viernes, 19 de mayo de 2023

La Guardería Forestal de la Guinea Española

También del boletín "Emblema" de mayo tomamos este interesante artículo de Javier de Granda Orive.

1.- EL SERVICIO FORESTAL.

Como consecuencia del Tratado de París de 1900 España ocupa un espacio de terreno de 26.000 Km2 entre los ríos Campo y Muni en el África ecuatorial. Si bien en un principio la ocupación colonial es principalmente costera, a partir de los años 20 de siglo pasado se comienza la penetración al interior del continente, teniendo especial protagonismo en ello las empresas forestales. Para regularizar y controlar esta situación, la materia forestal es encuadrada, primero, en el Negociado de Estadística y Colonización pasando, a partir de 1910, al Servicio Agronómico Colonial que tenía destacado en Bata, capital de la Guinea continental, a un ayudante de montes. La intensificación de la ocupación y explotación del Muni con la llegada del gobernador Núñez de Prado determina que en 1927 se convoque un concurso para adjudicar una plaza de ingeniero de montes, que una vez cubierta trajo como consecuencia tensiones entre el jefe del Servicio Agronómico —ingeniero agrónomo y residente en Santa Isabel— y el ingeniero de montes. Esta situación fue resuelta por la real orden de 7 de septiembre de 1929 que estableció que el Servicio Agronómico y el Servicio de Montes funcionaran con independencia. Básicamente, la función de este organismo colonial era el estudio de la riqueza forestal de Guinea y sus posibles modos de explotación.

Campamento del Servicio Forestal en la selva con dos soldados de la Guardería Forestal. Sobre 1940. (Fotografía de la colección del autor).


Desde su separación del Servicio Agronómico, el Servicio de Montes es alojado en dos habitaciones del antiguo hospital de Bata pasando, tras unos meses y hasta 1935, al edificio de la policía y de la cárcel indígena. En este año se traslada a la población de Río Benito, —lugar más adecuado por ser el centro de las explotaciones forestales—, ocupando el antiguo edificio de la Delegación del Gobierno hasta que en 1938 concluyen las construcciones de sus nuevos edificios compuestos por un laboratorio de ensayos de la madera y dos pabellones anejos, uno para carpintería y serrería y otro para destilaciones. Al mismo tiempo se amplía la plantilla a dos ingenieros de montes, un ayudante, dos dasógrafos, un preparador microfotográfico, un carpintero, un capataz y una guardería forestal. También se contrataban nativos, la mayor parte como braceros, pero otros eran utilizados en oficios varios o como conductores y ordenanzas.

2.- LA GUARDERÍA FORESTAL.

Dos fueron las causas para que en 1940 se creara el Servicio de Guardería Forestal: la necesidad de velar por la integridad del patrimonio forestal del Estado y la vigilancia del exacto cumplimiento de las condiciones impuestas a los concesionarios de las explotaciones forestales. Este cometido se adjudicó a la Guardia Colonial —que no hay que olvidar que desde su creación en 1908 hasta el año 1928 tuvo asignada una función policial— y para su desarrollo se aprobó, por orden del Gobierno de la colonia de 8 de febrero de 1940, su reglamento.

Miembro del Servicio Forestal con dos guardias coloniales de la Guardería Forestal. Sobre 1940. (Fotografía de la colección del autor).


La Guardería Forestal se creó dentro de la 2ª compañía de la Guardia Colonial que tenía su cabecera en Bata y secciones en Río Benito y Cogo. Al frente de la Guardería había un instructor europeo denominado Guarda Mayor nombrado por el Gobernador a propuesta del jefe de la Guardia Colonial. Estaba auxiliado en sus funciones por un cabo y diez soldados, todos ellos indígenas, siendo empleados solo y exclusivamente en los servicios de la Guardería pero sometidos a la disciplina y régimen de sanciones de la Guardia Colonial. La sede de la Guardería se estableció en el campamento de la Guardia Colonial de Río Benito.

El Guarda Mayor recibía las órdenes e instrucciones directamente del ingeniero jefe del Servicio Forestal pero su cumplimiento requería el visto bueno, previo o a posteriori, del jefe del destacamento de Río Benito. Para el cumplimiento de estas órdenes disponía el servicio de sus guardias en la forma que considerara más oportuna. Además del cumplimiento de estas órdenes era obligación del Guarda Mayor perseguir la corta fraudulenta de madera e impedir la venta sin autorización de maderas por los indígenas a los europeos. Trimestralmente debía girar una visita a cada una de las concesiones forestales y a las agrícolas que estuvieran autorizadas para realizar desbosques. De las incidencias resultantes debía dar cuenta a la jefatura del Servicio Forestal sin perjuicio de instruir el oportuno atestado de denuncia y el inmediato decomiso o precinto de las maderas fraudulentas y de los medios utilizados en su comisión. Así mismo, y por su carácter de agente de la autoridad, debía dar cuenta a la Autoridad competente, de cuantos hechos fueran punibles al margen de la legislación forestal. En estas visitas de inspección tenía derecho a exigir alojamiento cuando fuera preciso pernoctar en la concesión así como a hacer uso de los medios de locomoción del concesionario —lanchas, trenes, camiones, etc— siempre que este uso no fuera un perjuicio para el maderero. La Guardería Forestal debía también auxiliar al Servicio Forestal en los expedientes de delimitación y en las entregas de aprovechamientos.

Emblema del Servicio Forestal de Guinea. (Todocolección)


Era obligación del Guarda Mayor llevar un libro de entrada y salida de comunicaciones y otro de servicios, foliado y sellado por el capitán de la segunda compañía.

En 1962, por resolución de la Dirección General de plazas y provincias africanas, se anuncia concurso para proveer una plaza de Guarda Forestal para Guinea lo que provoca la desaparición de la figura del Guarda Mayor y de la jefatura militar de la Guardería Forestal. Esta plaza fue cubierta en junio de 1962 por Domingo Fontenla Nogueira.

BIBLIOGRAFÍA Y FUENTES.

Boletín Oficial del Estado.
GUERRA VELASCO, Juan Carlos: «Ciencia forestal, práctica técnica, política de la madera y contexto colonial en Guinea Ecuatorial (1929-1968)» en Scripta Nova, 63 de 1 de mayo de 2019.
La Guinea española de 10 de junio de 1945.
MIRANDA JUNCO, Agustín: Leyes coloniales, Madrid, 1945.

Javier de Granda Orive.

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