viernes, 6 de noviembre de 2020

Hoy, sigue presente

Hoy recordamos al Subinspector de la Policía Nacional Eladio Rodríguez García, asesinado en Guecho (Vizcaya) en un atentado perpetrado por la banda asesina ETA, el día 6 de noviembre de 1989. 

Eladio Rodríguez García, subinspector de policía, destinado en el País Vasco desde 1984, era asesinado en Guecho (Vizcaya)n el día 6 de noviembre, en el primer atentado de ETA tras las elecciones del 29 de octubre. Rodríguez murió destrozado por un explosivo oculto bajo su vehículo. 

Subinspector Eladio Rodríguez García


La explosión se produjo sobre las siete de la mañana en la calle de Pigaña de Guecho. Un sedal unido a la rueda delantera izquierda activó el artefacto, compuesto por tres kilos aproximadamente de amonal. El subinspector Eladio Rodríguez había abandonado su domicilio en compañía de un muchacho de 15 años, hijo de la mujer con la que convivía. El joven regresó un instante a casa para recoger un paraguas, mientras el policía arrancaba el automóvil y se producía el estallido del explosivo, algo que le salvó la vida al muchacho. 

La explosión del vehículo destrozó el cuerpo del subinspector de policía y esparció sus restos por el vehículo. Agentes de la Ertzaintza tuvieron que emplear palanquetas para forzar las puertas del automóvil y extraer el cadáver. 

La capilla ardiente se instaló esa misma tarde en el Gobierno Civil de Vizcaya y el funeral por su alma se celebró al día siguiente, 7 de noviembre. 

El acto religioso tuvo lugar en la parroquia San José de los Padres Agustinos, frente al Gobierno Civil de Vizcaya, donde se dieron cita unas tres mil personas que quisieron acompañar en su dolor a la familia y compañeros de la víctima. 

Sobre las diez y media de la mañana, el féretro, cubierto con la Bandera Nacional fue introducido en el templo a hombros de compañeros de su Cuerpo y de la Guardia Civil, mientras una Compañía de la Policía Nacional rendía honores en el momento en que la Unidad de música del Cuerpo hacía sonar una marcha fúnebre. En el exterior de la iglesia, un fuerte dispositivo policial vigilaba los alrededores. Varios helicópteros sobrevolaron la zona desde horas antes de iniciarse el acto religioso y miembros de las Fuerzas de Seguridad de paisano y uniforme se situaron apostados en las inmediaciones. Un furgón de los grupos EDEX, dedicados a la desactivación de explosivos, permaneció cerca del templo hasta el final del funeral. 

Durante la homilía del acto religioso, el capellán del Cuerpo Nacional de Policía, que acudió a Bilbao desde Madrid para oficiar el funeral, se preguntó “cómo es posible defender unos ideales que se fundamentan en la muerte, la muerte de inocentes como la de este compañero, cuya vida era servir a la sociedad. ¿Por qué han matado a Eladio? Quizá el que le ha matado pueda dar una respuesta”. Pidió, asimismo, a ETA que deje de matar: “Por amor de Dios, no matéis, no llevéis el dolor a una familia buena, no llevéis el odio a una sociedad y a unos hombres que sólo quieren la paz”. 

Al finalizar el funeral, con el féretro en el atrio de la iglesia a hombros de sus compañeros y después de que la Unidad de música de la Policía Nacional interpretase la marcha “La Muerte no es el final” y el toque de oración, los familiares de Eladio Rodríguez recibieron el pésame del ministro José Luis Corcuera y del resto de las autoridades presentes en el acto. Posteriormente, el féretro con los restos mortales del policía asesinado fue introducido en un furgón funerario con dirección al aeropuerto de Bilbao, desde donde un Aviocar lo trasladaría a Santiago de Compostela. Eladio Rodríguez sería enterrado en Cospeito (Lugo). 

Eladio Rodríguez García tenía 49 años. Habría cumplido 50 tres días después, el 9 de noviembre. Había nacido en Castro de Rey (Lugo) y tenía dos hijos de 22 y 17 años de un matrimonio anterior. El mayor era guardia civil. Eladio ingresó en la Policía en 1963 y estaba destinado en el País Vasco desde noviembre de 1984, coincidiendo con su ascenso a subinspector. En el momento de su asesinato prestaba servicio en la unidad de seguridad de la comisaría del barrio de San Ignacio, en Bilbao. 

¡¡Dulce et decorum est pro patria mori!! 

No hay comentarios:

Publicar un comentario