Siempre fuimos de la creencia de que, mientras nos encontrábamos en servicio activo, era de obligado cumplimiento mantener la discreción que exigía el desempeño de nuestra función profesional, limitando cualquier tipo de opinión pública, especialmente de carácter político, y, con ese principio como norma, nos mantuvimos fieles a nuestra exigencia como policías.
Sin embargo, nos parece desmesurado que, por haber llamado a un tipo indigno como el del "moño" que, por cierto, no constituye ofensa ni agravio, toda vez que es una realidad contrastada, se pueda suspender a un profesional con un año de empleo y sueldo, como en el caso del Subinspector Alfredo Perdiguero.
Es indigna una medida como esta cuando impunemente se puede agraviar a nuestra sagrada Bandera e insultar a S.M. el Rey, como lo hacen los adláteres del tipo del "moño" y otros de la misma miserables ralea, sin que tal cosa lleve aparejada sanción alguna.
Igualmente, es indigno que a esos malos políticos que, perciben sus cuantiosos sueldos de lo que pagamos todos los españoles, se les permita agraviar públicamente a la Corona, ensalzar a los asesinos etarras o dar el parabién a los golpistas catalanes sin que se tome medida alguna contra ellos. ¡Vergonzoso!
Pero así son los social-comunistas, como lo han sido siempre a lo largo de la Historia de España, aunque es posible que algún incauto se crea aquello de "100 años de honradez del PSOE!, ¿recuerdan?
Vaya desde aquí, nuestro apoyo al Subinspector Perdiguero.
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