viernes, 14 de noviembre de 2025

Los Escalafones de la Policía

Del boletín "Emblema" de noviembre tomamos este artículo de nuestro gran amigo y compañero el Comisario Pral. Félix J. Alvarez Saavedra.

Pese a que el inicio de la Policía en España, como cuerpo con presencia en todo el territorio nacional y competencias tasadas, se remonta a 1824, es difícil confeccionar un relato detallado, continuo y debidamente cuantificado del número de sus integrantes en los primeros momentos.

Escalafón del Cuerpo de Vigilancia, 1934. Publicado por Aristarco Sánchez Lumbreras

No es solo el hecho de que las diferentes denominaciones que la Policía tuvo durante el siglo XIX implique una dispersión de los datos. Tampoco es posible encontrarlos de forma homogénea siguiendo la estela de las distintas autoridades de las que dependía en cada provincia y momento.

Escalafón del Cuerpo de Investigación y Vigilancia 1940. Revista Investigación

Ante tales dificultades, Turrado Vidal, probablemente el mayor y más concienzudo estudioso de todo lo referido a la Historia de la Policía española, ha recurrido en ocasiones incluso a las referencias que las diferentes Leyes de Presupuestos contenían acerca del coste de la institución policial, para de este modo poder tener una idea cabal, al menos del número de sus integrantes.

Siendo los gobernadores civiles la máxima autoridad responsable de la Policía en cada provincia, eran ellos los que se encargaban de señalar en diversas ocasiones el número de integrantes de las plantillas de Policía de sus respectivos territorios. Es decir, la cuantificación provincial es el dato más aproximado posible obtener, sin que pueda descenderse a la identificación individualizada de cada uno de los integrantes de la Policía.

Escalafón del Cuerpo General de Policía 1943. Colección Legislativa del Agente de la Autoridad

Sólo se avanzó en lo referente a su modernización y profesionalidad con la Ley Orgánica de la Policía Gubernativa, de 27 de febrero de 1908, cuando se crearon los cuerpos de Vigilancia y Seguridad, y que es la que señala unos sueldos acordes con los tiempos, el sistema de oposición para el acceso, establece escuelas para formar en Madrid y Barcelona y aparecen las Jefaturas Superiores en ambas ciudades.

En esa ley de 1908 se habla por vez primera de los “escalafones”, instrumento fundamental para conocer en cada momento el número de integrantes de cada cuerpo policial, sus categorías y, en muchas ocasiones, datos y vicisitudes tanto personales como corporativas, tales como fechas de nacimiento e incorporación al cuerpo, destino, situación administrativa, etc.

Cuerpo de la Policía Armada y de Tráfico 1955.  Publicado por el Consejo de Gobierno de la Asociación Mutua Benéfica de Policía Armada y de Tráfico

Los escalafones son una parte importante de la Historia de la Policía, puesto que los mismos permiten ordenar al personal según los criterios que en las disposiciones sobre los mismos se enuncian (antigüedad en el cuerpo y/o en la categoría normalmente -cuantificado con precisión de años, meses y días-), incluyen las vicisitudes administrativas (progresión de números, suspensiones, excedencias voluntarias o forzosas, servicios especiales, bajas, ceses, separaciones del servicio, reintegraciones en empleo y lugar en el escalafón, etc.) y, a veces las localidades de destino de los escalafonados.

Además de ello, son el medio fidedigno por antonomasia para conocer el número real de integrantes del cuerpo en cuestión en cada momento, y que los distintos departamentos de Personal de cada uno de ellos se han encargado de manejar con el fin de ubicar debidamente a cada uno de sus integrantes.

Cuerpo Superior de Policía 1979. Dirección General de Seguridad

El artículo 12, párrafo tercero de esa Ley de 1908 recogía que “los escalafones se publicarán anualmente, y en su formación se subordinará la preferencia al mayor tiempo de servicio en la Policía dentro de cada clase y categoría”. Esta mención expresa a su publicidad supone todo un aldabonazo, puesto que es un primer paso para limitar la discrecionalidad de la Administración con respecto a sus propios funcionarios, favorecida por el secretismo y ausencia de conocimiento público de esos datos hasta entonces.

Escalilla del Cuerpo de Policía Nacional 1983. Dirección de la Seguridad del Estado

Hay que recordar que mientras estuvo en vigor el sistema de las cesantías (que desaparece con el Estatuto de Maura en 1918), en la carrera profesional de los agentes tuvo un mayor peso la afinidad política que la valía personal o la preparación técnica, debido a lo cual, a lo largo del siglo XIX las distintas leyes sobre la función pública no consiguieron el afianzamiento de los integrantes de la Policía. Ese Estatuto termina con la movilidad de los funcionarios por razones políticas cada vez que había elecciones, estabilizando las plantillas y haciendo posible una carrera profesional dentro de la Policía.

Dicho lo anterior, es a partir de 1908 cuando los diferentes cuerpos ven publicados sus escalafones. Un resumen cronológico de tales cuerpos y escalafones sería el que veremos a continuación.

Cuerpo Nacional de Policía 1997. Dirección General de la Policía

El primer escalafón del Cuerpo de Vigilancia se cierra a 31 de enero de 1908 y se publica, de manera fraccionada, en la Gaceta de Madrid entre los días 21 de marzo y 5 de abril, sin que se llegue a completar su publicación. Poco después, el 30 de abril, se vuelve a cerrar el escalafón, en el cual se incluyen “los Aspirantes y los Vigilantes procedentes de las últimas convocatorias”, siendo éste ya publicado de manera íntegra entre los días 6 y 26 de junio de ese año. El último de este cuerpo fue el cerrado a fecha 30 de noviembre de 1934, y publicado a partir del 28 de diciembre en la Gaceta, amén de la edición que en 1935 hizo Aristarco Sánchez Lumbreras[1].

