La grave situación de deterioro del orden público en la que se sumió España tras la dimisión del General Primo de Rivera al frente del Gobierno y muy especialmente los gravísimos disturbios acaecidos el 24 de marzo de 1931 en la Facultad madrileña de San Carlos en la que grupos de estudiantes, alentados por la FUE, atacaron a la fuerza pública incluso con armas de fuego, debieron influir para que la Dirección General de Seguridad, a cuya cabeza se encontraba el General Mola, decidiese la compra urgente, por un importe de 100.000 pts., de un camión-tanque lanzador de agua a presión con el fin de utilizarlo para reprimir este tipo de disturbios lo que evitaría, en buena medida, el uso por parte de la Fuerza de otras armas o instrumentos mucho más contundentes.
Sin duda se trataba, dada la urgencia de la compra, de un vehículo en stock, disponible en alguna firma automovilística extranjera, utilizado por algún otro Cuerpo policial, toda vez que no hemos encontrado referencia alguna a sus especificaciones técnicas ni a su diseño, así como tampoco a la autorización de su compra.
Primer vehículo lanza-aguas (Revista "Policía Española") |
Muy poco o nada sabemos de este camión-tanque cuya única referencia, hasta ahora, la hemos encontrado en la Revista Policía Española que en su número correspondiente al 28 de marzo de 1931 inserta una fotografía de este vehículo, un Mercedes habida cuenta del distintivo que presenta en su morro, con un pie de foto en el que refiere que "los estudiantes van a tener, dentro de unos días, un nuevo enemigo. Pacífico, hidroterápico... Este tanque (en referencia al que aparece en la fotografía que ilustra el comentario), en el que el Estado se gasta cien mil pesetas - agua aparte -, está acondicionado para lanzar violentísimos chorros de agua que disolverán (y nunca mejor dicho) a los manifestantes. Ha sido encargado hoy por cable, y ya viene de camino..." lo que nos lleva a suponer, como ya hemos señalado, que no se trata de un camión encargado "ad hoc", sino de uno ya comercializado para su uso por otras Policías y de fabricación no nacional.
Probablemente dado el hecho de que tan solo poco más de diecisiete días después fuese proclamada la II República, produciéndose la destitución del General Mola al frente de la D.G.S.,la compra de este vehículo debió quedar cancelada ya que no existe constancia de su utilización ni tan siquiera de su llegada a España y su entrega al Cuerpo de Seguridad.
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