miércoles, 6 de enero de 2021

La hermosa tradición de los Reyes Magos

El origen de la cariñosa devoción que profesamos los españoles a los tres Magos –Melchor, Gaspar y Baltasar-, viene de antiguo; de hecho, de los siglos XII-XIII data el Auto de los “Reyes Magos” o la “Adoración de los Reyes Magos”, pieza teatral de origen toledano, probablemente la obra dramática más antigua de cuantas se conservan en idioma español, en la que, además, aparecen los nombres de los tres Magos.

Su base historiográfica la encontramos en el Evangelio de Matero que señala: 

La adoración de los Reyes Magos


“Nacido Jesús en Belén de Judea, en tiempo del rey Herodes, unos magos que venían del Oriente se presentaron en Jerusalén, diciendo: ¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Pues vimos su estrella en el Oriente y hemos venido a adorarle. Al oírlos, el rey Herodes se sobresaltó y con él toda Jerusalén. Convocó a todos los sumos sacerdotes y escribas del pueblo, y por ellos se estuvo informando del lugar donde había de nacer el Cristo. Ellos le dijeron: En Belén de Judea, porque así está escrito por medio del profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres, no, la menor entre los principales clanes de Judá; porque de ti saldrá un caudillo que apacentará a mi pueblo Israel. 

Entonces Herodes llamó aparte a los magos y por sus datos precisó el tiempo de la aparición de la estrella. Después, enviándolos a Belén, les dijo: Id e indagad cuidadosamente sobre ese Niño; y cuando le encontréis, comunicádmelo, para ir también yo a adorarle. Ellos, después de oír al rey, se pusieron en camino, y he aquí que la estrella que habían visto en el Oriente iba delante de ellos, hasta que llegó y se detuvo encima del lugar donde estaba el Niño. Al ver la estrella se llenaron de inmensa alegría. 

Entraron en la casa; vieron al Niño con María, su madre, y, postrándose, le adoraron; abrieron luego sus cofres y le ofrecieron dones de oro, incienso y mirra. Y, avisados en sueños que no volvieran donde Herodes, se retiraron a su país por otro camino”. (Mateo 2, 1-12). 

Una tradición eminentemente española que forma parte de nuestro ADN como Nación y que debemos conservar a ultranza.

Orgullosos de ser españoles.

 

 

 

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