martes, 6 de septiembre de 2022

Comisario Gabriel Araque Cobos

Del número de septiembre del boletín "Emblema", tomamos este interesante y documentado trabajo de nuestro buen amigo, compañero y colaborador Antonio Alonso Rodríguez.

En este artículo, gracias a la Asociación de la Orden de la Placa y el Mérito, dedicada al estudio histórico de la Policía española, vamos a rescatar del olvido a un miembro del Cuerpo que prestó sus servicios durante el primer tercio del siglo XX. Nos estamos refiriendo al Comisario Gabriel Araque Cobos, un policía que durante toda su vida profesional sirvió en unidades dedicadas a la lucha contra la delincuencia.

Gabriel Araque Cobos en 1932


Nace Gabriel Araque en Ciudad Real el 26 de septiembre de 1884. Tras realizar su servicio militar con 23 años se presenta a las oposiciones para el Cuerpo de Vigilancia de Madrid el 9 de noviembre de 1907, donde tras realizar la formación correspondiente queda el número 20 de su promoción y es nombrado Agente de ese Cuerpo.

Su primer destino fue en la Comisaría del distrito de Hospital donde tiene la suerte de tener como jefe inmediato al entonces Inspector de 1ª Clase Ramón Fernández-Luna Aguilera (1), uno de los primeros miembros de la Policía que introdujo técnicas modernas en la investigación criminal y que fue conocido, coloquialmente, como el «Sherlock Holmes español», del que seguro aprendió numerosas técnicas del trabajo policial.

Bajo las órdenes de ese policía mítico participó en la resolución y esclarecimiento de numerosos delitos que tuvieron gran repercusión mediática. En 1908 detienen a un grupo de falsificadores de monedas, en 1910 esclarecen una serie de robos que se producían tras profanar los cadáveres de las personas fallecidas para robarles las joyas con las que eran enterradas, o las ropas e incluso el pelo de las mujeres muertas para posteriormente venderlo y que tras la resolución del caso la prensa de la época manifestó que “Estos funcionarios, discretos, hábiles e inteligentísimos, desempeñaron a las mil maravillas su cometido”.

En 1912, cuando se creó la Brigada de Investigación Criminal de Madrid, de la que es nombrado jefe Fernández-Luna, pasa destinado a esa unidad y posteriormente, en 1916, a la Brigada Móvil que dirigía en ese momento otro gran policía, el comisario Enrique Maqueda del Castillo (2) que en 1930 alcanzaría el grado de Comisario General del Cuerpo de Investigación y Vigilancia.

Destinado en este grupo tiene una participación destacada en la resolución de uno de los robos con más repercusión mediática en la primera veintena del siglo XX, el conocido como “El robo del tesoro del Delfín”. No vamos a entrar en describir este asunto en detalle ya que nuestro compañero Jesús Longueira ya lo ha hecho de manera inmejorable en el Blog escribiendo un artículo titulado «El Comisario Ramón Fernández Luna y el caso del tesoro del Delfín» (3). El resumen es que se produce un importante robo de parte del “Tesoro del Delfín” depositado en el Museo del Prado y tras arduas investigaciones realizadas por la Brigada de Investigación Criminal dirigida por Fernández-Luna se logra identificar al autor del mismo, un antiguo celador del museo, llamado Rafael Coba, que ha desaparecido y se ha dado a la fuga.

La Brigada Móvil, unidad a la que pertenecía Gabriel Araque en ese momento, sigue la pista del ladrón por toda España. Valladolid, Zaragoza, Valencia, Valdepeñas y Campo de Criptana en principio sin resultados, pero dos inteligentes policías como eran Fernández-Luna y Enrique Maqueda pronto se dan cuenta que un delincuente huido y sin recursos tiene que recurrir a alguna persona conocida para poder ocultarse y deciden concentrar su búsqueda cerca del entorno familiar de Rafael Coba.

Gabriel Araque y su compañero, otro inteligente policía, José Sanz Ortolaza (4), son encargados de la vigilancia de uno de sus hermanos, Francisco, un honrado talabartero que vivía en La Carolina. En esa vigilancia, que en principio es bastante rutinaria, observan que en un momento dado Paco viaja de manera inopinada a ver a su hermano Pedro y a su padre, lo que hace sospechar a los agentes que esa reunión familiar tenía algo que ver con el huido Rafael. Fingiéndose ellos mismos talabarteros y tratantes de ganado entablan conversación con Francisco Coba y “estuvieron charlando largo rato, hasta que los policías, al ver la sinceridad con que hablaba el hermano de Coba, y lo difícil que sería, por otra parte, abordar la cuestión sin darse a conocer, expusieron claramente lo que eran, preguntando a su interlocutor donde estaba Rafael” (5). Francisco Coba, un hombre honrado, quedó sorprendido y dado el ambiente de confianza y camaradería que los policías habían logrado crear con su charla, y la posibilidad que su encubrimiento pudiera causarle problemas legales, finalmente confesó a los agentes el lugar donde se ocultaba su hermano: Una mina llamada “La Culebrina” a 15 km. de La Carolina que administraba un cuñado suyo.

