Estamos asistiendo a las horas más tristes y peligrosas de la reciente historia de España. La insensatez y la traición de unos pocos nos están llevando por unos derroteros de incierto final.
Tristemente hoy hemos asistido al lamentable espectáculo de una región de España en la que, sin garantías reales de tipo alguno se ha organizado una suerte de referendo anticonstitucional y, por tanto ilegal.
Un referendo en el que las mismas personas han podido votar varias veces; en la que gente sin derecho a voto ha podido ejercitarlo; individuos a los que ni tan siquiera se les han comprobado la edad para conocer si eran sujetos de tales derechos.
Hoy en Cataluña, lo diga quien lo diga, juegue en Barcelona, rija los destinos de una ciudad o sea un antisistema, se ha conculcado la Ley de forma flagrante. Se ha desobedecido una orden dictada por los más altos tribunales de la Nación.
Algo parecido había sucedido en 1934 cuando la anti España decidió dar un golpe de estado contra la República; en aquella ocasión se desarmaron y se detuvieron a los 400 individuos que componían el Cuerpo de los Mozos de Escuadra, en tanto que la inmensa mayoría de los más de 3.000 efectivos del Cuerpo de Seguridad y Asalto que el Estado había puesto a disposición de la Generalidad se pusieron de inmediato a las órdenes de la Autoridad militar que asumió el mando de la Región.
Hoy, ochenta y tres años después, nuevamente la Policía Nacional y la Guardia Civil, cumpliendo, como siempre los mandatos dimanantes de la legalidad vigente, han sabido cumplir con su obligación y con su debes, en condiciones totalmente adversas, dejando bien claro que mientras ambos Cuerpos existan España, su Constitución y su integridad, estarán siempre a salvo.
Felicitamos a todos los compañeros de la Policía y la Guardia Civil por su valiente intervención.
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