domingo, 16 de noviembre de 2025

Episodios policiales. Semblanzas. D. José González Hernández

Del boletín "Emblema" de noviembre tomamos este artículo de nuestro gran amigo Silvestre Barquero Baños.

Hacía muy pocos minutos que las campanas de la Almudena habían roto el silencio de la mañana tocando diez campanadas. Las diez de la mañana del día 29 de enero de 1.924, una mañana fría, oscura y húmeda, cuando el Director general de Seguridad Sr Arlegui fallecía en su domicilio de Madrid. Se marchó el general Arlegui como se marchan los grandes, en silencio y víctima de un colapso de una afección cardíaca. Y es que se volvía a repetir en la Dirección general, la marcha silenciosa de los grandes., cuando los mediocres………… y no sigo que me conozco.

A primera hora de la mañana el General había recibido los santos oficios, había experimentado una ligera mejoría. Esa misma mañana, a las nueve, el General Primo de Rivera acudió a su domicilio a visitarle, pero el Sr Arlegui se encontraba dormido y no pudo verle. El Presidente del Directorio hablo con sus hijos y le mostró el interés con el que seguía la enfermedad de este. Media hora después de la visita del General Primo de Rivera, el General Arlegui volvió a despertase, y a las diez horas sufrió el colapso que le costo la vida. En ese momento se hallaba rodeado de su familia, un sacerdote y su secretario particular Sr. González.

La noticia del fallecimiento la recibió inmediatamente el subsecretario de Gobernación, íntimo amigo del finado. De inmediato acudió al domicilio el General Martínez Anido, vivamente afectado, donde estuvo dando el pésame a la familia y rezando ante el cadáver. Igualmente acudieron allí todos los Jefes de Vigilancia, Seguridad y de la Guardia civil.

El General Arlegui junto al General Martínez Anido formaron una conjunción altamente resolutoria en la Barcelona revolucionaria de los años 20

El entierro tuvo lugar del día 30, a las once, siendo conducido el cadáver al madrileño cementerio de San Justo, abriendo la comitiva un automóvil con numerosas coronas.

Formaban la presidencia del duelo el general Primo de Rivera, el ayudante del Rey, general La Barrera, en nombre del Soberano; el general Martínez Anido, el nuncio de Su Santidad, el patriarca de las Indias, Gobernador civil, Alcalde, Director general de la Guardia civil y el Capitán general de la Armada general Fernández de la Puente.

En la segunda presidencia iban los hijos políticos del finado. En la concurrencia figuraban muchos militares, la Comisión de la Policía de Barcelona, y nutridas representaciones de los Cuerpos de Seguridad y Vigilancia. El duelo se despidió junto a Capitanía general.

En Barcelona produjo la noticia grandísima sensación, habiendo venido para asistir al entierro el jefe superior Sr. Hernández Malillos, Comisarios Sres. Pineda y Lalama, por Vigilancia, Comandante Conde y Capitán Magán, por el Cuerpo de Seguridad.

El general Arlegui estaba en posesión de las medallas de Alfonso XII con pasadores de Treviño, Elgueta y Orio, la Cruz blanca del Mérito Militar, de primera clase; la Cruz de Isabel la Católica; la de primera clase del Mérito Militar pensionada; la placa de la Orden de San Hermenegildo; la medalla de Alfonso XIII; la del Centenario de los Sitios de Zaragoza; la de Comendador de la Real y militar Orden de San Benito de Asís, de Portugal; la gran cruz oficial de la Legión de Honor, y la gran Cruz de Isabel la Católica.

Por Real decreto de 3 de Julio de 1.876 fue declarado benemérito de la Patria por haber contribuido a vencer la insurrección carlista.

La Policía había acordado tributarle en breve un homenaje, obsequiándole una placa de brillantes con las insignias del Cuerpo de Vigilancia, y un álbum con las disposiciones que había dictado reorganizando los servicios de la Policía Gubernativa.

Su Majestad el Rey le había concedido la gran Cruz de Isabel la Católica por los servicios que prestó en Barcelona y por haber abortado con sus disposiciones un plan revolucionario anárquico en el mes de diciembre de 1.923.

