Del boletín "Emblema" de marzo, tomamos este artículo de nuestro gran amigo Silvestre Barquero Baños.
En Barcelona fue muerto en plena juventud y en el cumplimiento del deber, cara al enemigo social, sirviendo de escudo a los ciudadanos pacíficos, un abnegado funcionario de la Policía gubernativa, el aspirante D. Florentino Pellejero Martínez.
El Sr. Pellejero ingreso en el Cuerpo por oposición el día 21 de junio de 1.921, tenía el número 129 de los aspirantes, era soltero de veintisiete años de edad y natural de la Provencio (Cuenca).
Uno más de los que se suman a la lista de los sacrificados en aras del orden y los principios socia-les, perturbados por una ráfaga de locura, que tiene como piedra de toque, la autoridad constituida.
Barcelona ha rendido al abnegado funcionario muerto, el testimonio de su gratitud. Grandiosa manifestación de duelo constituyó su entierro; presidieron el teniente coronel Sr. Bastida, en representación del capitán general; el comandante de Marina, el Gobernador civil interino, el Alcalde, el fiscal de la Audiencia, el Jefe superior de Policía, Coronel Borrué; el diputado Conde del Vallé de Canet, en representación del Presidente de la Diputación; el secretario del Gobierno civil; un diputado en representación de la Mancomunidad, y dos representantes de los generales Martínez Anido y Arlegui.
En una carroza eran llevadas cuatro coronas; una del jefe superior y personal de la Policía, otra de los compañeros de la Brigada de Servicios especiales, otra del personal de la Delegación de la Universidad y otra de la Policía de Valencia.
En la comitiva, numerosa, formada por todas las clases sociales, figuraban todos los policías francos de servicio; y cuatro compañeros llevaban a hombros el féretro donde reposan los restos del que murió en el cumplimiento del deber.
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Placa del Cuerpo de Vigilancia mod. 1.920 categoría de Aspirante. |
- De la prensa del momento –
La cuestión palpitante, es hoy la inesperada sensación de desavenencia y energía dada por el Gobierno al destituir simultáneamente al gobernador civil y jefe superior de Policía de Barcelona, señores Martínez Anido y Arlegui.
Esta desavenencia tan marcada entre el Gobierno y los señores Martínez Anido y Arlegui, tan franca y ruidosamente manifiesta, ha causado la natural sorpresa, pues después de tanto tiempo de aprobar y apoyar la conducta y los procedimientos seguidos (que ahora no han sido en nada modificados), no se comprende ni en buena lógica ni tiene justificación posible.
De todo ello resurge una cuestión, se plantea por sí un problema, a saber: cuál debe ser el sistema más apropiado para el gobierno, en general, de Barcelona.
- Los que se van o cesantes -
La Gaceta del 25 ha publicado los siguientes reales Decretos de la Presidencia del Gobierno; Vengo a admitir la dimisión que del cargo de Gobernador civil de la provincia de Barcelona, me ha presentado D. Severiano Martínez Anido.
Vengo a admitir la dimisión que del cargo de Inspector general de Orden público de Barcelona, me ha presentado D. Miguel Arlegui y Bayonés.
- Los que vienen -
De acuerdo con mi Consejo de ministros. Vengo a nombrar Gobernador civil de la provincia de Barcelona a D. Julio Ardanaz Crespo, general de división.
Vengo a nombrar inspector general de Orden público de Barcelona a D. Jose Borrué Núñez, coronel del Cuerpo de Seguridad de dicha provincia.
- No pasó desapercibido para la prensa ni para nadie, que en las anteriores disposiciones de cesantías y como era costumbre, no se elogiara el celo y la satisfacción del Gobierno por el trabajo desempeñado por los cesados. Tal era el ambiente que se respiraba entre el Gobierno de Sánchez Guerra con el desempeño del trabajo contra el pistolerismo catalán -.
D. Julio Ardanaz y Crespo nació en 1.860 e ingresó en el servicio, como alumno en la Academia de Estado Mayor, en 1,875. ascendió a general de Brigada en 1.915 y a general de división en marzo de 1.921. En enero de 1.916 fue nombrado jefe del Estado Mayor de la capitanía de la quinta región, y desde el 22 de octubre hasta fin del año 1.919 estuvo encargado accidentalmente del gobierno militar de Zaragoza. Estuvo varias veces en la campaña de África.
