domingo, 8 de abril de 2018

La bomba de la calle de las Cortes de Barcelona (1919)

A primeras horas de la tarde del 6 de agosto de 1919, una formidable explosión sacudió la Gran Vía barcelonesa en su zona comprendida entre el Paseo de Gracia y la Rambla de Cataluña, produciendo gran alarma entre vecinos y transeúntes, máxime cuando la detonación pudo ser escuchada a gran distancia del lugar de la deflagración. 

Aquella hora, la una y cinco minutos de la tarde, la Rambla se encontraba atestada de público que fue testigo de esta fuerte explosión que, además de producir una densa columna de humo y un penetrante olor a azufre, rompió la mayor parte de los cristales de los edificios próximos. 

Agente Angel Guiance del Cuerpo de Investigación (Nuevo Mundo)

Desde el primer momento se determinó que el artefacto, con una carga explosiva de gran potencia, estaba formado por un soporte de hierro y provisto de metralla para causar los mayores daños posibles. 

El balance final del suceso arrojó la cifra de siete heridos de diferente consideración, resultando tan solo uno de ellos con heridas graves. 

Agente Eduardo Quintela del Cuerpo de Vigilancia (Nuevo Mundo)

Tras la explosión, efectivos del Cuerpo de Seguridad establecieron un cordón en la zona para evitar el acceso de curiosos. Por su parte, Inspectores y Agentes del de Vigilancia comenzaron las investigaciones, realizando una inspección ocular el en el lugar del suceso y comenzando los interrogatorios a los primeros testigos. 

Las primeras declaraciones de testigos presenciales permitieron determinar que, poco antes de la una de la tarde, un individuo, bajo de estatura y complexión fuerte, que transitaba la calle, arrastrando un carretón de mano, sobre el que llevaba un bulto cubierto por una arpillera, se detuvo delante del palacio del Marqués de Mariano, donde abandonó la carretilla, emprendiendo seguidamente veloz carrera para alejarse del lugar, haciendo instantes después explosión el artefacto que portaba el carretón que quedó totalmente destruido. 

Agente Eleuterio Sacau del Cuerpo de Vigilancia (Nuevo Mundo)

Tras la recogida de los restos del carretón, que quedaron diseminados en un amplio radio, se puedo establecer que se trataba de uno de alquiler, numerado con el 1.364 de 1917. 

La instrucción del sumario consecuencia de estos hechos la asumió el Juzgado Militar quien encomendó la investigación a la Brigada de Servicios Especiales del Cuerpo de Vigilancia y en concreto a los Agentes Angel Guiance; Eduardo Quintela y Eleuterio Sacau que tras activas gestiones lograron, a finales de ese mismo mes de agosto, el total esclarecimiento del suceso y la detención de los autores. 

Como resultado de las averiguaciones fueron detenidos un tal Joaquín Caballé, alias Chimo, individuo con antecedentes por delitos comunes y que fue identificado como el individuo que conducía el carretón el día de autos; así como Rosa Mestres Clop, de 44 años, que fue quien le entregó la carretilla con la carga a cambio de una gratificación de 50 pts. 

Según las declaraciones del Chimo, Rosa Mestres, le hizo entrega del carretón indicándole que debería llevarlo al Paseo de Gracia, dejándolo abandonado en las proximidades de una obra en construcción. Igualmente le señaló que, si se percataba que un ruido de tic-tac que salía del interior del paquete que portaba se aceleraba, entonces debería abandonar el carro y salir corriendo. 

En cuanto al móvil, es muy posible que estuviese relacionado con la huelga que mantenían, por aquellos días, los obreros del sector del ladrillo. 







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