lunes, 8 de abril de 2019

2001. ETA asesina en Madrid al Policía Nacional Luis Ortiz de la Rosa

El agente de la Policía Nacional Luis Ortiz de la Rosa moría el domingo 10 de julio, en el barrio madrileño de Aluche a causa de la explosión de un coche bomba colocado por la banda terrorista ETA. El vehículo hizo explosión mientras las fuerzas policiales procedían a acordonar la calle Ocaña, desalojar a los vecinos y revisar los vehículos de un aparcamiento privado, tras recibir tres llamadas telefónicas anunciando un atentado en nombre de ETA. Las llamadas fueron realizadas al 091, 092 y bomberos. Unos cuarenta y cinco minutos después de recibirse las llamadas, el coche-bomba explotó activado por un temporizador, alcanzando de lleno al policía Nacional Luis Ortiz de la Rosa que participaba en el desalojo de la zona y revisaba matrículas intentando localizar el vehículo sospechoso. El agente falleció en el acto al recibir todo el impacto de la onda expansiva. El cuerpo de Luis Ortiz de la Rosa fue encontrado entre varios vehículos que quedaron envueltos en llamas. El coche bomba explotó delante del número 155 de la calle Ocaña a las ocho y media de la tarde, media hora antes de la hora anunciada de la explosión por el comunicante telefónico. 

Además de la muerte de Luis Ortiz de la Rosa, la explosión causó 13 heridos de carácter leve. Los servicios sanitarios trasladaron a seis de ellos al hospital Clínico, mientras el Ayuntamiento de Madrid instaló un hospital de campaña para atender a las personas que habían sufrido pequeños cortes a causa de la onda expansiva o que presentaban crisis nerviosas agudas. 

Policía Luis Ortiz de la Rosa

El atentado se produjo delante de la Subdirección Nacional de Informática del Ministerio de Justicia, donde se custodiaban los archivos del citado departamento, muy cerca del hospital militar Gómez Ulla. El coche bomba resultó ser un Peugeot 205, de color rojo, que había sido robado en marzo en el madrileño barrio de Moratalaz y, según fuentes policiales estaba cargado con unos 40 kilos de explosivos. 

Una vecina de la zona relató que la explosión, de gran potencia, rompió todos los cristales de los alrededores y envolvió la zona en una inmensa y espesa humareda. “La explosión fue espantosa y no veía más que llamas y humo en todas partes”, dijo. Dos minutos después de producirse la explosión fueron avisados los bomberos, que enviaron siete vehículos con sus correspondientes dotaciones. Al llegar se encontraron cuatro coches ardiendo y numerosos daños en los edificios que obligaron a desalojar 32 viviendas. El coche estalló minutos después de concluir la misa de ocho de la parroquia de Santo Domingo de Guzmán, poco después de que los feligreses abandonasen el templo. Los cristales de la Iglesia quedaron hechos añicos. 

Lugar del atentado

La capilla ardiente del policía asesinado fue instalada de madrugada en la Delegación del Gobierno de Madrid. Seis agentes de la Policía Nacional, Guardia Civil y Policía Municipal de Madrid se turnaron para velar durante toda la noche el féretro de Luis Ortiz. A la capilla acudió el presidente del Gobierno, José María Aznar, que dio el pésame a la viuda del Policía Nacional asesinado y prendió sobre el ataúd de Luis Ortiz de la Rosa la Medalla de Oro al Mérito Policial concedida a título póstumo. El ministro del Interior Mariano Rajoy, indicó a los medios de comunicación que todo hacía sospechar que el edificio de la subdirección general de informática del Ministerio de Justicia era el objetivo de los etarras. Los terroristas según palabras del ministro, contaban con una amplia y segura infraestructura en la Comunidad de Madrid, con pisos francos y varios garajes. El hecho de que el vehículo utilizado en el atentado que había costado la vida a Luis Ortiz de la Rosa estuviera denunciado desde marzo como robado, dejaba claro que la banda terrorista tenía dónde esconder los coches durante meses con plenas garantías de que no serían descubiertos. El coche-bomba que acabó con la vida del Policía Nacional Luis Ortiz de la Rosa era el sexto que la banda terrorista colocaba en Madrid desde que decretase el fin de la tregua-trampa en noviembre de 1999, siendo el primero el colocado el 21 de enero de 2000, que acabó con la vida del teniente coronel del Ejército Pedro Antonio Blanco García. 

Al día siguiente el féretro con los restos mortales del Policía Nacional Luis Ortiz, portado a hombros por compañeros, salió de la Delegación del Gobierno de Madrid a los acordes de la marcha fúnebre interpretada por la Unidad de Música de la Policía Nacional para dirigirse al pueblo de San Martín de Valdeiglesias donde fue recibido por unas dos mil personas en la plaza del Ayuntamiento. Entre ellas se encontraban el ministro del interior Mariano Rajoy, secretario de Estado para la Seguridad, Pedro Morenés, director general de la Policía, Juan Cotino, numerosos compañeros de la víctima, personalidades políticas y gran cantidad de vecinos llegados incluso de pueblos cercanos a San Martin. 

