miércoles, 13 de abril de 2016

Las dos primeras películas del cine negro español

Los años 50 del pasado siglo constituyen un punto de inflexión a nivel económico y social en España. De una parte, el recuerdo de la guerra va quedando cada vez más en un horizonte que se antoja lejano y la sociedad comienza a mirar a una futuro esperanzador que se atisba, de forma resuelta, en una lejanía cada vez más próxima.

Atrás se queda la cartilla de racionamiento y, por tanto, la oscura época del estraperlo y se levanta el telón de la industrialización de la mano de los acuerdos firmados con los norteamericanos en 1953 que suponen el inicio de la modernización de España y, por tanto, el final del aislamiento internacional.
Fotograma de la película "Brigada Criminal" (1950)


En esta década, concretamente en 1950, se inaugura la primera línea de Talgo entre las estaciones de Madrid Norte y Valladolid Campo Grande, atendida por el Talgo I que alcanza una velocidad sostenida de 120 km. hora. También comienza, en Barcelona, la producción de vehículos Seat bajo licencia de la firma italiana Fiat.

Son años de grandes obras hidráulicas que facilitan la electrificación de una gran parte del territorio nacional y mejoras en el regadío. A partir de 1955 el incremento anual del volumen de agua embalsada - 1.561 hm3 - supone un 374% más del total estimado en los años de la República.

En 1955 España es admitida, junto a quince Países más, en la Organización de Naciones Unidas (ONU). También en esta década nace Televisión Española que inicia, tímidamente, sus primeras emisiones en octubre de 1958.

En cuanto al cine, sigue la tendencia de la década anterior, controlado por el Régimen que consigue transmitir y ensalzar, a través de las cintas cinematográficas, los valores patrios, exaltando hechos heroicos de nuestra historia y las tradiciones más enraizadas en nuestros pueblos; en resumen, un fiel reflejo de la España de aquellos años.

Surge en esta década el llamado cine negro español y lo hace con dos obras, ambas nacidas en factorías barcelonesas, en las que sus principales protagonistas son hombres del Cuerpo General de Policía, que con su quehacer diario glosan los valores, el espíritu de sacrificio, las cualificación profesional, los riesgos, el compañerismo e incluso los sinsabores que entraña la profesión policial; junto a ellos, los abnegados miembros de la Policía Armada y de Tráfico en sus labores de apoyo al trabajo policial. En definitiva el retrato de la Policía Española de aquellos años que, con pocos medios y bajos salarios, supieron situar a los Cuerpos policiales de nuestra Patria a la cabeza de los del mundo occidental.

Estas dos cintas con las que el cine negro español levanta su telón son "Brigada Criminal" y "Apartado de Correos 1001".

"Brigada Criminal" fue la primera película española que tuvo como escenario el marco auténtico de una ciudad, en este caso Madrid y Barcelona, aprovechando a los transeúntes como extras; convirtiéndose, al incorporar una serie de innovadores medios, en la más moderna obra cinematográfica rodada en España hasta entonces.


Afiche de la película "Brigada Criminal" (1950)
La presencia de dos figuras de la pantalla española de la época y de la talla de José Suárez y Alfonso Estela, encarnando papeles tan dispares como el del policía recién salido de la Escuela, el primero de ellos, y de un refinado jefe de una importante banda criminal, el segundo, que los hace enfrentarse en escena, supone un valor añadido a la cinta por tratarse de los dos actores que mejor representan este tipo de personajes en el panorama cinematográfico nacional.

Se trata de un episodio pleno de realismo en el que se pone de manifiesto, a través de la más moderna técnica cinematográfica, la eficiencia de la Brigada Criminal en su lucha constante contra el crimen. Las distintas secuencias y escenas de la obra se desarrollan en las calles y plazas de Madrid y Barcelona, al igual que en sus establecimientos más importantes.