A fines de 1.921 ocupó la Subsecretaria de Guerra y desempeño ese cargo hasta abril de 1.922 en el que fue nombrado comandante general de Melilla.
D. José Borrué y Núñez, nuevo inspector general de Policía de Barcelona, nació el 12 de mayo de 1.861 e ingresó en el Cuerpo de la Guardia civil, al que pertenece y ascendió a coronel el 23 de abril de 1.921. En el momento de su nombramiento era el Jefe del Cuerpo de Seguridad de Barcelona.
N. autor. A principios de 1.922 con el nuevo Presidente del consejo de Ministros Sr. Sánchez Guerra, parecía que las cosas habían de cambiar en la ciudad condal, no se entendió entre la patronal y la clase burguesa la liberación de los sindicalistas anteriormente encarcelados. Se devolvieron las garantías constitucionales y el nuevo gobierno se mostraba comprometido con el tema catalán. Por su parte la clase empresarial endureció el trato con el gobierno central, apoyando y poniéndose de parte del gobernador civil Sr. Anido y del Jefe de la Policía. Ante un hipotético rumor que se hizo circular esos días sobre la dimisión forzada de Martínez Anido, la clase empresarial mando un telegrama al gobierno y realizo varios actos de exaltación. Se realizo una manifestación de apoyo con todos los Somatenes de la región (según crónicas, más de 5.000). Otro de los homenajes realizados fue de apoyo al Sr Arlegui, en las mismas dependencias de la jefatura de Policía. El principal culpable de la rumorología gubernamental procedía del Sr. Vicente de Piniés a la sazón Ministro de la Gobernación – no tardaría en pagar su incompetencia con su forzada dimisión por su incapacidad al frente a su departamento. Entre él y D Millán llevaron al caos a la Dirección general de Seguridad -
Por su parte el sindicalismo, carcomido hasta el hueso por los anarcosindicalistas de la CNT denunciarán continuamente la guerra sucia emprendida por la Policía gubernamental. Y es que tanto el gobernador civil como el jefe superior de Policía en franca convivencia, estaban poniendo contra las cuerdas al pistolerismo. Durante los días posteriores al asesinato del Sr Pellejero, desde los panfletos sindicalistas se vertió toda clase de infundios, sobre su pertenencia a esta clase de guerra sucia e incluso, se llegó a escribir, que el propio Sr. Pellejero iba a atentar contra el gobernador civil en compañía de otros miembros de la Policía. Ante toda esta clase de infundios, rápidamente la patronal de la ciudad condal salió en defensa de los funcionarios. Veamos unas reseñas del momento, bajo el titulo “In memoriam”.
- Entre las inesperadas cuanto importantísimas derivaciones que ha tenido el último choque sangriento entre la Policía y los elementos anarquizantes de la Ciudad Condal, ha quedado esfumada, reducida a un borroso segundo término, la figura del aspirante al Cuerpo de Vigilancia D. Florentino Pellejero, muerto a balazos en la cruenta colisión.
Apenas una docena de líneas en los diarios de la gran prensa, después de narrar escuetamente el hecho, dicen que Pellejero era un funcionario digno, activo, querido de sus jefes y enamorado de su profesión, para en seguida, con miras a la política, dedicar largas elucubraciones a las posibles derivaciones de hechos que no debemos ni queremos comentar -.
- Florentino Pellejero Martínez ha muerto victima como otros muchos, del cumplimiento del deber.
Todos merecen elogios unánimes por haber sucumbido en honrosa lid, pero se destaca la del pobre Pellejero, por querer con su tenaz voluntad llevar cumplidamente a feliz término (cuando ya había terminado su misión) la detención de los que horas antes habían sido víctimas de la red investigadora tendida por el propio Florentino, haciéndose pasar por uno de los principales elementos de acción que habían de consumar el plan monstruoso de atentar contra las primeras autoridades de la provincia. – información filtrada por sus compañeros.
Silvestre Barquero Baños.
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