En la mañana del 28 de diciembre de 1920, se procedió a inhumar en el cementerio barcelonés del Sudoeste los restos mortales de los Guardias de Seguridad, de la guarnición de Barcelona, Juan Sánchez Martínez, Antonio Valero Navarro y Fernando Sánchez Mateo, muertos en acto de servicio de resultas de un enfrentamiento contra anarcosindicalistas; igualmente, en esta misma fecha, se dio cristiana sepultura, en el mismo cementerio, al también Guardia de Seguridad, Esteban Huercio Huercio, muerto al ser atropellado por un vehículo cuando conducía a un detenido en una calle de la ciudad Condal.
En la impresionante fotografía del entierro se advierte la presencia de Guardias que visten el casco modelo de 1911, con cimera de cabeza de león, y otros que usan ya el reglamentado en 1920.
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| Entierro en Barcelona 1920 (prensa de la época) |
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