Innovador en nuestro cine resultó el empleo de los perros adscritos a la Unidad canina de la Academia Especial de la Policía Armada, resultando una incógnita el rendimiento que podrían dar ante la cámara, colaborando en la captura de los criminales en unas secuencias de difícil realización de la película. Al final, la actuación de los perros participantes en el film fue calificada como de asombrosa y las tomas resultaron perfectas. Un representante de la Dirección General de Seguridad, Arturo Roselló, se encargó de asesorar técnicamente al Director de la película, supervisando sus escenas y otros detalles como la personalidad de los funcionarios intervinientes, la uniformidad de los Policías Armadas, etc., que merecieron el más encendido elogio de policías, técnicos y actores.

En junio de 1950 comenzó el rodaje de "Brigada Criminal" que se alargó por espacio de 90 días, realizando la película con gran animosidad, apurando hasta el máximo todas las posibilidades de la trama, tanto sobre las cuartillas del guión, como luego en la toma de las escenas. Parte importante del film es la música del maestro Augusto Algueró, quien, con una partitura inspiradísima subraya muy acertadamente los pasajes más interesantes de la película.

Se estrenó en Barcelona el 4 de diciembre de 1950 en el cine Cristina. Esta sala ofrecía dos butacas para ver la proyección de la película a todos aquellos que pudiesen atestiguar que aparecían como extras anónimos en alguna de las secuencias de la película.

En Madrid su estreno tuvo lugar el 16 siguiente, en sesión de gala, en el cine Gran Vía, contando con la asistencia de los Ministros de Justicia, Raimundo Fernández Cuesta, y del Aire, General Gallarza, así como del Director General de Seguridad y de las más relevantes figuras teatrales, artísticas y cinematográficas; su presentación en la Capital significó la más prestigiosa ratificación al rotundo éxito alcanzado en Barcelona con motivo de su estreno. Su Director recibió las más efusivas y sinceras felicitaciones por la realización de esta obra que enaltece y honra al cine español.

"Brigada Criminal" se considera una especie de punto y aparte en la producción cinematográfica española. Hay críticos que señalan que "hasta el instante del rodaje de esta película se echaba de menos la realización de un guión hecho por hombres especializados y experimentados que, eliminando las rémoras tradicionales, plantasen las cámaras en el estudio o en la calle para resolver el tema propuesto con la vista puesta en la naturalidad, en el ritmo y en el movimiento"

La Vanguardia en su edición correspondiente al 6 de diciembre de 1950 señala que "el asunto de "Brigada Criminal" incide de una manera general en unas fórmulas que no son, ni puede serlo, inéditas. Se trata, en suma de la historia de una investigación policial en la que se juega con el elemento sustancialmente cinematográfico de la persecución. Hay, pues, antecedentes claros del tema, sobre todo en Hitchcock y en Síodmak. Sin embargo, "Brigada Criminal" posee características propias, casi diríamos que intransferibles, y éstas residen en una gran virtud que distingue al film: en su ambientación, en su localización geográfica, humana y anecdótica. Lo qué sucede, sucede en nuestras calles, en nuestras carreteras, y todos los personajes - excluyendo los delincuentes que suelen tener caracteres internacionales - son auténticamente españoles, empezando por esos policías que triunfan, pese a todas las posibles deficiencias materiales, con el mérito de su esfuerzo y de su iniciativa personal. No estará de más añadir en este punto que "Brigada Criminal" está animada con el propósito de servir de merecido homenaje a nuestra esforzada Policía".


Afiche de la película "Apartado de Correos 1001" (1950)
"Apartado de Correos 1001", dirigida por Julio Salvador, se estrenó en España al día siguiente que "Brigada Criminal", el día 5 de diciembre de 1950, en el Cinema Kursaal de Barcelona, obteniendo un éxito rotundo y clamoroso, siendo elogiada, tanto por sus tomas como por su realismo, por espectadores y críticos, constituyendo el mayor éxito cinematográfico de aquella temporada.

Parte de una historia de Julio Coll y un guión de Antonio Isasi-Isasmendi - como Director, en 1954, dirigirá "Relato Policiaco", otro clásico del cine negro español - para contar una trama con un formato muy parecido al de "Brigada Criminal". En ambas cintas, los protagonistas son Inspectores noveles de la Policía que se enfrentan a su primer caso importante, supervisados por un veterano Inspector. También las dos películas están rodadas en formato documental con imágenes exteriores muy bien resueltas y con una voz de "off" que a modo de narrador introduce al espectador en la trama de la película. La música es del maestro Ferrés.

