Del boletín "Emblema" de agosto, tomamos este artículo firmado por nuestro gran amigo y compañero el Comisario Pral. Félix Alvarez Saavedra.
La gestión de los pasaportes ha comprendido históricamente varios pasos: primero la autorización por parte de quien, en cada momento, correspondiese, a continuación, la expedición material del mismo (tarea burocrática), después el control del documento a la salida o entrada del territorio nacional, sin olvidar el archivo de los documentos que permitieron su expedición.
De esas cuatro tareas la Policía siempre ha estado a cargo de, como mínimo, una de ellas: el control, y teniendo en cuenta que la autorización estuvo vinculada durante muchos años a las autoridades políticas de las cuales dependía directamente la Policía (fundamentalmente los gobernadores civiles), también esta competencia.
Al inicio de la Guerra Civil, en Cataluña, tal y como hemos visto en el número 65 de Emblema, las competencias de la Generalidad relativas a los servicios de policía y orden interior habían sido reasumidas desde el 2 de junio de ese año, pero las mismas no incluían ni la expedición de los pasaportes ni el control de las fronteras.
![]() |
Página 9 de pasaporte. Diligencia y sello del Frente Popular de Murcia autorizando la salida de España (septiembre de 1936) |
Con la sublevación del 18 de julio de 1936 en pocos días colapsan las estructuras del Estado en Cataluña, hasta el punto de que la actitud de personal y fuerzas dependientes del mismo es de abandono, cuando no de pura y simple huida. Así ocurre con los aduaneros en los puestos fronterizos de las provincias de Gerona y Lérida, que dejan sus puestos de trabajo en la segunda quincena de julio.
Si uno recurre a la Wikipedia (que algunos pretenden sea el sustituto del conocimiento atesorado en los libros en papel y del material conservado en los archivos) para saber qué ocurrió en relación con los pasaportes y las fronteras en los primeros meses de la Guerra Civil, especialmente en Cataluña, en principio se encontrará con la sorpresa de que no hay nada escrito… bueno, si profundiza un poco más se encontrará con una “historia” contada por gentes de la CNT que en (casi) nada se parece a la realidad de los hechos acontecidos[1].
![]() |
Página 10 de pasaporte. Sello adherida de Aduanas puerto de Alicante y seloo CNT-UGT del puerto (diciembre de 1936) |
Empecemos diciendo que es difícil imaginar la existencia de otros pasaportes expedidos en Cataluña entre 1936-1939 que no sean los reconocidos internacionalmente, pues otra denominación no les cabe.
Sin embargo, estos pasaportes, durante al menos nueve semanas del verano y otoño de 1936, fueron avalados para su expedición, visados para su uso y controlados en las fronteras, especialmente en las de las provincias de Gerona y Lérida con Francia, por distintas organizaciones políticas y sindicales que suplantaron la actividad oficial tanto de las autoridades expedidoras como de los agentes de estas encargadas de su control y de la supervisión aduanera.
![]() |
Página 10 de pasaporte ordinario. Sellos del Comité Central de Milicies Antifeixistes de Port Bou (agosto de 1936) |
Dice Guillamón, uno de los escasos autores que escribe sobre el particular, que “el Gobierno autónomo y burgués de Cataluña, [fue] barrido casi por completo por la insurrección obrera de julio de 1936 contra el ejército y los fascistas. La disolución del CCMA[2] el 1 de octubre de 1936 facilitó su restablecimiento. El hundimiento del Estado central en Cataluña propició que el gobierno autónomo de la Generalidad asumiera funciones de defensa, orden público y control de las fronteras, no reconocidas por el Estatuto de Autonomía. Funciones que perdió irremediablemente después de los hechos de mayo de 1937, cuando éstas fueron asumidas de nuevo por el gobierno central” [3].
Las cuatro frases, incluidas en un mismo párrafo son, cuando menos, contradictorias, están desordenadas cronológicamente y omiten lo ocurrido durante esos meses en relación con los pasaportes y fronteras, pero nos marcan tres fechas interesantes, julio y octubre de 1936 y mayo de 1937.
![]() |
Puesto fronterizo de Port Bou controlado por milicianos anarquistas en fecha sin determinar de agosto de 1936 |
Cronológicamente, es a partir de la creación del Comité Central de Milicias Antifascistas (CCMA), el 21 de julio de 1936, cuando empieza a organizarse la actividad anarquista (si es que las palabras anarquismo y organización casan), fundamentalmente en Barcelona.
El CCMA emitió bandos, el primero de los cuales estaba firmado, entre otros, por Aurelio Fernández Sánchez, responsable de su Departamento de Investigación o Servicio de Investigación, que no era más que una especie de policía secreta. Este Servicio de Investigación se convirtió en responsable de las oficinas de pasaportes y era el organismo de control de las fronteras, tanto en lo relativo a mercancías como a personas.
Como brazo armado del CCMA aparecieron las Patrullas de Control, que tenían carácter parapolicial y pretendían sustituir a las fuerzas policiales oficiales, que habían perdido la credibilidad tras el fallido golpe de estado. Actuaban de forma paralela a la Jefatura de Policía bajo la dirección de la Junta de Seguridad del Comité (del CCMA).
Respecto a los pasaportes, en la reunión del Comité de Milicias Antifascistas del día 3 de agosto de 1936, se acordó que “por el momento” fuese la Federación Local de Sindicatos (tanto de la CNT como de la UGT) y sus comités ejecutivos, quienes avalasen los nuevos pasaportes. Es decir, apenas 15 días después de la sublevación iniciada en Melilla el 17 de julio, en Cataluña el solicitante de un pasaporte ya necesitaba el aval de un sindicato, y no de un sindicato cualquiera, debería ser de uno de los dos señalados, CNT ó UGT.
