Reproducimos la carta que, en respuesta a un artículo aparecido en el diario ABC, remite a su director nuestro buen amigo y compañero Martín Turrado Vidal, de la que no tenemos constancia que haya sido publicada.
Muy Señor mío: El problema no es que un experto desvele nada, el problema es que esa mentira ha sido creída por su periodista y la hayáis publicado. He leído el libro en cuestión: la antología del disparate a su lado es un cúmulo de aciertos. Este señor no ha pisado un solo archivo ni se ha documentado lo más mínimo para escribir su libro. Tan poco lo ha hecho que la foto que aparece en el artículo no pertenece a ningún policía del Cuerpo de Seguridad.
Dice que la policía se dedicó a perseguir liberales: no se ha enterado muy bien de cómo lo hizo, pero si acaso veamos este testimonio de Blas Molina, comisario de Valencia, desde 1824 a 1827: “La policía de Valencia en aquel tiempo no era posible que obrase de otra modo cuando contaba entre sus individuos un crecido número de patriotas que habían hecho conocer demasiado sus principios liberales, que estuvieron con las armas en la mano hasta el último baluarte; que tenían compromisos quizá más graves que aquellos a quienes se encomendaba vigilar y que habían aceptado sus encargos no solo como un puerto de salvación individual, sino como un medio seguro de poder dispensar amparo a su partido vencido” “El Correo Nacional”, 22 de diciembre de 1840.
- Una lista somera de errores detectados solamente en el capítulo IV en el que trata de la fundación de la policía serían los siguientes:
- No sabe que los jefes políticos eran el equivalente al gobernador civil y a los actuales delegados y subdelegados del Gobierno en las provincias.
- Tampoco que desde la oscuridad de los tiempos las autoridades eran nombradas anualmente o cada seis meses por los vecinos
- La Superintendencia General de Vigilancia Pública no se dedicó a labores policiales, sino a la custodia de los campos de prisioneros a medida que iba avanzando el ejército de los llamados Cien Mil Hijos de San Luis.
- La Policía se fundó en 1824, porque el Duque de Angulema se opuso rotundamente a que se restableciese la Inquisición, cosa que está archiprobada.
- La Cedula fundacional de la policía se promulgó el día 13 de enero de 1824, y desde entonces ha existido policía en España. Estamos hablando de la policía como cuerpo nacional, con profesionales dedicados en exclusiva a sus tareas, con una organización territorial adaptada a las necesidades de España, que tenían que pasar a los detenidos a disposición judicial y que tenían competencias en materia de policía de seguridad y administrativa. Lo que ocurrió es que cambio muchas veces de nombre a lo largo del siglo XIX y del XX (el de nombre de la policía ha experimentado tres cambios durante la vida profesional del que esto escribe).
- Ávila no distingue entre las competencias acumulativas y las privativas. Las importantes eran las privativas, que eran las propias de la policía. Las acumulativas fueron una fuente continua de conflictos. Esto le induce a muchos errores prácticos.
- Tampoco lo hace entre la Policía y otras instituciones, e incluso partidas presupuestarias. Entre las primeras se cuentan las Comisiones Militares Ejecutivas -verdaderos consejos de guerra- y la Alta Policía que era el equivalente al actual CNI, que fue el autor de esa persecución a los liberales. Más grave es que a pesar de decretos y reales ordenes que cita no sepa leer: gastos de policía secreta, es decir, el equivalente a los fondos reservados, es decir a una partida presupuestaria, no a una organización de policía.
- Nunca hubo una fuerza uniformada al mando de la Policía hasta que se creó la Guardia Civil. Los Celadores Reales fueron una fuerza local de Madrid y solo estuvieron en activo como dos años, después quedaron residualmente.
- No fue una policía política. La inmensa mayor parte de sus actuaciones tuvo como destinatarios a los delincuentes comunes. Por lo menos así los he visto en los cerca de 200 legajos que hay sobre la Policía de Fernando VII en A.H.N.
- No tuvo que ver nada con la Alta Policía de José Manuel del Regato, pero si fue la administradora de los gastos de policía secreta, es decir, de los fondos reservados. Entonces y ahora la policía necesita confidentes y, en muchas ocasiones, tiene que pagar por información. Ávila esto no lo entiende ni lo distingue.
- En otra parte de su obra afirma taxativamente que la Policía no estuvo presente en las colonias españolas. Este experto no sabe que el abuelo de Leónidas Trujillo, el dictador de la República Dominicana: nada menos que inspector del Cuerpo de Vigilancia, que era como se llamó a la policía, en Cuba. Debió hacer milagros, porque escribió un libro interesantísimo “Los criminales de Cuba”, en que recoge los servicios que realizó como policía. Cuevas y Sabaté, inspector y celador del Cuerpo de Vigilancia de Cuba, escribieron otro libro: “La Policía de la Habana”. Según el autor debió ser una invención, porque la policía no existió en Cuba. Ta En otra parte de su obra afirma taxativamente que la Policía no estuvo presente en las colonias españolas. Este experto no sabe que el abuelo de Leónidas Trujillo, el dictador de la República Dominicana: nada menos que inspector del Cuerpo de Vigilancia, que era como se llamó a la policía, en Cuba. Debió hacer milagros, porque escribió un libro interesantísimo “Los criminales de Cuba”, en que recoge los servicios que realizó como policía. También hay constancia de su existencia en Puerto Rico y Filipinas
Aprecio demasiado a su periódico y a la labor hecha por él, para hacer en público este comentario, por eso mando estas consideraciones, podían ser muchísimas más, para que comprendáis que os han metido un gol o lo que es lo mismo una investigación “fake” por toda la escuadra. Lo que me apena es que esto se produzca por parte de alguien que no ha pisado un archivo en su vida, que no sabe absolutamente nada de este asunto, y que haya tenido esta cancha.
Atentamente,
Martín Turrado Vidal.
Bravo. Muy bien dicho.
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