La entrada del ataúd, -envuelto en la Bandera Nacional y con la gorra reglamentaria del cuerpo encima del mismo-, en la Iglesia parroquial fue acompañada por fuertes aplausos mientras la Unidad de Música de la Policía Nacional interpretaba la marcha Piedad. 

Funeral por el Policía Ortíz de la Rosa

El funeral fue oficiado por el Obispo de Getafe Joaquín López de Andújar, en compañía del párroco de San Martín, Felicísimo Millán que pronunció la homilía donde responsabilizó de ese atentado “a todos lo que de una forma u otra colaboran con esta banda de asesinos”. Durante la celebración religiosa la viuda y la madre del agente no pudieron contener la emoción y sufrieron sendos desmayos. 

A la salida del ataúd de la Iglesia se vivieron momentos de tensión, profunda emoción y dolor, incluso la madre del fallecido volvió a sufrir un desmayo mientras mantenía entre sus manos la gorra reglamentaria de su hijo asesinado que fue recogida por el padre de la víctima. La Unidad de Música de la Policía Nacional interpretó la marcha “La Muerte no es el Final” y el toque de Oración. Más de 1500 personas acompañaron en silencio la comitiva fúnebre hasta el cementerio de la localidad donde sería cristianamente sepultado Luis Ortiz y donde numerosos familiares de la víctima y otros ciudadanos anónimos expresaron su rabia contenida contra los asesinos etarras con gritos de repulsa, expresiones de dolor, vivas a España y a la Policía Nacional y una cerrada y prolongada ovación cuando la tierra de España recibió el cuerpo del servidor del orden público. Por toda España se produjeron concentraciones y manifestaciones de repulsa por el brutal atentado de la banda asesina marxista vasca. 

En noviembre de 2001 la Policía Nacional detenía en Madrid a Ana Belén Egües, alias Dolores, responsable máxima del grupo Madrid de ETA en esas fechas y al también etarra Aitor García. Ana Belén Egües, que fue durante cinco años concejal de Herri Batasuna, había participado en todos los atentados cometidos por ETA en Madrid desde enero de 2000 hasta el momento de su detención. 

Funeral por el Policía Ortíz de la Rosa

La Audiencia Nacional condenó en 2004 a sendas penas de 83 años de cárcel a los etarras Ana Belén Egüés Gurruchaga y a Aitor García Aliaga por la colocación del coche bomba que costó la vida al Policía Nacional Ortiz de la Rosa. En septiembre de 2010 fue condenado a 83 años de cárcel, como coautor del mismo atentado, el etarra Gorka Palacios. Los magistrados de la Audiencia Nacional consideraron probado que el etarra participó, junto a sus compañeros del comando Madrid de ETA ya condenados, Aitor García y Ana Belén Egües y otras personas "no identificadas" en la elaboración del artefacto explosivo colocado en el coche-bomba, y fue además quien recabó toda la información del lugar para perpetrar el atentado. Fue la primera condena de Palacios en España después de que fuera entregado temporalmente por las autoridades francesas en marzo de 2010. Gorka Palacios fue detenido en 2003 en Francia acusado de ser el jefe militar de la banda armada, por lo que fue juzgado junto al exdirigente Juan Ibon Fernández Iradi, alias Súsper y condenado en noviembre de 2009 a 18 años de prisión por el Tribunal de lo Criminal de París. 

Luis Ortiz de la Rosa tenía 33 años. El día de su asesinato estaba fuera de servicio, pero se ofreció a ayudar a sus compañeros organizando el perímetro de seguridad en el barrio de Aluche, donde posteriormente estallaría el coche bomba colocado por los terroristas. 

Natural de San Martín de Valdeiglesias (Madrid), donde residía, estaba casado y era padre de una niña de año y medio. Ortiz de la Rosa había salido de la Academia de Policía en 1996, de donde pasó a prestar servicio en la Comisaría del distrito Centro de Madrid. En enero de 2001 fue destinado en la comisaría del madrileño distrito de La Latina, donde desempeñaba su trabajo cuando fue asesinado. 

De acuerdo con el Real Decreto 1404/2000, con fecha 19 de julio de 2000, se concedió a Luis Ortiz de la Rosa la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo a título póstumo. Además, en resolución fechada el 18 de marzo de 2005 (Real Decreto 308/2005), el Ministerio del Interior le concedió también el ascenso de empleo, con carácter honorífico y a título póstumo. 

Carlos Fernández Barallobre. 

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