Fotografía publicada en el semanario Mundo Gráfico (6) donde se pueden ver a Gabriel Araque, con gorra en el pescante del vagón, y a la izquierda del todo, también con gorra, a José Sanz Ortolaza y junto a Rafael Coba a los comisarios Maqueda y Fernández-Luna

De inmediato los agentes se personaron en el lugar y para evitar males mayores, tras localizar a Coba, fingieron ser un abogado y un procurador enviados por su hermano Paco para su asistencia en caso de ser detenido. Cuando tuvieron totalmente la situación bajo control, se identificaron como agentes de Policía y procedieron a su detención. La prensa de la época decía “…para los Sres. Araque y Sanz, todos los aplausos y recompensas parecerán pocos, dada la maestría desplegada en su cometido” (7). Según informaba un diario madrileño “Araque y Sanz Ortalaza… han sido ascendidos al empleo inmediato, en recompensa al excelente servicio prestado. El Director General de Seguridad les llamó a su presencia para felicitarles por el acierto con que han llevado a cabo su misión y notificarles el ascenso” (8).

Fotografía de la Hemeroteca del diario ABC. En el centro Rafael Coba, autor del robo, a su izquierda Gabriel Araque Cobos y a su derecha José Sanz Ortolaza, los policías que lo detuvieron

La carrera de Gabriel Araque continúa en labores de lucha contra la delincuencia siendo ascendido a la categoría de Comisario de 3ª Clase en marzo de 1929, a la vez que otro gran policía del que ya hemos hablado en este Blog, Pedro Herráiz Carrero (9). En la Gazeta del 26 de mayo de 1931 es nuevamente ascendido a Comisario de 2ª Clase y pasa a mandar la Comisaría del distrito de Inclusa. Tras unos meses en ese puesto regresa el 17 de septiembre de 1933 a la Brigada de Investigación Criminal, pero esta vez, como su jefe.

Interesantísima fotografía de todos los comisarios de Madrid en enero de 1932, en la parte inferior, el segundo por la derecha, Gabriel Araque Cobos (10)

Bajo sus órdenes esa unidad continúa siendo la punta de lanza contra la delincuencia y se esclarecen multitud de delitos contra las personas y contra la propiedad. En octubre se identifican y se detienen a un grupo de atracadores que habían asesinado a un empleado de la compañía de ferrocarriles M.Z.A. que transportaba la nómina de los empleados, se captura y se recuperan los efectos robados por unos ladrones de joyas que habían sustraído alhajas en un domicilio de la plaza de Santo Domingo por valor de 100.000 pesetas de la época.

El Comisario Araque, junto al Inspector Manuel Arrojo López y Eugenio Benito Poveda mostrando a la prensa las alhajas recuperadas (11)

En meses posteriores las actuaciones de la B.I.C., bajo sus órdenes, son innumerables. Se esclarecen homicidios, secuestros, robos -entre ellos el ocurrido en el Museo Cerralbo del que hace poco dimos cuenta (12)-, falsificaciones, estafas, etc.

En Agosto de 1935 debido al creciente número de delitos de todo tipo que se estaban produciendo en Madrid, la Brigada de Investigación Criminal sufre una reestructuración interna y se crean dos nuevas secciones, la Sección de Atracos encargada de investigar los robos violentos, que pasa a dirigir Gabriel Araque Cobos y la Sección Social, encargada de los delitos políticos, de la que se encarga otro gran policía, Pedro Aparicio de Cuenca, que fue posteriormente asesinado el 9 de noviembre de 1936 tras ser sacado de su domicilio por cinco individuos con insignias de la CNT y cuyo cadáver nunca fue hallado (por si los que buscan cadáveres en las cunetas lo encuentran), dedicándose el resto de la Brigada, mandada por Antonio Lino Pérez González, a la investigación de los otros delitos.

