Del boletín "Emblema" de diciembre, tomamos su editorial.
A cada paso quedan más atrás los últimos ecos del Bicentenario y con ellos, también, se quedan algunos proyectos que, finalmente, no han llegado a prosperar.
Para el recuerdo queda aquella iniciativa, surgida de nuestra Asociación, de erigir en Madrid un monumento que perpetuase para siempre los doscientos años de vida de la Policía Española.
Una sucesión de malos entendidos se llevó por delante aquel proyecto que, finalmente, nadie pudo acometer y que provocó que la Capital de España no contase con un monumento en honor a la Policía Española que, a buen seguro, sería visitado por muchos de los que recalan, por uno u otro motivo, en Madrid; además de convertirse en un lugar de referencia para la celebración de homenajes a los policías muertos en acto de servicio y otros que honrasen la Institución policial.
No pudo ser y lo que creíamos un proyecto estrella no fue acometido por nadie y, mucho menos, desde el propio estamento policial que era quien más interés debió poner en este asunto.
Otro de los proyectos que también quedó en aguas de borraja fue la creación de un Servicio Histórico de la Policía con capacidad para aglutinar no solo los fondos documentales y bibliográficos existentes, sino también, y tal vez esto fuese lo más importante, a todos aquellos estudiosos de la historia corporativa que, a día de hoy, se encuentran desperdigados por todo el territorio nacional.
Sabemos que hubo voluntad de sacar adelante el proyecto; de hecho, se contactó con posibles interesados en participar en la iniciativa; sin embargo, de momento, la cosa no avanzó y es muy posible que pase, como otras muchas cosas más, a dormir el sueño de los justos.
Tampoco hemos sabido nada de la iniciativa estrella para perpetuar el Bicentenario: la creación del Museo Policial Nacional. Un anhelo de muchos de los integrantes de la Institución que desconocemos en que fase se encuentra de hacerse realidad, caso de encontrarse en alguna.
Creemos que Madrid, en ningún caso, es el lugar más idóneo para ubicar el Museo, toda vez que, salvo que se instale en un lugar emblemático, sería un museo más; uno de los muchos museos de todo tipo que abren sus puertas en la Capital. Sin embargo, no sucedería lo mismo en una ciudad pequeña, próxima a Madrid, dónde la Institución esté fuertemente arraigada y en la que nuestro museo, sería “el museo”. Una gran diferencia entre el concepto de “un museo” y el de “el museo”.
Lo hemos visto en el Museo del Ejército, instalado en el Alcázar de Toledo, que ha sido capaz de triplicar el número de visitas con relación a cuando abría sus puertas en el regio Palacio del Buen Retiro y eso que tanto el marco como la ubicación eran incomparables.
Pues bien, se habría hecho necesario recurrir a la ciudad de Ávila –no hablamos del recinto de la Escuela– en demanda de un espacio digno para instalar el Museo. Hay que considerar que, cuando menos, la Policía Nacional es la tercera “industria” de Ávila, después de Santa Teresa de Jesús y la inigualable muralla; motivo por el cual no debería ser difícil que el Ayuntamiento se aviniese a ceder, dentro de murallas, una instalación digna y acorde con lo que se pretende.
Esos requisitos concurren en un edificio, “El Episcopio”; un conjunto histórico, ubicado en la plaza de la Catedral que sería un marco idóneo para instalar el Museo Nacional.
¿Qué se trata de un centro cultural que está en uso? Ya lo sabemos; sin embargo, todo es susceptible de modificación y, en este caso, con más motivo, ya que, la finalidad cultural que tiene asignada, no se iba a ver modificada.
Se trata de buscar alternativas, puesto que, a priori, se descarta la más idónea de todas: la calle Miguel Ángel nº 5, sede actual de la Dirección General, que, debido a su raigambre histórica y a su ubicación, resultaría la más apropiada de todas, aunque sabemos que, actualmente, tiene otra función.
Sea como fuere, lo que hay que descartar, si se pretende crear un auténtico museo, que despierte interés y sea visitado por las personas que se acercan a Madrid, además de por los propios madrileños, es ubicarlo en una zona radial de la ciudad y, mucho menos, en un Centro policial que se encuentre en uso. Es el momento de plantearse diferentes opciones sí realmente, se pretende que, algún día, el proyecto se haga realidad
Desde “Emblema”, nuestro deseo de una feliz Navidad para todos
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