del GRAPO, (tenga en cuenta el lector que en esa época eran varias las organizaciones terroristas que perpetraban este tipo de hechos a lo largo y ancho de la geografía española). Este individuo ya había sido asociado desde 1976 por las fuerzas del orden con esa organización criminal.

Domicilio del que salió el Guardia López Castiñeira aquel 20 de noviembre


Mismo lugar hoy en día

Las distintas unidades policiales se ponen en marcha y aunque huido, es localizado en un piso de la calle Tórtola de la ciudad de Valladolid. Da idea de la brillantez y dimensión de la operación de nuestra policía que no se le detiene de inmediato, (recordemos que aún faltaban otros dos pájaros), pero si el 12 de septiembre de 1983 cuando se dispone a atracar la sucursal del banco Exterior de La Coruña, lo que desencadena también la entrada en el piso franco de Valladolid, donde se logra la incautación de más de 200 kilos de explosivos.

Curiosos en el lugar del atentado


Mismo lugar hoy en día

Alfonso González Cambeiro fue condenado en 1984 por la sección tercera de la Audiencia Nacional a 27 años de prisión por su participación en este y en otros hechos delictivos.

Jesús Longueira.

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