En la madrugada del 16 de mayo de 1912, el Guardia de la plantilla de Barcelona Mateo Solví Cerdá, se hallaba prestando servicio de paisano en la Ronda de San Pablo controlando los movimientos del activista anarquista Severo Juliá, del que se tenían fundadas sospechas que planeaba perpetrar un atentado, según las órdenes que había recibido de sus superiores tras haberse presentado voluntario para este servicio al conocer físicamente al anarquista.
Pasadas las tres de la madrugada, el Guardia, fue asaltado por un grupo de cinco individuos, entre los que se encontraba el anarquista vigilado, asestándole uno de ellos una puñalada en el abdomen, donde quedó alojado el cuchillo de los llamados de "lengua de vaca", pese a lo cual, el Guardia, pudo realizar varios disparos contra sus agresores sin alcanzarlos.
Al lugar de los hechos, alertados por los disparos, concurrió una pareja de Seguridad y un Agente de Vigilancia que lograron la detención de dos de los agresores, Juan López Berenguer, autor material del crimen, y Antonio Soler Daban, que fueron identificados por el Guardia herido.
De inmediato este fue conducido a las Casa de Socorro de la calle Rosal donde fue atendido en primera instancia por el facultativo de guardia quien ordenó, ante la gravedad de su estado, el inmediato traslado al Hospital Clínico donde ingresó cadáver.
El Guardia estaba casado y era padre de dos hijos que quedan en una precaria situación económica, dándose la circunstancia que, entre los papeles del fallecido, fueron halladas dos papeletas de empeño, una de ellas por ropa, por valor de 4 pesetas.
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