miércoles, 12 de marzo de 2025

Formación de los Regimientos del Ejército de Reserva de Galicia (III)

Nuestro gran amigo, compañero y colaborador José Luis Calvo Pérez, nos remite una nueva entrega de su trabajo sobre el Ejército de Reserva de Galicia.

Prosiguen los esfuerzos, no exentos de dificultad, para formar los cuerpos del Ejército de Reserva de Galicia, debido principalmente a la escasez de soldados para lograr el completo de los distintos regimientos.

El 12 de octubre se oficia al gobernador de Orense que, con arreglo al artículo diecisiete de la Instrucción, concluya y active el alistamiento de soldados para ser entregados al coronel del Regimiento de Reserva de Monterrey para su filiación. Asimismo, se previene que los conscriptos que se habían apartado para la Compañía de Seguridad Pública deben ser entregados al citado coronel.

Se notifica al general en jefe el nombramiento de los subtenientes, D. José Manuel Quiroga, del Regimiento de Infantería de Toledo; D. Juan de Ponte, del Provincial de Compostela y D. José Domínguez, del Provincial de Monterrey, para ejercer el cargo de ayudantes en los cuerpos del Ejército de Reserva a los que se les destine.

Se transmite orden al gobernador de Lugo para que los conscriptos que se encuentran en la provincia los ponga, sin pérdida de tiempo, a disposición de los coroneles de los Cuerpos de Reserva. Con respecto que para el mando del Regimiento de Reserva de Lugo aún no se ha nombrado coronel, se insta al gobernador a oficiar con la Junta para que ponga a su disposición los mozos alistados en la citada provincia, los cuales filiará con arreglo a la Instrucción, permitiéndoles luego pasar a sus casas bajo la premisa de que estén prontos al primer aviso que reciban.

Asimismo, el Reino resuelve que todos los alistados que hayan desertado y que, posteriormente, se hubiesen presentado como consecuencia del indulto del 26 de septiembre pasado, se entreguen a los coroneles de los respectivos Cuerpos de Reserva de cada provincia para ser filiados según el orden prevenido en la Instrucción, debiendo ponerse a disposición de los citados coroneles los conscriptos que existan en las capitales y aquellos que falten para el completo del contingente, se den las órdenes convenientes a las juntas de Betanzos, Lugo, Mondoñedo y Tuy, así como al gobernador de Orense y Ayuntamiento de la Ciudad de Santiago, encargándoles en el empeño la mayor actividad.

El 13 de octubre el Reino ordena al general en jefe que prevenga a los subtenientes de los regimientos provinciales de Betanzos y Pontevedra, D. Juan Bonifacio Martínez y D. Ramón Bermúdez salgan inmediatamente a la provincia de Santiago para incorporarse a los Regimientos de Reserva de Betanzos y Compostela, a los que han sido destinados.

El día 17 de octubre el Reino resuelve nombrar capitán de una de las compañías del Regimiento de Reserva de Betanzos a D. Antonio María Saavedra.

El 22 de octubre se previene a D. Manuel Roldán, coronel del Regimiento de Reserva de Betanzos que provea las plazas de cabos de su regimiento.

Como consecuencia de la suspensión de la Compañía de Seguridad Pública de Betanzos, se dispone que los individuos de la expresada compañía se incorporaran como cabos en el Regimiento de Reserva, conservando el vestuario que venían usando.

El 25 de octubre se ordena al coronel del Regimiento de Reserva de Tuy que expida los correspondientes nombramientos de sargentos segundos para el regimiento de su mando a los individuos comprendidos en la relación que se le envíe.

El 26 de octubre se ordena al coronel del Regimiento de Reserva de Santiago que haga propuesta de aquellos individuos que crea más meritorios para cubrir las plazas de sargentos segundos y cabos primeros del regimiento de su mando.

El Reino resuelve que los sargentos segundos y cabos primeros de la Compañía de Seguridad Pública de la ciudad de Betanzos queden incorporados con los mismos empleos que tenían en el Regimiento de Reserva de Betanzos, debiendo llevar consigo su armamento y fornituras.

El 27 de octubre se decide oficiar al comandante general interino para que traslade la orden conveniente a D. José Cerdeira, sargento mayor del Regimiento de Reserva de Monterrey para que parta para la ciudad de Orense, en cuyo punto se encuentra el coronel del expresado cuerpo encargándose de la formación del regimiento.

