En junio de 1916 Madrid fue escenario de un hecho que, aunque visto con una perspectiva actual, casi pasaría desapercibido, en aquella fecha provocó que incluso llegase al Consejo de Ministros que ordenó a la Dirección General de Seguridad la elaboración de un informe de urgencia al respecto.
El suceso tuvo lugar en una casa de compra y venta habida en la esquina de la calle Clavel e Infantas, en pleno centro de Madrid. Este hecho que se saldó con el resultado de lesiones graves y robo acaeció en la jornada del 11 de junio de 1916.
El Comisario Fernández Luna y el personal de su Brigada (Nuevo Mundo) |
Aquel domingo por la tarde la tienda estaba cerrada si bien en su interior se hallaba un dependiente, Isidro Negrete Díaz, de diecisiete años que fue quien atendió a dos individuos que hicieron acto de presencia en la puerta del establecimiento con la pretensión de hablar con el propietario del comercio que se encontraba ausente en aquel momento.
Tras convencer al empleado para que les franquease la puerta, una vez dentro lo agredieron con un estilete, produciéndole heridas graves en un costado, y sustrajeron un botín por valor 100.000 pts., cantidad nada desdeñable para la época.
De inmediato la Brigada de Investigación Criminal, a la ordenes del Comisario Fernández Luna, inició las pesquisas que condujeron al rápido esclarecimiento de los hechos y a la detención, en menos de dos días, de los autores y la recuperación del botín sustraído.
El Gabinete de Identificación de Madrid (Nuevo Mundo) |
Consecuencia de estas detenciones se desarticuló la banda de “Apaches” que venía operando desde tiempo antes en Madrid y que causaba gran alarma social y preocupación a los Cuerpos policiales.
En la operación fueron detenidos Pedro Castañer, “el argentino”, y Lucien Vennet, cuando trataban de huir en tren de Madrid en compañía del jefe de la banda, Ferdinand Renaud, que fue muerto a tiros por la Guardia Civil en Guadalajara. Otros detenidos fueron Luciano Rimer, Eloy Jacques Tua, Mario Garnier, Louis Bertoud, Leonor Roche y varias mujeres, de origen francés, amantes de los miembros de la banda de “Apaches”.
Los “Apaches” no eran otra cosa que una banda de delincuentes, jóvenes, extranjeros, venidos de los países europeos de los que eran originarios y de los que habían huido con motivo de la Gran Guerra. El origen de esta banda de delincuentes hay que situarlo en el París de inicios de siglo.
Sala de Reseña del Gabinete de Identificación de Madrid (Nuevo Mundo) |
Llegados a España comenzaron sus actividades delictivas lo que provocó de inmediato el inicio de las gestiones policiales para su detención.
Consecuencia de la comisión de diferentes actos criminales, una parte de la prensa de la época, especialmente la de tendencia de izquierdas, inició una campaña para poner en jaque a la Policía, achacándole, de forma irresponsable, su falta de diligencia y capacitación. Sin embargo, la desarticulación de la banda puso en entredicho estos comentarios negativos.
No todos los periódicos madrileños arremetieron contra la Policía y así, por ejemplo, la edición de “Nuevo Mundo” del 23 de junio de 1916, dedica varias páginas a glosar el alto grado de capacitación y profesionalidad de la Policía Gubernativa, señalando, entre otras cosas, que “ya hoy puede parangonarse la Policía Española con la de aquellos países que mayor fama alcanzaron en esto y si en cuanto a la organización se refiere nada tiene que envidiar la nuestra a ninguna, en cuanto atañe a las condiciones del personal, la superioridad está de parte de la nuestra.
Más adelante, el artículo señala, “si ese deslumbrador aparato escénico de que suele alardearse en otros países en lo que concierne a los servicios de la Policía, nuestros Agentes vienen demostrando un valor personal, una inteligencia y un instinto investigador que no constituyen la característica de los extranjeros”.
El Comisario Maqueda y el personal de la Brigada Móvil (Nuevo Mundo) |
Finalmente, este amplio artículo titulado “La Dirección de Seguridad y la Policía madrileña”, concluye realizando un análisis de la situación del Gabinete de Identificación del que dice que “modestamente instalado en local que no reúne las condiciones de amplitud necesarias a tan Importante servicio, es sin embargo un modelo de admirable organización. Desterrados ya casi en absoluto los antiguos sistemas de antropometría que en su aspecto más amplio hicieran famoso el nombre de Bertillon, el moderno, y más seguro procedimiento dactilográfico, que tan escrupulosa como hábilmente se practica en la Dirección General de Seguridad, imprime a este importantísimo servicio unos caracteres de eficacia indiscutibles.
No fue solamente este semanal el que glosa, en estas fechas, la profesionalidad de la Policía, otros medios tanto madrileños como de provincias alaban igualmente el buen trabajo del Cuerpo de Vigilancia.
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