lunes, 7 de noviembre de 2016

1968. ETA asesina en Irún al Inspector Jefe de Policía Melitón Manzanas González

El 2 de agosto de 1968 la banda terrorista ETA asesinaba en Irún (Guipúzcoa) al Inspector jefe de Policía MELITÓN MANZANAS GONZÁLEZ, casi dos meses después de que el 7 de junio Txabi Echebarrieta acabase a tiros con la vida del agente de la Unidad de Tráfico de la Guardia Civil, José Antonio Pardines Arcay, primer asesinato reconocido por la banda terrorista ETA, pues nunca reconoció la muerte de la niña Begoña Urroz Ibarrola, una niña de apenas 22 meses de edad, ocurrida en la estación de Amara de San Sebastián el 27 de junio de 1960 al hacer explosión una maleta que había sido abandonada en la consigna de la propia estación.


El asesinato de Melitón Manzanas, primer policía en la lista macabra y asesina de la banda terrorista, marxista y antiespañola se produjo hacia las 15:30 horas en el descansillo del primer piso de Villa Arana, una casona de Irún con la forma del típico caserío vasco. La planta baja la ocupaba un negocio de equipos de imagen y sonido, y sobre la tienda había dos pisos. En el primero vivían Melitón Manzanas, su mujer y su hija.

Inspector Jefe Melitón Manzanas

Ese día, Melitón se trasladó en autobús desde la Comisaría de San Sebastián a su domicilio en Irún. Al llegar a Villa Arana, abrió la puerta y subió la escalera. En esos momentos sonó un disparo que alcanzó a Manzanas por la espalda. La mujer vio al asesino, un individuo joven, de estatura media, bigote y largas patillas. Incluso llegó a forcejear con él. El asesino realizó varios disparos más, aunque no llegó a herir a la mujer del policía. También fue testigo la hija de Melitón, que se asomó a la puerta del domicilio al oír el primer disparo. Su madre la empujó al interior de la casa y ella se acercó a una ventana, pidiendo ayuda a gritos. En el lugar de los hechos se recogieron siete proyectiles del calibre 7,65. El etarra, Izko de la Iglesia, había esperado a Melitón Manzanas dentro de la casa, en un pequeño sótano situado a la izquierda de la escalera.

Melitón Manzanas falleció casi en el acto. Había recibido tres tiros en la cabeza, uno en la mano y otro en la muñeca. ETA reivindicó el atentado en una octavilla que difundió en agosto de 1968, donde se podía leer "Melitón Manzanas, ejecutado". Ante los rumores y falsas noticias que se sucedieron poniendo en duda la autoría del atentado, ETA volvió a difundir un comunicado de prensa el 13 de octubre de 1968, para reafirmar que había sido la autora. El crimen y su propaganda eran fundamentales para la banda en esos momentos, que ponía así en práctica su estrategia de acción-represión-acción contra el régimen franquista. Además, en este caso la figura del policía asesinado era propicia para hacer propaganda, pues Melitón Manzanas ya había sido acusado por miembros de la oposición al franquismo de practicar malos tratos y torturas a los detenidos.

En relación con esto es importante señalar que, pese a que la banda terrorista haya alegado históricamente motivos de lo más variopintos para matar (injusticias varias, opresión de las clases populares, defensa del medio ambiente, lucha contra la drogas, la condición de confidente de las víctimas, supuestas torturas y malos tratos...), los verdaderos motivos por los que asesinaba ETA los expuso la propia banda en su revista Zutik en diciembre de 1961 (citado por José Díaz Herrera en Los Mitos del Nacionalismo, pág. 514): "Nuestro enemigo no es Franco. En este momento es la Dictadura de Franco, pero podría serlo la Democracia, la Monarquía o la República. Nuestro enemigo es España, encarnada en cualquier sistema, forma de Estado o de Gobierno que niegue la libertad de los vascos a crear su Estado independiente".

El acto del sepelio del jefe de la Brigada da Investigación Social de Guipúzcoa, Melitón Manzanas, vilmente asesinado, constituyó una impresionante manifestación de duelo. Miles de personas se asociaron a la fúnebre comitiva. Desde su residencia, «Villa Arana», el féretro fue llevado a hombros por sus compañeros, miembros del Cuerpo de Policía, que se iban turnando por la Avenida del Generalísimo, Colón y Plaza de Urdaviria, sobre un recorrido de algo más de un kilómetro. Presidió el duelo el director general de Seguridad, don Eduardo Blanco, llegado expresamente de Madrid, al que acompañaban los gobernadores civil y militar, jefe superior de Policía de Bilbao, autoridades locales, procuradores en Cortes, jefes y oficiales del Ejército, Vieja Guardia, ex combatientes, ex cautivos, cónsules de España en Hendaya y Bayona y numeroso público. En la Plaza de Urdaviria se rezó un responso y se despidió él duelo. Jóvenes del Frente de Juventudes portaban numerosas coronas. Los restos mortales de don Melitón Manzanas recibieron sepultura en el cementerio de Irún. Por la tarde, a las seis, en la parroquia de Nuestra Señora del Juntal se celebraron los funerales.

Unos días después el Ministro de Trabajo, Jesús Romeo Gorría, al que acompañaban los presidentes del Tribunal Supremo y de Cuentas, Gobernador Civil de Guipúzcoa que ostentaba la representación del Ministro de la Gobernacion, Gobernador Militar de Guipúzcoa, alcalde de San Sebastián y otras autoridades y representaciones militares y civiles, presidía en la Iglesia parroquial de la Sagrada Familia del barrio donostiarra de Amara, que fue incapaz de albergar a los miles de personas que se dieron en ella cita, quedando varios miles en el exterior, el funeral oficial por por el eterno descanso de su vida de Melitón Manzanas. En enero de 2001, el gobierno de la Nación, presidido por José María Aznar, concedió a Melitón Manzanas González .la Real Orden de Reconocimiento Civil a las víctimas de Terrorismo a título póstumo de 2001 ,

Carlos Fernández Barallobre. 




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