martes, 3 de marzo de 2020

¿Hacia una Policía política?

Siempre hemos defendido la idea de que, tanto las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, como las Fuerzas Armadas, se deben, en exclusividad, al Estado y no al Gobierno de turno. De ahí que, aquel concepto de 1877 de "Policía gubernativa", incurría en un grave defecto de forma. Tal vez, en el instante histórico en que se acuñó este desafortunado término, pretendiese darle otro sentido semántico pero lo cierto es que resulta una atrocidad.


Cuando juramos los cargos, lo hacemos para cumplir y hacer cumplir la Constitución, con lealtad al Rey, no haciendo, en ningún caso, alusión al Gobierno ni a sus integrantes, ni intereses.

Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y las Fuerzas Armadas, tienen, en consecuencia el deber real y moral de velar por el cumplimiento de la Constitución vigente y, en consecuencia, defender la integridad de España y demás preceptos constitucionales.

Todo lo antedicho, viene a colación de una noticia leída recientemente en la prensa, en la que refería que el Ministerio del Interior ha incluido en los cursos de capacitación para Subinspector de la Policía Nacional un seminario de formación bajo el título: "Violencia, Pacto de Estado y la contra-ideología de género de la extrema derecha". 

Finalmente, al parecer, por el malestar generado se ha cambiado el título de este seminario, aunque, por lo que sabemos, se ha mantenido a su ponente y, tal vez, el temario.

No entendemos, por ejemplo, como no se promueven seminarios sobre "la violencia de la extrema izquierda", "los partidos herederos del terrorismo etarra" o, directamente, "el golpismo en Cataluña", siendo temas que deben preocupar a la Policía por tener que enfrentarse con esta problemática.

Parece que se pretende crear un modelo de policía al estilo bolivariano, primer paso para instaurar en España un régimen de terror dictatorial como el que sufre nuestra Nación hermana. Una Policía que de por buenas todas las acciones llevadas a cabo por el gobierno del momento y convirtiendo en enemigos del Estado, aquellos que, de acuerdo con los preceptos democráticos, tan solo lo son del partido del gobierno.

Es inmoral, reprobable e incluso obsceno, tratar de criminalizar, ante unos policías, una tendencia política, que tan solo existe en la mente de algunos iluminados que pueden ver peligrar sus poltronas, por el mero hecho de llevar la contraria a los que gobiernan. Jamás, en democracia había sucedido algo parecido. La Policía es de todos los españoles, tiene que estar al servicio de todos por igual y no puede admitir que, a priori, se condene a una ideología que está dentro de la ley, eso solo sucede en las dictaduras. 

Esperamos y deseamos que la ponente de este seminario, al hablar de violencia, refiera por ejemplo los recientes sucesos de Barcelona y el tratamiento vejatorio que se dio a la Policía y Guardia Civil y la violencia empleada contra sus miembros por grupos de extrema izquierda o lo acaecido en Alsasua, con las agresiones perpetradas contra la Guardia Civil.

La violencia, al igual que la delincuencia, no tiene colores políticos, ni sabe de ideologías. Que sepamos, al menos hasta ahora, nadie ha filtrado una estadística que refleje, por ejemplo, la ideología de los encausados por delitos de violencia en el ámbito familiar. Mejor que no lo hagan, pues a lo mejor se llevan una desagradable sorpresa.

Y mucho ojo con permitir que se politice a la Policía, todos sabemos lo que sucedió con el Cuerpo de Seguridad y Asalto cuando este comenzó, lamentablemente, a politizarse, tras la fraudulenta llegada al gobierno del frente popular, allá por febrero de 1936.

Eugenio Fernández Barallobre. 

1 comentario:

  1. ¡¡¡Bravo!!! Bien dicho, Eugenio. Apoyo al 100% el contenido de tu reflexión.

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