sábado, 21 de marzo de 2020

Un poco de historia: La Real Expedición Filantrópica de la Viruela

Aunque no se trata de un hechos que guarde relación alguna con la historia de la Policía, si la guarda con la de nuestra amada España y creemos que, en estos momentos de grave crisis, merece la pena relatarla, aunque sea brevemente.


En estos tiempos de graves crisis sanitaria, tal vez convenga recordar el motivo por el que nuestras Fuerzas Armadas, con mucho acierto, bautizaron al operativo de despliegue que están realizando, por todo el territorio nacional, con el nombre de “Operación Balmis”.

Francisco Xavier Balmis

El médico de la Real Armada, Francisco Xavier Balmis y Berenguer, zarpó del puerto de La Coruña, el 30 de noviembre de 1803, a bordo de la corbeta mercante “María Pita”, iniciando la denominada “Real expedición filantrópica contra la viruela”, auspiciada por el Rey Carlos IV, que recorrió las posesiones españolas en América y Asia hasta 1806.

La corbeta iba al mando del Teniente de Fragata de la Real Armada, Pedro del Barco, padre del Brigadier de Artillería Diego del Barco y de la Zendeja, muerto gloriosamente en las postrimerías de la guerra de la Independencia.

A bordo del buque, además de su dotación y del equipo médico seleccionado por el propio Balmis, embarcaron una veintena de niños, de entre 3 y 9 años, de la Casa de Expósitos coruñesa, acompañados de su rectora Isabel Zendal Gómez.

Previamente, en Madrid, Balmis seleccionó a cinco niños que fueron inoculados con su vacuna para, formando una especie de cadena humana, transportarla hasta La Coruña y aquí transmitírsela a los que viajaron en la Real Expedición.

En su largo viaje, Balmis y la vacuna, visitó Canarias, donde la vacuna fue inoculada a miles de personas. Seguidamente, zarpó rumbo a Puerto Rico, la Capitanía General de Venezuela desde donde, por tierra, se propaga la vacuna por el todo el territorio de Hispanoamérica.

Grabado de la salida de la corbeta María Pita desde La Coruña en 1803

Desde Venezuela, parte con dirección a Cuba donde la vacuna ya se estaba utilizando, por lo que se dirige a Nueva España y desde allí la vacuna se transporta a la Capitanía General de Guatemala y a todo el territorio de la Centroamérica española.

Desde Méjico, en un viaje en pésimas condiciones de navegación, la expedición, a bordo del “Magallanes”, pone rumbo a Filipinas, recorriendo una buena parte de su territorio y logrando la propagación de la vacuna en aquel archipiélago español.

De regreso a España, pese a que Balmis se encontraba enfermo, se detiene en la posesión portuguesa de Macao y, desde allí se proyecta al interior de China, vacunando a miles de personas, hasta llegar a la provincia de Cantón. 

De regreso a España, la Real Expedición, hace escala en la isla británica de Santa Elena, donde también procede a vacunar a su población. 

Balmis atracó en el puerto de Lisboa el 14 de agosto de 1806 y el 7 de septiembre, dio cuenta al Rey, en el palacio de la Granja, del resultado de la expedición. 

Fueron miles las vicisitudes sufridas por Balmis y los integrantes de la expedición a lo largo de los casi tres años de duración. 

Los niños salidos de La Coruña, que fueron desembarcados en Méjico, no regresaron a España. 

Por lo que se sabe, la expedición vacunó directamente a más de medio millón de personas, aunque tal vez lo más importante fuese la creación de las Juntas de Vacunación, en los diferentes territorios, encargadas de la propagación de la vacuna. 

Francisco Xavier Balmis, falleció en Madrid el 12 de febrero de 1819. Su iniciativa y, en consiguiente la de España, salvó la vida de millones de seres humanos. 

Llama la atención, sin embargo, el poco relieve que se le ha dado en La Coruña a este histórico hecho, donde Balmis ni tan siquiera da nombre a una de sus calles y para muchos es un desconocido. 

Eugenio Fernández Barallobre.









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