Con la denominación Cuerpo de Investigación y Vigilancia apareció un único escalafón cerrado a 31 de diciembre de 1940, y publicado por la revista Investigación.

El Cuerpo de Seguridad igualmente vio publicados los suyos en la Gaceta, al menos desde 1924, siendo el último de ellos el cerrado a 1 de enero de 1934, y publicado entre el 28 de febrero y el 26 de julio de ese año. Aunque tenemos noticias de la publicación de otro posterior cerrado a 31 de enero de 1936 y de editor desconocido.

El Cuerpo de Vigilantes de Caminos, dependiente del Ministerio de Obras Públicas y creado en 1933, posiblemente no viese publicado su escalafón como tal, puesto que es en su Reglamento de 1935 donde se menciona por vez primera su existencia y futura publicación en la Gaceta de Madrid.

Durante la Guerra Civil el gobierno de la República volvió a hacer uso de las cesantías, que aparecen por Decreto de 5 de agosto de 1936, además de disolver y refundir a su conveniencia a los diversos cuerpos policiales, incorporando a los mismos a individuos carentes de la más mínima preparación, sin que tengamos constancia de publicación de escalafón alguno.

Cuerpo Nacional de Policía, Escala Superior, 2003. Sindicato de Comisarios

Por su parte, el gobierno de Burgos realizó cuantiosas intervenciones en el ámbito policial, que cristalizaron, ya finalizada la guerra, en la Ley de 8 de marzo de 1941. Tal y como se leía en el artículo primero, apartado primero de esa Ley, desaparecieron los cuerpos de Investigación y Vigilancia, Seguridad y Asalto y Vigilantes de Caminos, y se crearon el General de Policía y el de Armada y de Tráfico.

Los nuevos cuerpos resultantes acogieron en su seno a personal de muy diversa procedencia. El Cuerpo General de Policía, sucesor del de Investigación y Vigilancia, acogió a los Auxiliares de oficina, varones, de la Dirección General de Seguridad, también a los Auxiliares conductores, honorarios, interinos y provisionales, así como a personal procedente de Recuperación de Documentos[2] y los integrantes del Cuerpo de la Policía española en el Protectorado Norte de Marruecos. El primer escalafón publicado del Cuerpo General de Policía estaba cerrado a 30 de junio de 1943 y fue publicado por el BOE el 27 de enero de 1944 en un único suplemento.

Jefes y oficiales militares, así como algunos alféreces provisionales, pasaron pronto (1940) a las Fuerzas de Policía Armada y de Tráfico que, convertido en Cuerpo por la Ley de 8 de marzo de 1941, acogió también a miembros del Cuerpo de Vigilantes de Caminos.

El Cuerpo de la Policía Armada y de Tráfico tuvo una vida breve, desde 1941 a 1959, y los dos únicos escalafones de los que tenemos noticias de ese Cuerpo son los cerrados a 1 de enero de 1955 y 1 de enero de 1958. En las disposiciones sobre los mismos en el BOE se dice que “ha tenido a bien autorizar por la presente Orden la publicación del citado Escalafón por el Consejo de Gobierno de la Asociación Mutua Benéfica de Policía Armada y de Tráfico, y surtirá los mismos efectos legales que si hubiera sido publicado en el BOLETIN OFICIAL DEL ESTADO”. Ambos escalafones solo recogían a Oficiales, Suboficiales y Cabos, y se remitían, en cuanto a su confección, al Reglamento de Policía de 25 de noviembre de 1930 y a la Ley de 8 de marzo de 1941.

Desde 1959, con el cuerpo de Policía Armada ocurre lo mismo que con la Policía Armada y de Tráfico, tanto en lo relativo al personal recogido en los escalafones como a la entidad encargada de publicarlos. Únicamente aparecen citados en el BOE los correspondientes a 1962, 1965 y 1967.

En 1978 una nueva reforma policial, la Ley 55 de 4 de diciembre de ese año, transformó al Cuerpo General de Policía en Cuerpo Superior de Policía y al de Policía Armada en Policía Nacional. Del primero de ello se publicaron dos escalafones, en los años 1979 y 1982, en tanto que del Cuerpo de Policía Nacional se editó al menos uno, en 1983.

Finalmente, la Ley Orgánica 2/86, de 3 de marzo, de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, alumbra el Cuerpo Nacional de Policía que, con sus ya casi 40 años, es el más longevo de todos los nombrados en estos doscientos años de existencia de la Policía. De este cuerpo, su División de Personal ha publicado con relativa periodicidad los correspondientes escalafones, primero en papel (el último de ellos el cerrado a 31 de enero de 1997) y ya en el siglo XXI en formato digital.

Finalmente, en cuanto a las publicaciones, un nuevo actor aparece con posterioridad a 1978: los sindicatos policiales. Algunas de estas organizaciones han publicado escalafones, unos de la totalidad del colectivo policial, otros limitándose a la Escala a la cual representan, facilitando así el acceso a los mismos a sus afiliados.

Félix J. Alvarez Saavedra.

Notas

[1] La primera ocasión en la que aparece la denominación “Investigación y Vigilancia” es en la Gaceta de 22 de enero de 1933, sin que hayamos visto hasta el momento documento oficial alguno que certifique el cambio de nombre. Continuó esta denominación con el gobierno de Burgos y hasta 1941, cuando la Ley de 8 marzo reorganiza los servicios de Policía, con la desaparición de este cuerpo y su transformación en el “Cuerpo General de Policía”.

[2] CDMH ref. DNSD-SECRETARÍA, Exp. 337.


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