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miércoles, 27 de mayo de 2020

La muerte del Cabo Manuel López Pardo (1920)

Tras la muerte del Agente del Cuerpo de Vigilancia de la plantilla de La Coruña, Tomás Antón Herrero, las horas siguientes fueron de especial violencia en la ciudad; a las identificaciones, cacheos y detenciones practicadas por personal de los Cuerpos de Vigilancia y Seguridad, los piquetes de huelguistas respondieron disparando contra la Comisaría de Vigilancia y contra la Prevención de Seguridad, teniendo el personal de servicio de verse en la necesidad de repeler estas agresiones. 

Estas acciones violentas se reprodujeron, a primeras horas de la madrugada en las calles Rúa Nueva y Rúa Alta, donde fuerzas de Seguridad y Agentes de Vigilancia se enfrentaron contra piquetes de huelguistas que mantenían una actitud levantisca. 

Plaza de Santa Catalina, próxima al lugar donde cayó muerto el Cabo López Pardo

Posteriormente, intensificados los controles preventivos en toda la ciudad, a las 02,50 horas ya del día 20, el Cabo Manuel López Pardo, de la guarnición de La Coruña, procedió, apoyado por unos Guardias, a identificar y cachear, en la calle de Santa Catalina, a un grupo de estibadores huelguistas. Los citados individuos ofrecieron fuerte resistencia a la acción policial lo que motivó una actuación más enérgica. 

Cuando el Cabo López Pardo procedió al cacheo de uno de estos individuos notó que ocultaba algo en uno de sus bolsillos, al ordenarle que le mostrase lo que ocultaba, el individuo extrajo una pistola con la que abrió fuego contra el Cabo alcanzándole la región abdominal derecha, interesándole el hígado y provocándole una hemorragia interna. 

Uno de los Guardias que acompañaba al Cabo logró detener al agresor que resultó ser un tal Vicente Suevos Botero quien resultó lesionado al oponer fuerte resistencia a su detención. 

El Cabo fue conducido al Hospital donde falleció de resultas de una hemorragia interna. 

El Cabo López, de cuarenta y tres años, casado y con tres hijos, había sido destinado a Madrid con motivo de su ascenso a Cabo no pudiendo incorporarse al nuevo destino ante la previsión de desórdenes por el estado de crispación socio-laboral que vivía la ciudad. 

El sepelio del Agente Antón y del Cabo López, se verificó el día 22, en el cementerio de San Amaro, constituyendo una manifestación popular de duelo con la presencia de más de 10.000 personas de todas clases y condiciones y con el cierre de todos los establecimientos coruñeses en señal de duelo. 

El capitán General, el Gobernador Civil, el Alcalde y demás Autoridades civiles y militares de la ciudad asistieron a las honras fúnebres a los que también se sumó la patronal y representantes de la vida social coruñesa. El cortejo fúnebre del Cabo Manuel López lo cerraba un Piquete del Cuerpo al mando de un Sargento. A este acto fúnebre también asistió la Guardia Municipal con uniforme de gran gala. 

Tras estos graves y tristísimos incidentes, fuerzas de Seguridad, de la Guardia Civil y efectivos del Cuerpo de Vigilancia, doblaron los servicios para evitar que se reprodujesen los desórdenes, practicando un total de catorce detenciones de destacados sindicalistas que fueron deportados a diferentes lugares en evitación de nuevos incidentes. Esta medida debió obrar el efecto deseado pues la ciudad fue volviendo paulatinamente a la calma, prueba de ello es que al día siguiente de producirse los atentados en el Puerto coruñés se estaba procediendo, con total normalidad, a la descarga del vapor "Somne". 

Con relación al autor de este último atentado, Vicente Suevos, ingresado en el Hospital, significar que trató de evadirse del centro asistencial en unión del también activista Gabriel Acosta, internado en el mismo centro, acción que impidió la fuerza que le custodiaba. 

Como nota emotiva señalar que la patronal coruñesa inició sendas suscripciones para atender a las familias de los funcionarios asesinados, abriéndolas con la cantidad de 5.000 pts. para cada una de ellas. 

Una de las inmediatas consecuencias de este hecho fue la dimisión presentada de forma irrevocable por el Gobernador Civil, José Luis Castillejo, siendo sustituido por el Gobernador de Sevilla, Sr. Argüelles. 

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