En el momento de sobrevenir la grave enfermedad y posterior fallecimiento, dedicaba sus estudios sobre la vigilancia de fronteras, implantación de la ley de Vagos, defensa de las conducciones de aguas, luz, etc., de Madrid, detalles del funcionamiento del sindicalismo revolucionario y anárquico, tanto de España como de otras naciones; Reglamento del Cuerpo de Seguridad y Vigilancia; Reglamento del Colegio de Huérfanos, y otros trabajos conducentes a que el personal a sus órdenes y la Dirección general de Orden público estuviera preparada para todas las incidencias que pudieran presentarse.

El día 5 de Febrero se firmó en la “Gaceta”, el siguiente Real decreto; “A propuesta del jefe del Gobierno, presidente del Directorio militar y de acuerdo con éste; Vengo a nombrar director general de Seguridad, con la categoría de jefe superior de Administración civil a D. José González Hernández, Coronel subinspector del cuarto Tercio de la Guardia civil”.

El Excmo. Sr. D. José González Hernández nació en Palma de Mallorca, el 18 de Diciembre de 1.862, ingresando en la Academia de Caballería como alumno el 6 de Octubre de 1.880 en cuyo Centro cursó los estudios reglamentarios, siendo promovido al empleo de alférez de Caballería el 1 de Agosto de 1.883, continuando sus servicios en el Arma de Caballería hasta que el día 19 de Abril de 1.888 ingresó en la Guardia civil, con el dicho empleo, siendo ascendido a teniente el 13 de Septiembre de 1.892, y a capitán el 31 de Diciembre de 1.903.

El nuevo Director general de Seguridad Sr. Hernández en su despacho, a los pocos días de la toma de posesión

Por soberana disposición de 5 de Mayo de 1.913, fue promovido al empleo de comandante; por otra de de 7 de Febrero de 1.919 se le concedió el empleo de Teniente coronel, y el 26 de Marzo al de coronel; en la actualidad mandaba el cuarto Tercio de la Guardia civil, con residencia en Sevilla, en cuya plaza ha prestado servicio durante muchos años, contando con generales simpatías y siendo uno de los hombres más prestigiosos del benemérito Instituto, por sus condiciones verdaderamente excepcionales, su rectitud, su respeto a la justicia y el celo que siempre puso en cuanto con los deberes de su profesión se requería.

En distintas ocasiones le fueron encomendadas comisiones importantísimas, habiendo sido profesor del Colegio para oficiales del Instituto, y más recientemente fue designado para prestar sus servicios a las inmediatas órdenes del general D Manuel de la Barrera, ex director de Seguridad, nombrado comisionado especial para atender a las necesidades del orden público en las provincias Andaluzas, en cuyo cometido puso en relieve una vez más el Sr. González Hernández, sus condiciones y el profundo conocimiento que del hondo problema tenía. Está en posesión de varias recompensas y condecoraciones, y entre ellas mención honorífica por el mérito contraído en Sevilla, en el año 1.896, con motivo de una huelga general; con la Cruz de primera clase del Mérito Militar, por la persecución y detención de criminales en la demarcación de Sevilla; con otra Cruz de primera clase del Mérito Militar, por los trabajos realizados con motivo de la huelga general declarada en Morón en el año 1.902. Cruz y placa de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo, y Cruz de primera clase del Mérito Militar pensionada, por su distinguido comportamiento en el restablecimiento del Orden público alterado por las huelgas y manifestaciones ocurridas en septiembre de 1.911.

En colaboración con un magistrado escribió hace unos años un folleto tratando el problema de la Policía en España, siendo la obra muy recomendada para su estudio.

En la mañana del día 11, tomó posesión del nuevo cargo, del que le hizo entrega el subdirector, Sr. Alvarez Caparros, inspeccionado detenidamente todas las dependencias y el funcionamiento de todos los Negociados, siendo a continuación cumplimentado por el personal de la Dirección general de Seguridad.

Silvestre Barquero Baños.

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