lunes, 3 de diciembre de 2018

1991. ETA asesina en Baracaldo al Policía Nacional José Manuel Cruz Martín, por medio de una bomba lapa colocada en su vehículo

El día 8 de abril José Manuel Cruz Martín, agente de la Escala Básica del Cuerpo Nacional de Policía, resultaba muerto al estallar una bomba péndulo colocada en su automóvil cuando circulaba, sobre las 19.30, por la calle Juan de Garay, en Baracaldo (Vizcaya), a unos 200 metros de distancia del cuartel de la Policía Nacional. Su mujer, Catalina Rebollo Samaniego, que le acompañaba, resultó herida grave en las piernas y tuvo que ser trasladada al Hospital de Cruces. Estuvo incapacitada 270 días. Catalina, además, sufrió una fuerte crisis nerviosa al ver el cuerpo de su marido completamente destrozado dentro del coche. Varios transeúntes tuvieron que sacarla del amasijo de hierros en que había quedado convertido el vehículo propiedad del Policía Nacional, y la introdujeron en una furgoneta para trasladarla al hospital de Cruces. 

La explosión se produjo en la confluencia de las calles Juan de Garay con Felicidad, instantes después de que el policía hubiera puesto en marcha el vehículo con el que se disponía a partir, acompañado por su esposa. Según el Gobierno Civil de Vizcaya la explosión del Seat Ibiza, matrícula BI-5403-AZ, propiedad del policía Nacional, se produjo en una zona céntrica de Baracaldo, frecuentada por jóvenes y en la que había numerosos bares y cafeterías. En el momento de la explosión no transitaba mucha gente y esta afectó a los cristales de las viviendas cercanas y toda la calzada 

Policía José Manuel Cruz Martín

La bomba, compuesta por varios kilos de explosivo, se dijo en primer término que se encontraba adosada a los bajos del vehículo del agente. La policía explicó con posterioridad que la víctima había inspeccionado los bajos de su coche antes de montar, pero que no observó nada porque el artefacto estaba debajo del asiento del conductor. 

El funeral se celebró al día siguiente en Bilbao en la Iglesia de los Padres Agustinos con la asistencia de los padres del malogrado servidor del orden, el ministro del Interior, José Luís Corcuera y otras autoridades civiles y Militares, así como comisiones de la Guardia Civil, Ejercito, gran número de[U1] compañeros de la víctima y numerosos ciudadanos anónimos bilbaínos que llenaron el templo y sus alrededores, fuertemente custodiados por efectivos de la Policía Nacional y Guardia Civil. 

Una vez finalizada la Misa funeral, el féretro que contenía los restos de José Manuel Cruz Martin, envuelto en una Bandera Nacional, fue sacado al atrio de la Iglesia a hombros de sus compañeros mientras la unidad de música de la Policía Nacional de Madrid, interpretaba la marcha la Muerte no es el Final y el toque de Oración. Las más de dos mil personas presentes prorrumpieron en una cerrada ovación como homenaje al Policía Nacional asesinado, 

Funeral del Policía José Manuel Cruz

A la salida del funeral el ministro del interior José Luis Corcuera advirtió a los autores del atentado que: “Es probable que hoy estén celebrando los que han cometido este asesinato y el intento de asesinar a una mujer joven por el valiente procedimiento de introducir en un coche una bomba y hacerla luego explotar”. “Pues que sepan que serán puestos a disposición de la Justicia, entre otras cosas porque nos ayudará este pueblo a detenerles. Incluso creo que quienes hasta hace poco eran sus amigos también nos van a ayudar a apartar de la circulación a esta especie que no puede vivir en sociedad". 

En 1995 fueron condenados a 50 años de cárcel, como autores del asesinato de José Manuel Cruz, los etarras Raúl Alonso Álvarez, Germán Urízar de Paz y Jesús María Mendinueta Flores, alias Manu. Mendinueta Flores fue detenido en una operación contra el grupo Vizcaya de ETA el 29 de agosto de 1991, en la que resultaron muertos tras un tiroteo el etarra Juan María Ormazabal, El Turco, y el ertzaina Alfonso Menchaca. Raúl Álvarez y German Urizar de Paz habían sido detenidos el 7 de junio de 1991 en Baracaldo cuando se disponían a colocar una bomba en el coche de un miembro del Cuerpo Nacional de Policía 

En 2006 fue también condenado a 52 años, como autor del asesinato de José Manuel Cruz, Juan Carlos Iglesias Chouzas, alias Gadafi, que consiguió huir de la operación en que fue detenido Mendinueta Flores. Durante el juicio el etarra tuvo que ser esposado por su negativa a levantarse del asiento y estuvo paseando por la cabina en actitud chulesca y desafiante durante toda la sesión. Juan Carlos Iglesias Chouzas, Gadafi, acusado de al menos 15 asesinatos, uno de los terroristas más sanguinarios de la historia de ETA y el que más veces había conseguido escapar de los tiroteos y cercos policiales a los que fue sometido, fue detenido poco después del mediodía del 2 de febrero de 2000 por agentes de los Reinseignements Généraux (servicios de información franceses) en las inmediaciones del centro Carrefour, en Tarnos, cerca de Bayona. En 2005 Francia lo entregó a las autoridades españolas. 

La Audiencia Nacional consideró probado que Mendinueta Flores e Iglesias Chouzas confeccionaron el artefacto explosivo que mató al agente Cruz. Después se lo entregaron a Alonso Álvarez y Urízar de Paz, con la información del domicilio y los datos del vehículo de José Manuel. Ambos forzaron la cerradura del vehículo y colocaron el artefacto bajo el asiento del conductor. 

El 26 de noviembre de 2013 el miembro de ETA Jesús María Mendinueta Flores abandonó la prisión zaragozana de Zuera, en aplicación de la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos que anulaba la doctrina Parot. 

El etarra Raúl Alonso Álvarez, que se encontraba en prisión desde 1991, abandonó la prisión de Castellón II en marzo de 2015, tras cumplir 23 años y nueve meses de condena. Integrante del “comando Matalaz”, había acelerado su excarcelación al verse beneficiado por la liquidación de la doctrina Parot decidida por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo. 

Germán Urizar de Paz, lleva 25 años en la cárcel y es el preso etarra que actualmente más tiempo lleva en prisión. 

José Manuel Cruz Martín de 27 años de edad era natural de Huelva y estaba destinado en el País Vasco desde el 1 de febrero de 1989. Casado y sin hijos, había ingresado en la Policía Nacional en 1988. Fuentes del Gobierno Civil manifestaron que el agente había regresado el domingo anterior a su asesinato de disfrutar su permiso de vacaciones. 

De acuerdo con el Real Decreto 1404/2000, con fecha 19 de julio de 2000, se le concedió a José Manuel Cruz Martín la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo. Además, en resolución fechada el 18 de marzo de 2005 (Real Decreto 308/2005), el Ministerio del Interior le concedía también el ascenso de empleo, con carácter honorífico y a título póstumo. 

Carlos Fernández Barallobre. 







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