El 3 de noviembre el Reino resuelve se de orden a los coroneles de los regimientos de reserva para que procedan al nombramiento de sargentos segundos y cabos que sean necesarios, sin que pueda recaer esta elección en ningún soldado ni cabo que sirvan, tanto en los regimientos de línea como en los provinciales. Asimismo, se trasmite orden para que el teniente del Cuerpo de Inválidos de Tuy, D. Luis Pereira, se incorpore al Regimiento de Reserva de la citada localidad.

Se cursa orden al juez de la demarcación de los Regimientos Provinciales de Orense y Monterrey para que disponga se franqueen a los coroneles de los Regimientos de Reserva de estas dos provincias los cuarteles de los primeros.

El 7 de noviembre el Reino responde a la Junta de Santiago que para proveer las plazas de coroneles, comandantes, capitanes y oficiales de los Cuerpos de Reserva de esta provincia se ha seguido el orden establecido en las Reales Ordenes para los Regimientos Provinciales, correspondiendo a los ayuntamientos hacer las respectivas propuestas y que si alguno de los agraciados no mereciese entrar a servir en los expresados cuerpos el Reino adoptará las providencias convenientes al respecto.

Se da orden del general D. Joaquín Blake para que disponga marchen inmediatamente para la ciudad de Santiago los oficiales y sargentos solicitados para el Cuerpo de Reserva. Asimismo, se oficia al coronel del Regimiento de Reserva de Pontevedra que el Reino tendrá presentes a D. Manuel Briones Loriga y a D. Eduardo Osorio para las compañías que ambos solicitan.

El 14 de noviembre se solicita informe al coronel del Regimiento de Reserva de Santiago sobre D. Blas Peinador, nombrado teniente del Regimiento de Reserva de Compostela, para saber si es o no desertor del Batallón Literario e igualmente si conceptúa que en dicho regimiento de Compostela, como en el de Santiago, fuesen promovidos a oficiales algunos sujetos que tengan causas pendientes para no ser acreedores a esta gracia.

El 16 de noviembre el Reino previene a las ciudades y justicias que entendieron en la conscripción, circulen inmediatamente orden a las justicias respectivas de su provincia, haciéndolas entender que el Reino no puede por más tiempo prescindir de castigar con el rigor de las leyes a todos aquellos mozos que habiéndose ofrecido a servir voluntariamente o que por otras razones han sido alistados, permanezcan ocultos en los lugares de su naturaleza a la sombra de sus padres y parientes, eximiéndose de este modo a contribuir con su persona al bien de la Patria, no bastando para atraerlos la suma benignidad con que hasta ahora los miró el Reino, creyendo este últimamente indispensable manifestarles que no presentándose dentro del preciso término de ocho días a los coroneles de los Cuerpos de Reserva, se enviarán partidas de tropas a las capitales para su arresto, así como el de los citados padres o parientes que los protejan, ejecutando lo mismo con las propias justicias si lo exigiesen las circunstancias. Se previene, asimismo, a las expresadas ciudades y juntas remitan razón individual de todos aquellos mozos solteros, robustos y aptos para las armas que se presentaron a servir voluntariamente por el tiempo de la presente guerra durante la primera época del alistamiento, ya que está convencido el Reino que los pobres labradores fueron los que sacrificaron a sus hijos, quedando oculta una considerable porción de mozos entretenidos en otros ramos que pudieran servirse con los inútiles para el servicio de las armas, ocupándose los otros en el primer objeto.

Como consecuencia de los refuerzos recibidos y de los movimientos realizados por el enemigo, el 19 de noviembre el Reino de Galicia notifica a la Junta Suprema Central la necesidad de dar resueltas disposiciones prontas para proporcionar al ejército el reemplazo de sus bajas y aumentar el número de efectivos en cuanto fuese posible. Con este mismo objeto se ha dado orden a los coroneles de los Regimientos de Reserva de las provincias respectivas para que hagan concurrir a sus capitales hasta el número de tres mil conscriptos del primer alistamiento y con la mayor celeridad posible se les instruya por los sargentos mayores y ayudantes de los referidos cuerpos en el manejo del arma y demás evoluciones militares, por lo que se conseguirá hacer útiles progresivamente a todos los alistados al primer aviso y que, desde luego, pudiesen incorporarse a cualquiera de los Regimientos sin necesidad de recibir más instrucción.