Además del aval para la expedición, el pasaporte debía ser visado por el Servicio de Investigación del CCMA, que estampaba su sello en el mismo en caso positivo y, finalmente, al cruzar la frontera, los integrantes del Comité en ella apostados se encargarían de sellarlo nuevamente (y de extorsionar al viajero con la excusa de unas tasas inventadas para la ocasión).
![]() |
Otra imagen del Puesto Fronterizo de Port Bou |
Únicamente la firma, primero del Consejero de Gobernación y luego del Consejero de Seguridad Interior, a partir de octubre de 1936, ofrecieron una imagen de seriedad institucional a la expedición del documento.
El nuevo gobierno de la Generalidad, de octubre de 1936, que acogió a los anarquistas, llevó a la creación, entre otros organismos, de una Junta de Seguridad Interior, fruto del pacto al que llegaron las fuerzas políticas republicanas por un lado y la CNT-FAI por otra. Ese pacto implicó la disolución del Comité Central de Milicias Antifascistas y, a la larga, el final de la presencia de los anarquistas en las tareas relativas a pasaportes y fronteras.
Su primera reunión se llevó a cabo el 4 de octubre, y en una posterior, del 8 de ese mes, se acordó que los pasaportes fuesen firmados por el Consejero de Seguridad Interior, Vicente Aguadé, en tanto que el control de las fronteras serían responsabilidad de Vicente Gil (CNT) y Joan Pons (ERC).
En otra reunión de la Junta, ésta el 20 de octubre, se dijo que la “simple autorización de una organización no era suficiente para cruzar la frontera”. Días después, el 27 de octubre, se propuso centralizar la expedición de pasaportes en la Junta, de tal forma que un delegado expendería y otro pondría el visado, y que ambos delegados se encargarían de la organización de las fronteras.
El 31 de enero de 1937 la Junta de Seguridad estudió una propuesta de normativa de pasaportes, que afectaba también a fronteras, en la que se ve cómo la capacidad de intervención de los anarquistas está ya muy reducida.
Si lo anterior es lo referido a la expedición de los pasaportes, en cuanto al control de las fronteras hay que decir que fueron milicianos de CNT-FAI afectos a los diferentes Comités de Milicias Antifascistas los que se hicieron cargo del control de las de Port Bou, Puigcerdá y Farga de Molés, entre otras, en los primeros días de agosto de 1936. Luego, ya de manera más organizada, a finales de ese mes, se formó una columna de milicianos destinada específicamente al control de fronteras, en las cuales se establecieron.
En abril de 1937, fuerzas de Carabineros al mando del entonces ministro de Hacienda, Juan Negrín, desalojaron de los puestos fronterizos con Francia a los milicianos que hasta entonces los controlaban, y es a partir de entonces cuando el Gobierno de la República se hace cargo de ellos.
Pero no fue solo en Cataluña, en otras provincias del territorio controlado por el Gobierno de la República, organizaciones políticas y sindicales se arrogaron funciones tanto de autorización como de control de los pasaportes. Las autorizaciones por parte de los diferentes Comités organizados fueron permitidas por los gobernadores civiles, y las de control con su presencia en los puestos fronterizos, tanto terrestres como marítimos, suplantaron a la preceptiva actuación policial.
Sirva como ejemplo lo ocurrido en la Aduana del puerto de Alicante, de la cual su Administrador Jefe, Inspector de Muelles y Segundo Jefe fueron cesados en el mes de septiembre de 1936 y trasladados definitivamente desde el 4 de mayo de 1937. Dos de los administradores de la misma fueron los encargados en septiembre de 1936 tanto de organizar el Comité de la Aduana, en el que participaron la CNT y la UGT, como de soliviantar a los funcionarios que no se habían manifestado políticamente hasta entonces. Ese Comité, junto con el de Control del Puerto, eran los encargados de visar los pasaportes de las personas que pretendían salir o entrar en España y recaudar las tasas aduaneras dispuestas por ellos, al menos hasta diciembre de 1936.
Si en el lado republicano la normalidad de actuación respecto de fronteras y pasaportes no se recuperó hasta finales de mayo de 1937, en el lado de los sublevados, la maquinaria burocrática de expedición, avales y control permaneció inalterada durante todo el transcurso de la Guerra, supervisada férreamente desde el “Cuartel del Generalísimo”, con escasas delegaciones en otras autoridades militares, tal y como puede comprobarse en los numerosísimos pasaportes y salvoconductos extendidos en aquellas fechas.
Félix J. Alvarez Saavedra.
Notas:
[1] Si alguien tiene interés real en profundizar en el tema debe explorar los fondos existentes en Salamanca en el ahora denominado “Centro Documental de la Memoria Histórica”, https://www.cultura.gob.es/cultura/areas/archivos/mc/archivos/cdmh/presentacion.html, en el Archivo Tarradellas del Monasterio de Poblet, https://www.poblet.cat/es/archivo-tarradellas/, y en los fondos históricos de la CNT que se conservan en el International Institute of Social History de Ámsterdam, https://iisg.amsterdam/en.
[2] Comité Central de las Milicias Antifascistas.
[3] Guillamón, Agustín: Los Comités de Defensa de la CNT en Barcelona (1933-1938). Barcelona, 2018. Cit., p. 124. En: https://grupgerminal.org/?q=node/517
No hay comentarios:
Publicar un comentario