domingo, 4 de junio de 2023

1992. El Crimen por celos de La Gaiteira

Del boletín "Emblema" de junio, extraemos este artículo firmado por nuestro amigo y colaborador Carlos Fernández Barallobre.

En la madrugada del 8 de julio de 1992 Cesar Reboredo, de treinta y cuatro años asesinaba a la que fuera su novia Cristina Insua, en una vivienda de la coruñesa calle de General Sanjurjo, donde vivía, Cesar y Cristina habían mantenido una relación amorosa que se había roto hacía año y medio.


Valiéndose de una llave que aún conservaba y movido por los celos, accedió a la vivienda de su antigua novia situada en el número 119 de la calle General Sanjurjo y entrando en el dormitorio, provisto de dos grandes cuchillos sorprendió en la cama a Cristina con su pareja de esos instantes, el médico coruñés Fernando Bescansa de 37 años de edad., asestándoles varias cuchilladas de las cuales y debido a una muy profunda en el esternón Cristina Insua falleció en el acto. Por su parte Fernando Bescansa, que recibió varias cuchilladas de carácter muy grave, malherido consiguió huir del piso, llamando en la puerta del quinto izquierda pidiendo socorro e intentando posteriormente llegar hasta la calle, pero quedó postrado en el descansillo de la tercera planta, donde le encontrarían efectivos de la Policía. Eran las 2.40 de la madrugada del 8 de julio.

Un matrimonio residente en el sexto piso del inmueble, sería quien daría aviso a la Policía, al escuchar unos golpes en el suelo y gritos, que provenían del quinto izquierda, propinados por la inquilina del mismo, que vivía puerta con puerta con el apartamento de Cristina, solicitando la ayuda policial al escuchar grandes gritos y ruidos procedentes del apartamento de enfrente -donde residía Cristina Insua- y que revelaban que dentro del mismo se había producido una gran pelea.

La Policía Municipal -tras recibir la llamada de socorro- tardó menos de diez minutos en llegar al lugar de los hechos, encontrando a Fernando Bescansa tendido en la escalera en un charco de sangre. De inmediato los Policías se dirigieron al piso de Cristina Insua donde encontraron a un individuo, que resultó ser César Reboredo que evidenciaba un estado de estado de shock con temblores nerviosos, mirada perdida, dificultades en el habla y que incluso sufrió un desvanecimiento. Reboredo Martínez fue detenido sin oponer resistencia, siendo trasladado a la Jefatura Superior de Policía de La Coruña

Allí Cesar Reboredo se confesaría autor material de la muerte de Cristina Insua Fernández, precisando ante los inspectores que le interrogaron que “estaba completamente obsesionado desde que la joven le había abandonado y empezó a salir con otro hombre”.

Relató en su declaración que sobre la una de la madrugada del 8 de julio vio llegar al edificio de la calle General Sanjurjo a Cristina Insua acompañada de Fernando Bescansa, observando como ambos accedían al inmueble. Provisto de unas llaves que conservaba desde cuando fuera novio de Cristina Insua, abrió el portal y se dirigió al piso de su ex-novia. A la entrada del apartamento oyó unas risas en el interior que le impulsaron a acceder a la vivienda, lo que hizo a través de una ventana, deslizándose desde otra que da al patio de luces. Una vez dentro del piso, tras comprobar que la pareja estaba en la cama, indignado se fue a la cocina, donde cogió varios cuchillos con la intención de autolesionarse ante la pareja, pero que una vez en el dormitorio se abalanzó sobre los dos amantes y les agredió, asestándole seis cuchilladas a Cristina Insua y tres a su novio, Fernando Bescansa.

Reboredo Martínez manifestó que después intentó reanimar a Cristina y que, momentos después, oyó un ruido en la puerta de la vivienda, abriéndola y encontrándose a varios policías municipales, a los que se entregó sin ofrecer resistencia. Como corolario de su declaración aseguró que seguiría amando terriblemente a Cristina, y añadió: “Me moriré con sus fotos en la cartera”. El homicida será puesto a disposición del Juzgado nº3 de la Coruña cuyo jue titular ordenaría su ingreso en prisión

La muerte de Cristina Insua Fernández conmocionó el barrio de La Gaiteira, donde vivía desde hacía algo más de seis años; pero donde causó mayor dolor fue el barrio de Monte Alto, donde residían sus padres, en la calle del Trabajo. Cristina Insua de 29 años edad, era la segunda de cuatro hermanas y trabajaba como operadora en el centro de cálculo de Caixa Galicia en el polígono industrial de Pocomaco.

Los insufribles celos de César acabarían con la vida de Cristina, su novia durante nueve años. Según amigos de ambos, estos se habían dejado, tras romper su relación amorosa, quedando como buenos amigos, sin sospechar el final tan trágico de aquella relación.

Carlos Fernández Barallobre.

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