Pese a que esta izquierda bolchevique, representada por podemos y toda la ralea marxista, se empeñe ahora en tratar de convencer a los españoles de que el FRAP no era una banda terrorista, llena de asesinos, de malvados criminales que asesinaron sin piedad por el mero hecho de ser Policía o Guardia Civil, queremos que aquellos que cayeron, víctimas de esta banda marxista y criminal, sepan que siguen presentes.
Esta gentuza malvada y asesina, desde los que apretaron el gatillo hasta el último de sus colaboradores, incluidos aquellos que pintaban paredes o repartían octavillas, sobre todos pesa igual la culpa de las vilezas cometidas.
Pero igual de viles y de canallas son aquellos que, ahora, en los medios de comunicación afines, los apesebrados, en las redes manejadas y controladas por esta gentuza, pretenden colocar a estos malditos asesinos como unos defensores de la libertad.
Estamos acostumbrados a que los crímenes de la izquierda quieran justificarlos, siempre, como actos en defensa de la democracia. ¿Qué democracia?, ¿la de Stalin?, ¿la de Mao?, ¿la de los Castro?, ¿la de Maduro? Miserables y canallas asesinos.
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| Subinspector del Cuerpo General de Policía Juan Antonio Fernández Guitiérrez (1 de mayo de 1973) |
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| Policía Armada Lucio Rodríguez Martín (14 de julio de 1975) |
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| Policía Armada Juan Ruiz Muñoz (14 de septiembre de 1975) |
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| Policía Armada Diego del Río Martín (29 de septiembre de 1975) |
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| Teniente de la Guardia Civil Antonio Pose Rodríguez (16 de agosto de 1975) |
¡Dulce et decorum pro Patria mori!
Camaradas caídos, ¡presentes!
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