viernes, 19 de septiembre de 2025

Sobre Octavio Alberola Suriñach

Del boletín "Emblema" de septiembre tomamos este artículo de nuestro amigo y compañero el Inspector Jefe (R) Eloy Martínez Ramos.

El pasado 27 de julio el diario digital El Debate publicó una extensa nota relativa al fallecimiento reciente del anarquista Octavio Alberola Suriñach, del que dice que intentó asesinar dos veces a Franco, entre otros hechos delictivos. El artículo va firmado por el periodista don José María Ballester Esquivias. Creo que la nota en cuestión merece algún añadido.

Octavio Alberola

Octavio Alberola Suriñach nació en Alayor (Menorca) en marzo de 1928; en 1939, finalizada la Guerra Civil, llegó exiliado a Méjico con sus padres, ambos anarquistas, a bordo del Ipanema. Allí, en 1947 creó con jóvenes españoles y mejicanos las Juventudes Libertarias y desde 1956 comenzó a colaborar con exiliados hispanoamericanos para fomentar insurrecciones en sus países. Pero el antifranquismo que se respiraba en Méjico le pareció muy leve y en 1957 preparó su viaje a Europa, llegando a Francia en noviembre, usando el nombre de Ricardo Vaca Vilches, de falsa profesión periodista.

El exilio español en Francia también le pareció muy poco antifranquista así que volvió a Méjico donde en 1959, tras la revolución cubana, creó un grupo ácrata autotitulado Movimiento Español 59 para emular a los castristas con españoles de distinto pelaje político: socialistas, comunistas, anarquistas, etc.

En 1961 fue elegido delegado en el Congreso de Limoges (Francia) donde se estableció el Defensa Interior (comandos de acción ácratas), con él, Cipriano Mera y Juan García Oliver.

Y en ese año ETA se marca entre sus objetivos: “Asaltar la Fábrica de Armas Star de Eibar, atentar contra el Jefe del Estado cuando veranara en San Sebastián, y diversos atentados.”

Para el atentado a Franco la banda barajó tres posibilidades: a) Atentar con bomba en el Palacio de Ayete; b) Hacerlo con bomba en la cuesta de Aldapeta, próxima al palacio, y c) Disparando desde una casa próxima al embarcadero cuando tomara el Azor.

En realizar el atentado coincidían con los deseos del citado grupo de Defensa Interior que también quería llegar a la Gran Fiesta como habían bautizado al día en que muriera Franco. Pero en este año no pudo ser porque se celebraba un Congreso anarquista en Limoges y coincidían las fechas. Para el atentado en San Sebastián los medios económicos y las armas habían sido ofrecidos por la central sindical venezolana STV y el partido Acción Democrática, en pago a la colaboración de anarcos españoles en varios atentados contra el presidente venezolano Marcos Pérez Jiménez

En 1962 rescataron el proyecto y dado que tenían muy buenas relaciones con la incipiente ETA a la que facilitaban las primeras metralletas Stein, lo harían en colaboración ambas organizaciones criminales. Así Julen Madariaga uno de los primeros jefes de los etarras, trajo de Francia una maleta con los explosivos y los anarquistas, a las órdenes de Alberola se encargaron de colocar el explosivo en la cuesta de Aldapeta para cuando pasara el coche con Franco. Eran tres franceses con experiencia en la lucha anti OAS, dos hombres y una mujer que la colocaron en la cuneta y la harían explotar desde un camping en el monte Ulía la pareja hombre – mujer, mientras el tercero era el contacto con Alberola.

Pero no se pudo llevar a cabo porque el 18 de agosto, fecha prevista, quien legó a Ayete en coche fueron la esposa e hija de Franco, mientras éste llegaría posteriormente por mar. Dado que la batería del explosivo estaba a punto de caducar, provocaron la explosión, que causó algunos daños materiales. No iban a matar a la esposa e hija del Jefe del Estado porque no parecía muy viril matar a dos mujeres. Fue un atentado meramente testimonial.