Con una duración de 90 minutos, sus protagonistas principales son Conrado Sanmartín, Tomás Blanco, Elena Espejo, Modesto Cid y Manuel de Juan. En su argumento, un joven es asesinado en plena calle frente a la Jefatura Superior de Policía de Barcelona. La Brigada Criminal, investiga el asesinato y sus funcionarios hallan, en la habitación del muerto, un ejemplar de "La Vanguardia"; en el periódico encuentran señalado un anuncio solicitando un gerente para una empresa de productos químicos, exigiendo a los posible candidatos el depósito de fuerte fianza; el anuncio indica que los interesados deberán remitir los datos personales y solicitar más información al apartado de Correos 1001. Con este descubrimiento comienzan unas difíciles pesquisas policiales que llevarán hasta la detención del asesino y el desenlace final de la trama.

Desde Conrado San Martín hasta el último extra que trabaja en la película, muestran lo mejor de sus dotes interpretativas, mereciendo por ello el calificativo de perfecta por toda la crítica barcelonesa. Cada papel, cuidadosamente elegido y seleccionado, ha logrado alcanzar con exactitud los niveles de realismo exigidos tanto por el director como por los autores del guión. Por su parte, la calles y la vida de la España de aquellos años, se convierten en los auténticos coprotagonistas de la película.

Aunque en los títulos de crédito no acertamos a descubrir la figura del asesor técnico nombrado por la Dirección General, si creemos que tal asesoría existió toda vez que el tema policial, tanto a nivel de decorados, uniformidad de los Policías Armados intervinientes, etc., resulta muy pulcro y ajustado a la realidad.

El 24 de agosto de 1951, fue presentada en el cine al aire libre del Palacio del Cine, en el marco de la XII Exposición Internacional de Arte Cinematográfico, Bienal de Venecia, en su versión original, sin subtítulos, alcanzando un éxito completo. El público que llenaba por completo la sala siguió con vivo interés las incidencias de la trama, dándole a la cinta, un respaldo internacional. Posteriormente, el 27 de agosto de 1952 se estrenó en Francia.

"Apartado de Correos 1001" fue premiada con un accésit de 150.000 pts. en los Premios anuales a la producción cinematográfica nacional de 1951.

Estas dos películas sirvieron para levantar el telón de un género que ha sido ampliamente cultivado en España a lo largo de los años y que dieron paso a otras posteriores; citemos simplemente, a modo de ejemplo, en esta misma década de los cincuenta, otras como "Relato Policiaco" (1954), ya mencionada, dirigida por Antonio Isasi Isasmendi; "El cerco" (1955), dirigida por Manuel Iglesias; "Distrito quinto" (1957), dirigida por Julio Coll y por supuesto "091 Policía al habla" (1960), dirigida por José Mª Forqué. Todas ellas constituyen el embrión del cine negro español.

Bibliografía:
Hemeroteca La Vanguardia
Hemeroteca ABC
Historia del Cine Español
Otras fuentes

José Eugenio Fernández Barallobre,
(articulo publicado en la Revista "Policía")





1 comentario:

  1. Las dos películas las ví en los años 50. UNa de ellas, creo que acompañado de mi padre.
    Siguiendo haciendo un esfuerzo de memoria, creo que una la vï en el Cine de Verano (al aire libre) "San Telmo", junto al río Guadalquivir, en terrenos de la Junta de Obras del Puerto, donde hoy están las instalaciones deportivas del Real Circulo de Labradores; la otra, creo que en el Cine de Invierto Rocío, en la calle de su nombre, en pleno corazón del castizo Barrio de Triana (por cierto, muy cerca de donde estuvo la primitiva Comisaría de dicho Distrito, que hoy -con otra ubicación intermedia- está en la Calle Betis, también a orillas del Guadalquivir, al otro lado del Puente de San Telmo.
    Ambas, me gustaron mucho, y -teniendo en cuenta los escasos medios de la época-, hay que calificarlas como buenas.

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