En esa nueva sección el comisario Gabriel Araque y los agentes a sus órdenes (Inspector Marugán y los agentes Calvo, López Muniain, Alonso Batanero, Flórez Ochoa, Flores Salas, Paulet y Antón, entre otros) continúan su gran labor contra la delincuencia, destacando una intervención en diciembre de 1935 donde lograron desmantelar un arsenal de artefactos explosivos y armas utilizados por delincuentes que justificaban sus vulgares atracos con un tinte político. En esa intervención logran requisar, al menos, 40 kilos de dinamita roja, una bomba cilíndrica de 10 kilos de peso totalmente preparada para su activación, otra de 1 kilo también lista para su uso, 5 bombas a percusión sistema Orsini, 4 botellas conteniendo líquido inflamable, varios proyectiles de artillería cargados con alto explosivo de calibre 105 mm y 75 mm, más de 10 kilos de sustancias para fabricar explosivos (azufre, clorato de potasa, etc), 5 kilos de metralla, 185 metros de mecha lenta, un rifle Winchester de calibre 4, de doce tiros, 5 pistolas Campo-Giro del 9 largo, 5 pistolas Star, 1 pistola Bergmann calibre 9 mm, 14 cargadores de distintos tamaños y abundante munición de varios calibres. Se detiene en el lugar a Teófilo Márquez Expósito que fue condenado a 8 años por tenencia ilícita de armas y de explosivos, pero, oh sorpresa, al ganar las elecciones el Frente Popular fue amnistiado el 24 de febrero de 1936 al considerar que su delito había sido cometido por motivos políticos (13).

Portada del diario Ahora donde se puede ver el arsenal intervenido por la Policía (14)

El inicio de la Guerra Civil le sorprende en Madrid y sabiéndose perseguido como tantos otros agentes de la Ley por los delincuentes que habían detenido años antes, ahora convertidos en milicianos vigilantes de la retaguardia, abandona su domicilio y se oculta en lugar seguro. Tres veces registran su casa, situada en la calle Cava Alta 21 de Madrid, sin encontrarlo llevándose, una de esas veces, detenida a una sirvienta con la intención de que ésta confesara donde se ocultaba Gabriel Araque sin conseguirlo.

Fue separado “definitivamente del servicio” por el gobierno del Frente Popular, lo que casi era una sentencia de muerte, en la Gaceta de Madrid del día 5 de noviembre de 1936 donde se apartan del servicio a otros policías, como por ejemplo Pedro Aparicio de Cuenca que fue asesinado 5 días después.

Por desgracia no pudo soportar las penalidades con que se vio obligado a vivir tras huir de sus perseguidores falleciendo en su escondite el 11 de enero de 1938 a la edad de 53 años.

Fue el Comisario Gabriel Araque Cobos un gran profesional de la Policía, que no merece, como tantos otros, que su trabajo quede en olvido y que sirvió a España y al Cuerpo con inteligencia, honradez y dedicación. Por lo tanto siempre estará PRESENTE en nuestro recuerdo.

Notas:

1.- Para saber más sobre el Comisario Ramón Fernández-Luna y Aguilera visitar los siguientes enlaces. https://es.wikipedia.org/wiki/Ram%C3%B3n_Fern%C3%A1ndez_Luna y varias entradas en el Blog: https://cnpjefb.blogspot.com/2017/08/el-comisario-ramon-fernandez-luna-y-el.html escrito por Carlos Fernández Barallobre; https://cnpjefb.blogspot.com/2018/04/la-coleccion-del-comisario- fernandez.html, https://cnpjefb.blogspot.com/2017/08/la-detencion-de-fantomas-1916.html escritos por Eugenio Fernández Barallobre.

2.- Para más información sobre el comisario Maqueda del castillo visitar estas entradas en el Blog, https://cnpjefb.blogspot.com/2020/05/policias-y-escritores-iii.html, y el artículo escrito por nuestro compañero Eloy Ramos Martínez https://cnpjefb.blogspot.com/2021/12/en-el-centenario-del-asesinato-de.html.

3.- Longueira, Jesús, El Comisario Ramón Fernández Luna y el caso del tesoro del Delfín (2021) https://cnpjefb.blogspot.com/2021/06/el-comisario-ramon-fernandez-luna-y-el.html

4.- José Sanz Ortolaza había nacido en Ciudad Real el 15 de septiembre de 1870 e ingresado en el Cuerpo en 1905. En febrero de 1922, mientras realizaba una escolta en vehículo al Rey Alfonso XIII sufrió un grave accidente que le causó gravísimas lesiones. Desconocemos si llegó a reponerse de las heridas.

5.- Diario “La Nación”, edición de 14-10-1918.

6.- Mundo Grafico, edición de 16-10-1918.

7.- Diario “Siglo Futuro” edición de 14-10-1918

8.- Diario “La Mañana” edición de 17-10-1918

9.- https://cnpjefb.blogspot.com/2020/07/el-comisario-pedro-herraiz-carrero.html

10.- Diario Ahora, edición de 3-1-1932

11.- Diario la Libertad, edición de 30-11-1933


13.- Teófilo Márquez Expósito fue condenado a 8 años, 4 meses y 22 días de prisión por tenencia ilegal de armas y explosivos. Es amnistiado el 24 de febrero de 1936, a la llegada al poder del Frente Popular, por considerar que su condena fue aplicada por motivos políticos

14 Diario Ahora, edición de 17-12-1935.

Antonio Alonso Rodríguez.

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