En 1963, tras la detención de los anarquistas Francisco Granado Gata y Joaquín Delgado Martínez se descubrió otro intento de matar a Franco. Los dos anarquistas, que serían condenados por el atentado cometido en el negociado de Pasaportes de la antigua Dirección General de Seguridad sita en la Puerta del Sol madrileña que causó varios heridos y daños considerables, se descubrió el intento de atentar contra el Jefe del Estado.

Tenían previsto realizarlo el día en que Franco acudiese a recibir nuevos embajadores en el Palacio de Oriente, al que se desplazaría desde su residencia de El Pardo. Harían estallar una bomba en las proximidades del Puente de los Franceses. No se pudo realizar porque les falló la logística. El hecho debería haber ocurrido el 24 de julio.

En 1966, el 29 de abril llevaron a cabo el secuestro de monseñor Marcos Ussia Urruticoechea, consejero eclesiástico de la embajada en Roma. Ya lo habían intentado antes con el embajador español ante la Santa Sede, Antonio Garrigues y Díaz – Cañabate que se salvó por estar acompañando en aquellas fechas a Jacqueline Kennedy en la Feria de Sevilla.

Los carabinieri italianos desplegaron gran actividad para rescatar a monseñor, usando perros policía y submarinos que descendieron al fondo del Tíber, sin resultado. La CNT reclamó la paternidad del secuestro y a los pocos días soltaron al secuestrado sano y salvo.

Los autores del secuestro habían sido los miembros del grupo llamado Primero de Mayo, que a la sazón dirigía Alberola, en este caso acompañado de un francés de orígen judío llamado Moravio y un tercero desconocido.

Mientras, la Policía española detenía a Antonio Cañete Rodríguez, anarquista que llegó desde Francia y cuya detención permitió la de otro grupo ácrata compuesto por Luis Andrés Edo Bonet, Jesús Andrés Rodríguez Piney, Alicia Mur Sin y Alfredo Herrera Dativo. Este grupo tenía como función secuestrar a un alto mando de las fuerzas de EEUU en España, siguiendo instrucciones de Alberola. Si no podían secuestrar al militar lo sustituirían por un periodista, Edmund Gress. Ya tenían preparado un piso en la calle Santa María de la Cabeza 84 – 86 en la que la Policía halló una metralleta Stein, una pistola P -38, ocho pasaportes falsos y documentación orgánica.

La prensa francesa lo interpretó a su manera, diciendo que pretendían secuestrar al embajador norteamericano, a Juan Domingo Perón y al coronel de las SS Otto Skorzeny.

Y ya que hemos hablado del grupo Primero de Mayo, digamos que, bajo las órdenes de Octavio Alberola, estaba integrado por individuos procedentes, sobre todo, de las Juventudes Libertarias y del Anarquismo Internacional, de diferentes nacionalidades, si bien en su mayoría españoles. Su actuación debía llevarse a cabo especialmente en Europa. Tuvo actividad desde 1962 hasta 1971 con acciones ejecutadas en capitales europeas. A partir de ese año se disgregaron sus componentes pasando a otras organizaciones anarquistas.

Además de Arbeloa, lo formaron Salvador Gurucharri Ochoa, Lis Andrés Edo Bonet, Vicente Martí Verdú, Floreal Navarro Téllez y los hermanos Cabal Riera.

En 1968, en concreto el 7 de febrero fecha en la que España retomaba las conversaciones para nuestra incorporación al entonces Mercado Común, miembros de la Policía española desplazados a Bruselas para seguir la pista de Alberola lo detectaron en la estación de Midi y más tarde en el bulevar Waterloo en el centro de la capital belga. Avisada la Policía del país de las intenciones de Arbeloa que no eran otras que secuestrar a nuestro embajador, señor Ullastres Calvo, los belgas lo detuvieron al día siguiente cuando iba a cambiar un coche alquilado.

Esta detención permitió la de Salvador Gurucharri Ochoa y una francesa que también formaba parte del grupo. Confesaron que tenían la intención de secuestrar a Ullastres, cobrar un rescate y finalmente, matarlo en lugar de ponerlo en libertad.

Los terroristas españoles tenían mucho empeño en impedir la adhesión de España al Mercado Común. Además querían atentar contra personas relevantes de la Administración española y el Patrimonio Nacional, todo ello en represalia por no haber sido atendida su petición de indulto de cuatro anarquistas detenidos cuatro años antes. Las represalias habían sido anunciadas al Ministerio de Asuntos Exteriores y estaban firmadas por Alberola.

