domingo, 1 de agosto de 2021

Vigilantes de Caminos, orto y ocaso de un Cuerpo (I)

Del boletín "Emblema", correspondiente al mes de agosto, extraemos esta primera entrega de un interesante trabajo de nuestro buen amigo y compañero, Silvestre Barquero Baños.

Cuando nos referimos al malogrado cuerpo de Vigilantes de Caminos – y digo malogrado, porque fue un cuerpo condenado desde sus inicios – la mayoría de nosotros dudamos sobre su afinidad a un cuerpo policial, para militar o un cuerpo eminentemente civil. Intentare en los siguientes renglones atisbar algo sobre esta seudo dependencia o cuando menos despertar dudas razonables entre nuestros lectores.



El desarrollo motorizado español tanto de dos como de cuatro ruedas, resurgió en nuestro país como consecuencia de la necesidad – como en casi todos los casos que en el mundo se han dado – ante nuestra guerra de África. La acuciante necesidad de vehículos de todo tipo necesarios para este teatro de operaciones motivo sine qua non la imaginación de nuestros ingenieros militares., en mayor medida. La improvisación sobre vehículos civiles tales como camiones dieron paso a los vehículos blindados de circunstancias y como es natural afecto a los vehículos de dos ruedas tan necesarios para el enlace entre unidades y labores de vigilancia en vanguardia.

A mitad de los años 20 del pasado siglo apenas existían entre el parque automovilístico oficial un centenar de vehículos de todo tipo, siendo la mayoría de ellos de procedencia civil convenientemente mecanizados y reconvertidos para uso militar.

Fue en 1926 cuando por Real Decreto Ley se aprobó la creación del llamado Circuito Nacional de Firmes Especiales. – que no era otra cosa que la adaptación de los itinerarios existentes al uso y tráfico de los vehículos automóviles a motor – La mayoría de estos itinerarios eran los trayectos que conectaban las mayores capitales de provincia de nuestro país.

Estos itinerarios se establecieron según la importancia de los núcleos de población, así se establecieron carreteras de primer, segundo y tercer orden al igual que las ciudades en las que estaba dividido el país.

El final de la guerra y la pacificación de los territorios del norte de África dejo al país sumido en una profunda crisis, por no llamarlo tristeza. El gobierno se esforzó en activar la economía y modernizar el país y en apenas cinco años se adquirieron un buen puñado de vehículos de todas clases – estamos hablando de un par de centenares - y con ellos se constituyó el Parque Móvil de Ministerios Civiles y Obras Públicas.

El origen.

Con la llegada de la II República en 1931 y los continuos movimientos de índole social, el anarquismo, los movimientos sociales de todo tipo etc., dejó al descubierto una de las grandes carencias del país. – la vigilancia de todo tipo -.

Una de ellas sobre los itinerarios o carreteras y por ende del movimiento del tráfico en ellas. A pesar de contar por todo el territorio nacional de una amalgama de cuerpos de varios y distintos usos, tales como Peones Camineros, Vigilantes de Aguas, Vigilantes de Caza, Guardería Rural, Guardias Municipales hasta los límites de las ciudades o pueblos etc., lo cierto es que no existía ningún cuerpo especializado en este tipo de control y que tuviera sus competencias en todo el territorio.

La red de carreteras estaba divida en demarcaciones según las regiones del país y a su vez estas demarcaciones bajo el mando de sus ingenieros jefes de Obras Públicas. Uno de los requerimientos históricos de estos ingenieros era el control sobre el tráfico rodado y porque no decirlo del cuidado de la calzada en si.

En estos momentos esta red de carreteras estaba abandonada en cuestión de vigilancia y buen uso. Es cierto que el Cuerpo de Peones Camineros estaba dedicado a su conservación y mantenimiento, pero en realidad no tenía competencias en cuanto a imposición de orden sobre su mal uso. La Guardia Civil y Carabineros tampoco tenían competencias sobre ello, más allá de alguna orden, detención etc., puntual. Los demás cuerpos existentes y mencionados anteriormente tampoco. La Policía Gubernativa, como de todos es sabido apenas si salía de las grandes urbes o núcleos de población etc., lo que dejaba a estas carreteras exclusivamente bajo la jurisdicción de las demarcaciones de la Dirección General de Caminos – dependiente del Ministerio de Obras Públicas, lo que significa bajo el control de sus Ingenieros Jefes -. La II República tuvo en cuenta sus demandas y fueron atendidas. El Cuerpo de Vigilantes de Caminos vio la luz en la primavera de 1933 por Decreto, pero por falta de créditos necesarios y con seguridad hasta prácticamente el año 1935.

Nota.- En la fotografía faltan los Tenientes Cabanellas y Gómez del Barco Jefes de la 1ª y 5ª sección respectivamente. El Jefe del Cuerpo Sr Iradier era Comandante del Arma de Ingenieros.

(Continuará...)

Silvestre Barquero Baños



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