D. Pedro Valcárcel, coronel del Regimiento Provincial de Orense ofrece resistencia para hacer entregar del cuartel y utensilios del regimiento de su mando para servicio de los sargentos y cabos del Cuerpo de Reserva, por lo que se resuelve dar orden al gobernador para que insista ante el coronel Valcárcel sobre esta necesidad y siempre que este persista en su actitud de resistencia, se disponga apoderarse del referido cuartel por los medios que dicte la prudencia.

Con el objeto de cubrir ciento cuarenta y cuatro bajas habidas en el Regimiento Provincial de Orense, se nombra una partida para recogerlos del coronel del Regimiento de Reserva de Monterrey y que, asimismo, los ciento chenta y tres que necesitan las dos compañías del Regimiento de Infantería del Príncipe, se deben recibir del coronel del Regimiento de Reserva de Santiago, a quienes para este propósito se les dará la orden pertinente.

Se traslada orden al gobernador de Lugo notificándole el nombramiento realizado en D. José María de Prado como coronel del Regimiento de Reserva de Lugo para que, cesando en el encargo de las filiaciones de los desertores y conscriptos, pase todos estos documentos al expresado jefe con el fin de que proceda a ilustrarse con arreglo a la Instrucción para la organización de los Cuerpos de Reserva.

El mismo día 19 de noviembre se da a conocer la Real Orden del pasado día 11, mediante la cual el Ministro de la Guerra comunica a la Junta que S. M. ha resuelto que no se admitan a los desertores del ejército en los regimientos de nueva creación que se están formando en algunas provincias, sin conocimiento y expreso deseo de los jefes de quienes dependan. Se acuerda transmitir al Ministro de la Guerra que el motivo de hallarse en Galicia numerosos desertores e imposibilitadas las justicias de perseguirlos por falta de tropas, deseando al mismo tiempo apartarlos de la ociosidad que, sin duda, les conduciría a la clase de malhechores, se ha dado orden para que se les admitiese y filiase en los nuevos Regimientos de Reserva de estas provincias con el objeto que fuesen los primeros en cubrir las bajas producidas en el ejército, medio este por el que se ha conseguido la presentación de muchos desertores, que quedan ya filiados y marcharán al primer aviso y que el reino, en cumplimiento de lo resuelto por S.M. ha traslado a los coroneles de los citados cuerpos los avisos convenientes con el fin de que no admitan ningún desertor de ahora en adelante.

El 20 de noviembre se acuerda trasladar orden a los coroneles de los Cuerpos de Reserva para que, si la menor pérdida de tiempo, hagan concurrir a las respectivas capitales los efectivos siguientes:

A Santiago, mil hombres; a Lugo, quinientos; a Monterrey, quinientos; a Tuy, trescientos; a Pontevedra, trescientos; a Mondoñedo, doscientos y a Betanzos, doscientos.

Que las provincias los filien y que por los sargentos mayores y ayudantes se les empiece inmediatamente a dar la instrucción más oportuna para que puedan obrar con utilidad cuando se prevenga. Que se exprese el número de fusiles que existen en cada capital y también de aquellos que se necesiten para su completo. Que los soldados permanezcan alojados en aquellas provincias conforme se practica cuando los milicianos provinciales concurren a la asamblea.

El 24 de noviembre se da orden a las juntas y ciudades que realizaron la conscripción para que cubran el contingente que ha correspondido a cada provincia para el reemplazo del ejército, entregando a los coroneles de los Cuerpos de reserva todos los alistados que faltan para cubrir el referido contingente, al tiempo que se advierte a la ciudad de La Coruña para que entregue los conscriptos que le falten al coronel del Regimiento de Reserva de Betanzos.

Se traslada oficio a los coroneles de los Regimientos de Reserva para que, respecto no pueda verificarse la instrucción de los soldados alistados sin los sargentos primeros solicitados al ejército, manifiesten el número de Inválidos que necesitan para facilitárselos y que con estos, los cabos y sargentos segundos pueda realizarse dicha instrucción, en la inteligencia de que si existen en las provincias sargentos retirados que puedan servir para este objeto, los llamen y empleen en él.

Se comunica al coronel del Regimiento de Reserva de Tuy que el Reino aprueba el nombramiento de sargentos de segunda clase incluidos en la relación enviada el día 14.

José Luis Calvo Pérez.

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