En 1970, el 3 de marzo, el repetido Alberola, al frente de otro grupo de ácratas volvió a intentar un secuestro, en concreto el de Emilio Garrigues y Díaz Cañabate, Delegado Permanente de España ante la UNESCO. Habían pensado primero en un torero y una cantante pero desistieron por carecer de infraestructura en España y se decidieron por el diplomático para canjearlo por anarcos presos en España y, de paso, pedir una amnistía general.

El secuestro sería entre las 19 y las 20 horas, que era cuando regresaba a casa el señor Garrigues en la Avenida de Marceau 4 de París. Utilizando un coche alquilado esperaría a que el citado Garrigues que conducía personalmente su coche, se apeara para abril el portón del garaje.

La Policía francesa, alertada por la española había preparado el oportuno dispositivo y los detuvo rápidamente. SE trataba de José Ramón Cabal Riera, Juan García Macareno y José Cañizares Varela. Les incautaron tres pistolas, un frasco de éter, gafas con cristales tapados con un adhesivo y un capuchón. Alberola se había ausentado horas antes para, cuando se produjera el secuestro, enviar una carta a la esposa de Garrigues para que ella llamara a nuestro embajador en París y éste a su vez hiciera patente el secuestro al Gobierno español. El día 10 se reanudaban las conversaciones para el Acuerdo Preferencial con el Mercado Común.

En 1974, el 3 de mayo fue secuestrado en París el director del Banco de Bilbao Baltasar Suárez por unos llamados Grupos de Acción Revolucionaria Internacional (GARI) que estaban bajo el mando de Alberola. El día 8 el periódico alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung publicaba un reportaje sobre el secuestro en el que decía: Las condiciones de la puesta en libertad de Baltasar Suárez, director español de un banco, secuestrado en Parí, hechas públicas ahora por anarquistas en Madrid y Barcelona, podrían ser cumplidas sin violación de la ley. En un café de la Gran Vía madrileña, dos representantes del llamado Comité Libertario Antirrepresivo (dos hombres y una joven) han entregado las condiciones a cuatro periodistas (españoles y extranjeros) en una conferencia de prensa convocada en secreto.

Exigían la liberación de Solé Amigó, miembro del Movimiento Ibérico de Liberación (MIL). Se decía que estaba gravemente enfermo. Era del grupo de Puig Antich, ejecutado en marzo. Luego exigían la publicación de las solicitudes de pena del Fiscal contra los miembros del FRAP detenidos por los sucesos del 1º de mayo de 1973 (asesinato de un policía). En tercer lugar exigían la libertad condicional de todos los presos políticos que hubieran cumplido las tres cuartas partes de condena.

La Policía francesa liberó el 22 de mayo a Baltasar Suárez y detuvo a los secuestradores, es decir Alberola y su gente, y así, pocos días después un Juzgado de Barcelona, atendiendo una comisión rogatoria del Tribunal de Gran Instancia de París ordenaba la detención y puesta su disposición de los otros implicados en el secuestro, a saber: Luis Burro Más, Luis Burro Molina, Luis Andrés Edo, Juan Ferrán Serafín, Carmen y María Josefa Gil Andrés, Margarita Guijarro Margalaf y David Urbano Martínez.

Por sus declaraciones se supo que el secuestro sería el primero de una serie que tenía por finalidad conseguir más libertades políticas y que serían realizadas por el GARI en colaboración con el francés Organización Revolucionaria Armada – ORA-) .

Es de destacar que ambos intentos de matar a Franco fueron sendas estupideces y meramente testimoniales, al igual que un tercero intentado en 1964 por el inglés Stuart Christie que debería poner una bomba en el palco presidencial del estadio Bernabéu o en el coche del Jefe del Estado en el aparcamiento del campo. Fue detenido junto a un delincuente común.

Estos fueron los tres intentos para matar a Franco por lo que se puede decir que el Generalísimo no sufrió ningún atentado durante su mandato.

Alberola falleció a los 97 años.

Eloy Ramos Martínez.


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